Aquel aire armónico y el bienestar colectivo que existía en los entrenamientos de la Selección Argentina parece haber cesado, al menos por un rato. Es porque una situación, ya sea por mera coincidencia o para evadir problemas, abrió tensión en el predio de AFA, y entre los medios y redes sociales, que ya rumorean, inventan, e investigan todo.

Resulta que Juan Carlos Crespi, secretario de Selecciones Nacionales, firmó la salida de Ezequiel Lavezzi, jugador de Alejandro Sabella, justo antes de que un equipo médico de la FIFA cayera en Ezeiza para sorprender con una inesperada prueba de antidoping. A partir de esto, las malas lenguas comenzaron a hablar de cierta evasión a la prueba, por la ingesta de drogas que la asociación considera ilegales previas a un Mundial. 

Pero las malas lenguas no tienen la verdad. Para desmentir, y dejar en claro todo, el mismo Crespi salió a hablar luego de que se rumoreara de todo... "Yo firmé la autorización de Lavezzi para que se retirara del predio porque tenía un problema particular", aseguró el dirigente para Clarín. Aparte, agregó que "nadie nos avisó que iban a venir a hacer un control. Fue sorpresivo, por lo tanto, lo que se está diciendo es un disparate", argumentándose, y descalificando lo inventado por medios.

Ante tanto lío, la AFA dio a conocer el parte del día martes, que dice que “Ezequiel Lavezzi tiene un permiso especial de 24 horas otorgado por el cuerpo técnico, por razones personales", lo cual refuta más la teoría de que fue pura casualidad la retirada del delantero de Paris Saint-Germain y el control antidoping.

Las coincidencias ocurren, así como existen manchas negras de corrupción en el fútbol. Será imposible determinar si Crespi cuenta con la razón, o miente para salvar el pellejo suyo, de Lavezzi, y la AFA, pero lo cierto es que el primer problema ya surgió en Ezeiza, y se rompió la armonía que había de cara a Brasil. El miércoles - Trinidad y Tobago, para probar.