El domingo se paralizará la ciudad de Rosario, Central y Newell's volverán a protagonizar un nuevo clásico rosarino y todas las miradas estarán puestas en el Gigante de Arroyito, escenario que albergará uno de los derbys más apasionantes que tiene el fútbol. En VAVEL ya palpitamos dicho encuentro y en esta ocasión haremos un repaso de aquellos futbolistas que vistieron las camisetas del Canalla y de la Lepra.

En toda la historia, solo tres jugadores pasaron directamente de un club a otro:

Miguel La Rosa, defensor que disputó 155 partidos en Central de 1948 a 1959 y al año siguiente pasó a Newell's, en donde jugó 4 encuentros.

Ricardo Giménez, delantero con 213 presencias en el Canalla entre 1956/59 y 1961/65 y luego 5 partidos con la camiseta rojinegra en 1966.

Rolando Pierucci, defensor con 21 encuentros en el club de Arroyito entre 1970 y 1971 y con 5 partidos en el equipo del Parque en los dos años posteriores.

Diferente es la situación si hablamos sobre los jugadores que no han pasado directamente de un club al otro pero que han vestido ambas camisetas a lo largo de la historia. En ese caso contamos 13 futbolistas que pasaron por las dos instituciones más grandes de Rosario:

Juan Carlos Cámer: fue el primero en jugar en un club y firmar en el otro un tiempo después. Delantero que jugó en la Lepra entre 1943 y 1944, pasó por Racing y luego firmó en el Canalla en 1946.

Elio Montaño: el "Tuerto" fue un delantero que debutó en Newell's en 1949, pasó por Boca, Huracán, Peñarol y Los Andes para luego recalar en Central en 1962, aunque al año siguiente se retiraría en el Sporting Lisboa de Portugal.

Juan Alberto Castro: jugó en el Canalla desde 1956 al 1960 y en 1964 pasó por la Lepra.

José Poi: defensor que disputó 47 partidos con la casaca auriazul y marcó un gol entre 1956 y 1957, luego pasó por Boca en 1958 y al año siguiente vistió dos veces la casaca rojinegra.

Foto: El Gráfico

Jorge Westcha: delantero cordobés que en un mismo año (1962) vistió ambas camisetas.

Juan Carlos Bertoldi: cuatro temporadas consecutivas en el arco auriazul hasta 1960, pasó por Huracán, San Lorenzo y en 1966 volvió a Rosario pero para jugar en el equipo rojinegro.

Hugo Rosales: disputó un solo encuentro oficial con la casaca canalla en 1967, luego vistió los colores de Chaco For Ever y Huracán de Bahía Blanca hasta que en 1969 se puso los de Nob.

Rogelio Poncini: jugó en Central en 1966 y en Nob en 1970/71.

Daniel Killer: defensor central que debutó en el Canalla bajo el mando de Ángel Labruna en 1970/71, consagrándose campeón con el club de Arroyito en 1971 y en 1973. Luego de un paso por Racing, recaló en Newell's durante tres años. También fue parte de la Selección Argentina campeona en 1978.

Foto: El Aguante Canalla

Mario Killer: hermano de Daniel, debutó en Central en 1971, también logrando los campeonatos de 1971 y 1973, luego pasó por el Sporting Gijón y el Real Betis, ambos de España para vestir la camiseta de Nob en la temporada 1979/80. Más tarde acumuló tres temporadas en Independiente y volvió al club que lo vio nacer para retirarse posteriormente en 1985 con la casaca de Belgrano de Córdoba.

Foto: La Resca Deportiva

Oscar Coullery: jugó en la Lepra de 1973 a 1975, tuvo un breve paso por San Martín de Tucumán y recaló en el conjunto de Arroyito en 1977. Al año siguiente enfrentó al rojinegro en el clásico y le marcó un gol. Unos años después regresó al elenco del Parque.

Sergio Robles: campeón con Newell's en 1974, un paso por Boca y uno por Sarmiento de Junín y posterior llegada a Central en 1982, para al año siguiente retornar al conjunto leproso.

Juan Carlos Delménico: jugó en Nob entre 1971 y 1973, y luego recaló en el Canalla durante un año.

En contraste con estos 16 jugadores, más de 60 futbolistas visitieron las camisetas de Boca y River, más de 50 pasaron por Colón y Unión, alrededor de 45 casos se dieron entre Independiente y Racing, mientras que más de 30 jugaron en Estudiantes y Gimnasia. Sin dudas que la rivalidad que existe entre los clubes rosarinos y la pasión que existe por la camiseta es algo muy difícil de igualar.