Si hablamos de ídolos de Newell's Old Boys, es imposible olvidarnos de Santiago 'Cucurucho' Santamaría. Es el segundo goleador de la historia del club, el octavo futbolista de 'La Lepra' con más partidos en primera división, pero el record más importante que posee es ser el mayor goleador de la institución en los clásicos frente a Rosario Central. Al 'Canalla' le convirtió nada más y nada menos que nueve tantos. Además, se consagró campeón en 1974, en aquel recordado partido en el que Newell's perdía 2-0 con Central y logró el empate, con un histórico zurdazo de Mario Zanabria.

'Cucurucho', llamado así por ser muy flaco y tener una boca muy grande, debutó con la camiseta rojinegra a los diecinueve años enfrentando a Racing. Santamaría nació en San Nicolás y llegó de chico al club rosarino, donde integró plantel con Zanabria, Montes y Obberti, entre otras figuras. El título de 1974 es uno de los más recordados por la gente de Newell's, por ser el primero del club y debido a la forma en que se logró.

Luego de ganar el campeonato con Newell's, Santamaría se marchó al Stade de Reims francés, junto con otras figuras del fútbol argentino, como Carlos Bianchi y Osvaldo Piazza. En Francia, 'Cucurucho' jugó alrededor de cinco años y marcó 41 goles en 148 partidos. Su logro más importante en el Reims y por el que hoy por hoy los hinchas de ese equipo lo recuerdan, es debido al gol que convirtió en la final de la Copa de Francia para derrotar al Saint Etienne y lograr el título.

Posteriormente, tras rechazar varias ofertas millonarias de Boca, Santamaría eligió volver al club de sus amores, Newell's Old Boys, donde jugaría cinco años más y tendría una racha goleadora inolvidable. Entre 1980 y 1982, le convirtió a Central siete goles en apenas catorce partidos. También es el jugador que más clásicos disputó con 31 apariciones. Finalmente se retiró del fútbol en 1985. Luego de dirigir algunos equipos menores en ligas regionales, 'Cucurucho' falleció el 27 de Julio de 2013, a la edad de 60 años, por un ataque cardíaco, pero está claro que el pueblo leproso lo recordará por siempre.

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