Sin dudas, una de las claves del último “River Campeón” fue el recambio: jugador que entraba, rendía tanto o más que el que salía. Uno de esos casos se dio entre Marcelo Barovero y Leandro Chichizola. Trapito fue el titular desde el comienzo del campeonato y a nadie se le ocurría ponerlo en duda. Sin embargo, la lesión que lo marginó a mitad de campeonato le abrió una puerta al joven arquero de inferiores. Y Chichi, que venía esperando en el banco desde hacía casi cinco meses, no dejó pasar la oportunidad y le generó un lindo dilema al DT, que debió decidir a quién darle la titularidad.

Barovero llegó al club procedente de Vélez en julio de 2012, luego del ascenso. Su velocidad de reacción, su habilidad para achicar espacios en los “mano a mano” y su capacidad para responder en los momentos justos, hicieron que rápidamente se ganara el puesto y el cariñó de la hinchada millonaria, más allá de su bajo perfil. El cordobés de 30 años arrancó el 2014 siendo titular indiscutido, ya que venía de ser la figura del equipo durante el Inicial 2013, a pesar de la pobre campaña del conjunto de Núñez en aquel semestre. Tal fue el nivel que demostró en ese campeonato, que incluso muchos llegaron a pedirlo para la Selección.

Aunque en el Torneo Final no tuvo el mismo rendimiento superlativo de la última mitad del 2013, Trapito siguió brindando seguridad bajo los tres palos y resultó fundamental para que River sumara puntos en más de una ocasión. A pesar del blooper frente a Belgrano, en aquel "gol fantasma" de Zelarrayán, se mantuvo firme en el arco millonario durante las primeras 12 jornadas. Sin embargo, en la Fecha 13, frente a Rafaela, luego de otra gran intervención, sufrió un desgarro que lo obligó a abandonar el campo de juego y ante este imprevisto, Leandro Chichizola fue quien apareció en escena.

El joven portero de 24 años, surgido de la cantera del club, debutó en la máxima categoría en febrero de 2011. Siempre fue catalogado como una gran promesa del arco riverplatense. Un arquero rápido de piernas, de buenos reflejos y gran personalidad, pero que hasta el momento no había podido demostrar todo eso en el primer equipo. No obstante, la lesión que mantendría a su compañero fuera de las canchas por cinco partidos, se presentaba para él como una nueva oportunidad. Y no la desaprovechó. Chichi fue decisivo en cada uno de los partidos en los que le tocó reemplazar a Barovero desde el inicio. Ante Estudiantes, le detuvo un penal a Carrillo; ante Olimpo y Vélez tapó más de una pelota clave; y obviamente, ante Racing, fue el héroe de aquella jornada, al atajar otro disparo desde los doce pasos, esta vez, al Chino Saja y sobre la hora.

Pero con Barovero ya recuperado y con Chichizola en un gran momento, Ramón Díaz debía decidir si mantenía al pibe que la venía rompiendo o si le respetaba el puesto al experimentado arquero titular. Finalmente, el entrenador riojano optó por Trapito. Y no falló. El cordobés volvió ante Argentinos Jrs. en la penúltima fecha y fue determinante para que el Millo consiga los tres puntos, al atajar un potente remate de larga distancia de Leonardo Pisculichi, cuando el partido iba 0 a 0.

A lo largo del campeonato, entre ambos tan sólo sumaron 15 goles en contra y mantuvieron la valla invicta en 11 oportunidades. Hoy por hoy, Marcelo Barovero parece estar afianzado en el arco millonario y tiene contrato hasta junio de 2016. Todo lo contario ocurre con Leandro Chichizola, quien no renovó su vínculo con el club y ya emigró al Hellas Verona (Italia) en busca de mayor continuidad. Pero más allá de quién hay jugado más o mejor, los dos fueron artífices cruciales del éxito de River en el pasado Torneo Final.