Si bien los 27 puntos que consiguió San Lorenzo en el Final 2014 no están muy lejos de los 33 conseguidos en el Inicial 2013 que ganó, escasos quedan comparados con los 37 del River Plate Campeón. No es que el Ciclón haya jugado de maravilla cuando se consagró en el 2013, pero claramente fue muy superior y mucho más efectivo que el que terminó 11° en el Torneo Final.

Como para realizar una comparación aún más dura, está la Copa Libertadores 2014: el Cuervo se alzó como el mejor de América, a la vez que deambulaba sin rumbo en el torneo local, siendo, además, el Campeón de Libertadores con menos puntos desde la edición 2007 hasta hoy, con 22, siendo además el peor campeón argentino.

Muchas teorías y especulaciones pueden nacer de este panorama. ¿El equipo se relajó una vez que conquistó el torneo que nunca había levantado?, ¿el nivel internacional bajó tanto que al Ciclón se le hizo fácil?, ¿tuvo suerte?. Estos son solo ejemplos de las diversas preguntas que surgieron de esta situación. Sin embargo, en relación específica al Final 2014, podemos descartar el primer interrogante y sumar otro: ¿pesó el físico en un plantel corto?

Quizás, esta última sea la opción más cercana a la realidad. El torneo local comenzó el 7 de febrero, mientras que el debut del Santo en la Libertadores fue el 11 de ese mismo mes. Quiso el destino que el conjunto azulgrana cayera en ambas presentaciones, como visitante y por 2-0, ante Olimpo y Botafogo.

Si seguimos la evolución de las posiciones fecha a fecha, nos encontramos que San Lorenzo comenzó como 19°, es decir, en la segunda mitad, y finalizó 11°, en el mismo grupo. Sin embargo, solo fueron tres las fechas en las que perteneció a esa mitad: se suma la segunda jornada, cuando se ubicó 12°. Además, estuvo en otras ocho ubicaciones distintas: fue 6°, 3°, 2°, 7°, 5°, 9°, 8° y hasta 1° (fecha 12).

En contraste con este "buen" paso del Ciclón, está su juego. Jamás convenció a los hinchas, arriesgó mucho, le costó convertir y sufrió en defensa. Una vez más, se rectifica el hecho de que, en el fútbol, se gana con goles, no con merecimientos. San Lorenzo estuvo bien cuando anotó goles y ganó, pero sufrió cuando lo hizo; esto parece ser una obviedad, pero no lo es, ya que, a pesar de esto, nunca jugó bien.

El equipo de Bauza cosechó 27 puntos en 19 partidos, de los cuales ganó siete, empató seis y perdió otros tantos, números que reafirman su estado de equipo "de mitad de tabla" durante el torneo. Además, lo más flojo: anotó solo 19 tantos, un promedio de uno por juego, pero recibió 20, lo que nos da una diferencia de -1 cerrando las estadísticas grupales de una floja campaña.

Para colmo, en el marco individual, el goleador de San Lorenzo fue un suplente, Nicolás Blandi, con cuatro anotaciones. Luego, ningún jugador anotó más de un gol, grupo en el que se encuentran Leandro el Pipi Romagnoli, Mauro Matos, Ignacio Piatti entre otros. Algo para destacar en este fútbol tan cambiante fue el hecho de mantener un técnico durante las 19 fechas: el Patón Bauza.

Como resumen, San Lorenzo no se pudo asentar nunca en el torneo local, teniendo unas pocas semanas de buen rendimiento, en las cuales llegó a ocupar el primer puesto. Claro, ese lapso coincidió, justamente, con los días libres de partido por Libertadores. Sin poder de fuego y con muchas dudas en el fondo, el Ciclón apostó fuerte al torneo continental, basándose en la experiencia de Bauza para estos torneos.

Ni bien, ni mal. Diferentes estilos. Le guste a quien le guste, dio resultado y, hoy, San Lorenzo es el segundo mejor equipo del mundo. Situación similar a la que ocurrió en los '60 con los Pincharratas de Estudiantes de La Plata campeones del mundo, que eran rechazados por lo "sucio" de su juego. Puede ser, cuestión de gustos, lo que si es seguro es que, este, fue el año de San Lorenzo, el mejor de su historia. Y ganó, lo cual, en el fútbol, muchas veces, es lo que importa.

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