Fiel a su estilo, Uruguay irá a Chile en busca de retener el título obtenido en Argentina, allá por 2011. Caracterizados por su fuerte estilo para defender, los charrúas buscarán aprovechar al máximo las características de algunos jugadores que pueden marcar la diferencia.

Las bajas, a diferencia de edición anterior de la Copa América, pueden jugar un papel preponderante en la busca del título. La renovación del plantel es inminente, aunque el espíritu charrúa no se modificará.

El entrenador, Óscar Tabárez, repetirá el esquema que viene acompañando a la selección uruguaya desde hace años. El 4-4-2 que, junto a las características de algunos jugadores específicos, puede aportar equilibrio y sorpresa.

En el arco no habrá sorpresas. Fernando Muslera seguirá resguardando la valla charrúa como en el pasado Mundial de Brasil. La última línea se verá  afectada por las bajas de dos referentes importantes como lo son Martín Cáceres (se recupera de una operación) y Diego Lugano (vuelve de una lesión). En sus lugares, aparecen dos jugadores que al Atlético Madrid le han dado la solidez necesaria para convertirse en un equipo duro de roer. Por un lado, la experiencia de Diego Godín, uno de los hombres más importantes del conjunto del Cholo Simeone. Por el otro, la juventud de la gran promesa uruguaya, José María Giménez, quien ha tenido destacadas actuaciones en el Colchonero. Ellos, conformarán la zaga defensiva charrúa.

El mediocampo se ve afectado por un ligero cambio de estilo. No un cambio radical, pero, a la garra, se le agregará el juego creativo y atrevido de dos jugadores bien conocidos en el fútbol argentino. De un lado, Carlos Sánchez; del otro, Nicolás Lodeiro. El de River y el de Boca, respectivamente, ocuparán las bandas en la mitad de cancha. Sin embargo, el volante xeneize estará ligado a la creación del equipo, el fútbol uruguayo pasará por sus pies. Mientras tanto, el ex Godoy Cruz tendrá la tarea de dar una mano en la recuperación. De esta forma, Tabárez buscará generar situaciones y que Uruguay sea un equipo atrevido en ataque, aunque sin descuidar el retroceso.

La zona de arriba es, quizás, la más diezmada de todas. El entrenador no podrá contar con la dupla de ataque que tantas satisfacciones le dio a Uruguay en los últimos tiempos. Diego Forlán le puso fin a su historia en el seleccionado en marzo de este año; y Luis Suárez se encuentra cumpliendo la sanción impuesta por la FIFA, de nueve partidos sin jugar con su seleccionado, por morder a Giorgio Chiellini en el Mundial de Brasil. De esta forma, el principal referente de ataque será Edinson Cavani, quien viene de tener una gran temporada en el PSG. A su lado, en principio, estará Diego Rolan, delantero que se desempeña en el Girondins de Burdeos y que ya debutó con la Celeste.

El recambio es inminente. Sin embargo, Uruguay, con sus jóvenes, puede ser la sorpresa de la Copa América. Este estilo mixto que presenta Tabárez, con Lodeiro y Sánchez como estandartes, pueden ser el empuje que necesita la Celeste para volver a alzarse con la Copa.