El 2013 fue sin dudas un año irregular y complicado para Argentinos Juniors. La pelea por la permanencia, y tantas internas generaron cierto desgaste tanto en jugadores, como en hinchas o dirigentes. No es casualidad que termine el año en la zona roja de la tabla de los promedios, estuvo la mayoría del tiempo en él, la segunda mitad del año, y una buena parte, en el segundo semestre. Lo sigue estando. Sin embargo parecen llegar aires de cambio.

El arranque del Torneo Final fue, por mucho, de los peores de la historia de la institución. Schurrer sin rumbo perdió todos los que jugó en este campeonato, por lo que, luego de caer 2-1 ante Arsenal, y haber cosechado tan sólo 1pto. sobre 27 posibles, decidió dejar su cargo en el Bicho. De las últimas décadas, pocos entrenadores tuvieron un paso que se asemeje (en mal sentido) al del "Chucho", que además de no poder sumar, tenía un paupérrimo funcionamiento futbolístico. Compiten con él, Claudio Vivas y el "Colorado" Mac Allister, que aun así lograron ser más queridos que Schurrer.

El reemplazante inmediato, y obvio por las urgencias latentes, fue Ricardo Caruso Lombardi, que llegaba para salvar por segunda vez al equipo de Paternal. Si bien tuvo que pulir su relación con el presidente Luis Segura, los modos de su llegada fueron de los que le harían bien a un club; escuchándose entre oficialismo y oposición. Era complicado diferenciar una etapa de otra, al principio, pero en las últimas jornadas, y con todo atorado en la garganta, el equipo del Tano hizo un click y logró zafarle al descenso, condenando a San Martín (SJ), Unión (SF) e Independiente. Pero claro, la necesidad de sumar en el torneo local, lo apartaron de la Copa Argentina, en la cual quedó eliminado ante Sportivo Belgrano en primera ronda.

Muchos esperaban que la salvación indicase un punto final en la labor del mediático DT al mando de Argentinos, pero no fue así. Decidió tomar el timón del Tifón, y continuar hasta fin del Inicial. Pero siempre y cuando eligiese los refuerzos a traer durante el mercado de pases invernal, lo cual terminó siendo desastroso, 18 jugadores, de todos lados, con casting incluido, y ninguno con menos de 1,80mts. Y a decir verdad, todo demasiado desprolijo.

Las incorporaciones, el tipo de técnico, los problemas dirigenciales... En fin, el contexto no daba lugar a ninguna especulación del todo favorable. Pero ahí es cuando Argentinos dio el batacazo: sacó 14pts en las primeras fechas (incluye goleada 3-0 al campeón San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro), y le arrebató la punta a Newell's. Pero el sueño duró realmente muy poco: Caruso metió mano y tuvo una racha de 5 o 6 partidos sin reconocer una victoria. Para cuando despertó del coma, la punta no seguía tan lejos. Una victoria dio falsas esperanzas, y de los últimos partidos se sacó poco y nada. Nuevamente los altibajos aniquilaban los sueños del Bicho.

Una vez terminado el campeonato local, y con el equipo en descenso directo, Ricardo decidió, con el consenso de hinchada y algunos dirigentes, que su segundo ciclo no podía estirarse mucho más. Presentó la renuncia y luego de esto, comenzó el único plazo en el que la esperanza, y alegría desplazaron a tanta angustia y bronca en Paternal; sondean Pisculichi y Borghi, y por primera vez escasean las malas noticias.

Se va el 2013, pero se lleva consigo los numeritos de terribles campañas, y pésimos recuerdos, así como otra ocasión en la que se salva el equipo de descender. Siendo irregular, sin mostrar una pizca de juego bonito durante los 365 días, y habiendo perdido mucho más de lo ganado, se cierra un año de sufrimiento y que termina siendo crónica de lo inesperado en un par de aspectos resaltados anteriormente. Con mucha suerte, y magia de Piscu y Bichi, quizás Argentinos termina salvándose también el año próximo, y se van los pájaros de mal agüero. Consejo para mejor salud: dejar atrás a este fatídico año, y ya pensar en el que entra.

Fotos cuerpo del texto: ESPN, sitio oficial Argentinos Juniors, Medio Tiempo.