River siempre fue cuna de jugadores extraordinarios, que su huella no sólo en Millonario, sino en el fútbol argentino y, por qué no mundial. Y aunque resulte doloroso para el hincha, la vida útil de un futbolista es corta, y cuando sienten que el físico no le da más, o que ya dieron todo o si cumplieron sus objetivos, deciden colgar los botines o más bien buscan otro rumbo fuera de Núñez.

También hay jugadores de la talla de Norberto Alonso, que se despidió en 1986 siendo campeón del mundo, o Ramón Díaz, que antes de retirarse en Japón en 1995 fue campeón y goleador en River, y ni hablar de Enzo Francescoli, que abandonó el fútbol siendo tricampeón en 1997.

Ahora bien, los últimos ídolos y referentes del Millo no tuvieron despedidas soñadas, ni títulos, sino todo lo contrario. La última década, con dirigencias que llevaron al club al colapso financiero y deportivo, los cracks no pudieron hacer mucho, salvo destellos.

Marcelo Salas

Foto: El Gráfico
Foto: El Gráfico

El chileno, ídolo absoluto en la historia de River, decidió tener un segundo paso por Núñez, donde logró una gran identificaión. En 1996, tras su paso en la U de Chile, arribó a La Banda y rápidamente se destacó a puro gol: 52 goles en 88 partidos, en sólo dos temporadas, en las cuales River ganó tres torneos locales en fila y la Supercopa (con dos goles del Matador en la final contra San Pablo).

Luego de sus etadías en el fútbol italiano (Lazio y Juventus), volvió a River a mediados de 2003, junto con Marcelo Gallardo. Con Leonardo Astrada como DT, el delantero trasandino conquistó el Clausura 2004, y decidió marcharse en la última fecha del Clausura ´05, el 3 de julio de 2005, en el Monumental (victoria 1-0 sobre Huracán de Tres Arroyos) y luego se dretiró en la U. En su segunda etapa, 17 tantos en 49 encuentros.

Marcelo Gallardo

Foto: LPM
Foto: LPM

El Muñeco, hoy entrenador del equipo, no tuvo un final feliz Con los cortos. Sus inicios, en la gloriosa década del ´90, en la ual conquistó siete títulos entre 1993 y 1999 cuando lo vendieron a Mónaco. Su segundo ciclo fue de 2003 a 2006, en el cual ganó un torneo (Clausura ´04) y compartió vestuario con varios referentes entre ellos Salas y Ariel Ortega.

Su última experiencia en River como jugador fue entre 2009 y 2010. En ese tiempo, Gallardo fue la bandera del equipo, pero no lograba cambiarle la cara. Anotó ocho goles en su tercer ciclo, dos de ellos a Boca y de tiro libre (en el Clausura y Apertura 2009). Su último partido fue el 17 de abril de 2010, en el triunfo 2-1 sobre Godoy Cruz, el día que debutó Ángel Cappa como DT (no duró mucho). Se retiró en Nacional de Montevideo, donde comenzó su exitosa carrera como entrenador.

Ariel Ortega

Foto: River Late
Foto: River Late

El Burrito es ídolo supremo del riverplatense y admirado por todo el fútbol argentino y en la Selección Argentina, en la cual disputó los Mundiales de 1994, 1998 y 2002. Tuvo cuatro etapas en el Millo: la primera y más exitosa, entre 1991 y 1996, con seis campeonatos, entre ellos y el más destacado de todos, la Copa Libertadores de América. Tras su estadía en el fútbol europeo (Valencia, Sampdoria y Parma) regresó en el 2000, formando el "cuarteto mágico" con Pablo Aimar, Javier Saviola y Juan Pablo Ángel. Obtuvo el Clausura 2002 y volvió a irse. Regresó en 2006, luego de su paso por Newell´s , y emigró en 2008, tras ganar otro título: el Clausura ´´08, por problemas con la dirigencia.

