Se cumplen 22 años de la histórica e inolvidable hazaña del Newell´s de Bielsa en La Bombonera cuando se consagró campeón de la temporada 90/91 ante Boca Juniors, en una definición por penales para el infarto, en donde todos los condimentos estaban dados para que el local alcance la gloria pero la garra leprosa dio su veredicto y finalmente La Lepra pudo conseguir el batacazo menos pensado. En memoria de este inolvidable hecho ocurrido en una fría tarde del 9 de julio de 1991, Vavel Argentina dialogó con Enrique Hrabina, aguerrido defensor central del xeneize en aquella temporada en donde Oscar Washington Tabares era el Director Técnico del club de la Ribera. Sin pelos en la lengua, el sacrificado líbero que impuso el viejo cantito de la hinchada xeneize "Huevo, huevo, huevo, Ruso, Ruso, Ruso", habló acerca de cuales fueron los errores que cometió el equipo en aquella final, habló de la dolorosa pérdida de dos figuras como Diego Latorre y Gabriel Batistuta para ese partido y hasta se animó a abrir una puertita hacia un posible mandato en el banco de suplentes de Boca en un futuro.

¿Quién se iba a imaginar que Newell´s iba a dar la gloriosa vuelta olímpica en La Bombonera? Esto se explica con una sola palabra. Fútbol. Una palabra que encierra millones de factores y desenlaces y describe un deporte tan hermoso que atrapa a miles y miles de fanáticos en el mundo, en donde ni el más optimista se hubiese imaginado que La Lepra rosarina podía ganar en un emblemático estadio temido por muchos como lo es el Alberto J. Armando. Marcelo Bielsa debutó esa temporada en el banco de suplentes de Newell´s Old Boys y ni siquiera soñaba con poder bajar a un grande como Boca Juniors en una final tan importante. Menos aun con el 1-0 en contra en ese partido de vuelta que dejaba el resultado global 1-1 y La Bombonera comenzaba a latir en apoyo al xeneize, de cara a una definición por penales que paralizaba a todos los fanáticos. La definición por penales era la llave de la verdad y el arquero leproso no tuve la mejor idea que ser el principal protagonista.

¿Qué decir del magnífico Norberto Hugo Scoponi? Sin dudas fue el artífice principal de aquella tarde épica y fue quien hizo delirar a los más de 4000 hinchas Leprosos en la Bandeja Sur Visitante con sus atajadas. En una cancha totalmente embarrada y desgastada por las malas condiciones climáticas, Scoponi resurgió como un pez en el agua y se convirtió en una pared imposible de ser vencida. El arco que da al Riachuelo fue el elegido para la algarabia final y la gloria fresca que quedaba en la memoria de todos los hinchas y la institución santafecina.

El "Quique" Hrabina, como bien se lo conocía en el barrio de La Boca, nació en el barrio de Villa Devoto y dio sus primeros pasos en Baby Fútbol cuando cumplió los 5 años, en el club Pedro Lozano. De allí, su entrenador de toda la vida, Oscar Allegrini, lo llevó al Club General LaMadrid. En 1969, el incansable punta por izquierda continuó su carrera en el Club Atlético Atlanta, en donde se lo empieza a conocer como el Ruso Hrabina, por su pelo rubio y por integrar un club en el que la mayoría de sus socios eran de la colectividad judía. En 1983, tuvo un breve paso por San Lorenzo de Almagro y en 1985 se instaló definitivamente en Boca Juniors hasta el año de su retiro en 1992, consiguiendo dos títulos con la azul y amarilla, la Supercopa de 1989 y la Recopa Sudamericana de 1990

El "Vikingo" Hrabina, apodo surgido de una producción de fotos para el diario El Gráfico, era el lateral por izquierda del conjunto de la Ribera en la etapa de Oscar Washington Tabarez como entrenador y era muy valorado por el hincha xeneize debido a su entrega y el nunca bajar los brazos. Sin embargo, no todo fue color de rosas para el Ruso, ya que el excéntrico defensor fue partícipe de esa tarde amarga para el club Boca Juniors, en donde La Lepra le ahogó el grito en la mismísima Bombonera. "Fue uno de los tragos más amargos que me dio la vida como jugador, fue durísimo", le contó el Ruso a Vavel. "Habíamos echo un campeonato bárbaro, invictos, el equipo jugaba muy bien, valla menos vencida, estabamos en la Copa Libertadores, nos quedamos medio con las manos vacías", agregó.

Analizando un poco la serie, el Ruso apuntó sobre lo parejo que fueron ambos partidos, dos compromisos muy trabados en donde no hubo mucha diferencia de juego y el triunfo estaba para cualquiera de los dos. "El partido de ida fue muy parejo, era un 0-0 clavado pero nos convirtieron de pelota parada. En la vuelta merecimos ganar, tuvimos muchas situaciones de gol y en los penales decisivos erramos, esa fue la única diferencia", sentenció Quique. Además, puntualizó sobre la ausencia clave de dos figuras del equipo en ese momento como Diego Latorre y Gabriel Batistuta, "La ausencia de ellos dos en la serie fue determinante, eran los mejores jugadores, las figuras de ese momento, fueron dos bajas importantísimas", declaró.

En lo que respecta a la actualidad y a su vida como entrenador, Hrabina mostró sus ganas de poder estar sentado en el banco Xeneize en un futuro. "Siempre estuvo en los planes ser técnico de Boca, lo que pasa es que no depende de uno que lo conovoquen y lo llamen. Uno tiene que seguir su camino y no estar pendiente de eso, ojalá se de en el día de mañana pero cuando hay gente trabajando es dificil y uno siempre quiere que a Boca le vaya bien".

Por último, el Ruso apuntó sobre el mal desempeño que está mostrando Boca en las últimas temporadas, "Al equipo le falta funcionamiento, trabajo defensivo, coordinación, atención, concentración, todas cosas que son solucionables con laburo".

Enrique Hrabina mostró una de las caras tristes de esa inolvidable final de 1991, tal vez en Rosario la otra mitad todavía siga aferrándose a la gloria y festejando uno de los logros más importantes para la entidad Rojinegra.

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Sobre el autor
Juan Ignacio Vega
20 años. Periodismo Deportivo en Deportea y licenciatura en sistemas en UBA. Fanático del deporte en especial el fútbol. Amo escribir y leer.