Su cuarta estadía, ya disminuido en lo físico, se dio entre 2009 y 2010. Junto con Matías Almeyda, otro que regresaba, el jujeño dio sus últimas pinceladas, como el golazo de emboquillada a Chacarita en el 4-3 del Apertura 2009, y la asistencia a Jonatan Maidana en el gol del Superlásico del Apertura 2010. El 4 de dciiembre de 2010, River le ganó 2-1 a Colón y fue el último encuentro oficial del Burrito, para luego irse a Defensores de Belgrano. Actualmente, forma parte del cuerpo técnico de la Reserva millonaria.

Matías Almeyda

Foto: Dr Balón
Foto: Dr. Balón

El Pelado fue uno de los mejores volantes centrales de los ´90. A pura marca y juego, Matías fue una de las figuras de River en la Libertadores ´96 (marcó un golazo a la U de Chile en la semifinal) y se marchó a Sevilla, con cuatro títulos en su palmarés.

Se destacó en Lazio, Parma e Inter, hasta que decidió regresar a la Argentina pero para jugar con la camiseta de Quilmes en el 2004, y luego pasó por Lyn de Noruega. Estuvo dos años sin jugar profesionalmente, hasta que en 2009 tuvo un paso muy fugaz por Fénix (4 partidos) y luego su segunda etapa en River, asfixiado por los promedios.

Almeyda se ganó el lugar las siguientes dos temporadas, a puro sacrificio y liderazgo; sin embargo no pudo torcer el rumbo del triste final que culminó en la pérdida de la categoría. Su último duelo como futbolista fue el 19 de junio de 2011, en la Promoción ante Belgrano, e inmediatamente se hizo cargo de la dirección técnia de River, que en 2012 logró su ansiado ascenso.

Dirigió 17 fechas del Torneo Inicial 2012, con malos resultados, por lo que fue sustituido por Ramón Díaz. Luego dirigió a Banfield, al cual también logró subir a Primera División, y hoy es el entrenador de un grande de México, Chivas de Guadalajara.

Pablo Aimar

Foto: River Plate Oficial.
Foto: River Plate Oficial.

El Payaso, el ídolo de Lionel Messi, había regresado al club luego de 14 años en el fútbol extranjero. El cordobés se lució notablemente en sus inicios, entre 1996 y 2000, con seis consagraciones en 112 partidos jugados, con 30 goles y 26 asistencias. Se fue a Valencia a cambio de 24 millones de euros, y luego pasó por Zagagoza, Benfica, Johor de Malasia, hasta que finalmente concretó su vuelta en enero de 2015.

Su vuelta causó una gran alegría en la gente, mezcla de nostalgia y ansiedad en los más jóvenes de tener de vuelta en casa a un crack de antología. Sin embargo, el enganche debió operarse del tobillo derecho, ya maltrecho en los últimos años, y sólo pudo jugar dos partidos: en la 14 fecha del torneo pasado, en al victoria 2-0 ante Central, y el último el 3 de julio de 2015 ante Liniers de Bahía Blanca, por la Copa Argentina (2-0). Decidió despedirse en el invierno pasado, cuando se enteró que no formaría parte del plantel para afrontar la semifinal de la Copa Libertadores, que terminó ganando River. Pocos minutos de acción.

Javier Saviola cominucó que no seguirá. El Conejito, a sus 34 años, sintió que su cilco en River está conlcuido, con metas grupales cumplidas, pero no las individuales (no pudo convertir goles en sus 16 partidos. La antítesis fue Fernando Cavenaghi, que se despidió levantando la Copa Libertadores y fue el máximo anotador del equipo el torneo pasado (11 goles), y hoy disfruta su presente en Apoel de Chipre, además del plus de haber regresado cuando River atravesaba su peor momento, el gran punto que los hinchas tienen en cuenta a la hora de analizar los regresos. No así Saviola, que se despide con un sabor amargo y los recuerdos del gran romperredes que fue.