La jornada del domingo va a tener un condimento muy especial ya que en el Estadio Único de La Plata se va a llevar a cabo nada más y nada menos que el clásico platense, donde Gimnasia y Estudiantes se van a ver las caras por vez número 155 en el profesionalismo. Hoy VAVEL te brinda un paseo por la historia y vamos a repasar a aquelllos jugadores que tuvieron mayor cantindad de gritos de goles triperos en clásicos platenses. 

Volvemos en el tiempo y nos vamos al 15 de junio de 1933, fecha en la que tuvo su debut  en Gimnasia y Esgrima La Plata el centro delantero Manuel Fidel. Jugó entre 1933 y 1941 logrando ser el segundo jugador de la historia de El Lobo con más goles en la institución (después de Arturo Naón). El apodado "Ajito" disputó 205 partidos en Gimnasia y marcó 84 goles pero también tiene un importante historial en los clásicos platense y por eso se ubica entre los máximos goleadores en clásicos convirtiendo 7 goles.

El 9 de noviembre de 1934 fue el primer clásico para Manuel, El Lobo derrotó a El Pincharratas por 3 -2 y el último gol para definir fue de Fidel. Pero tuvo que esperar hasta 1936 para volver a marcarle a Estudiantes y definió con un gol de cabeza. Logró marcar en los dos clásicos jugados en 1938, también hizo goles en los clásicos de los años 39`, 40´ y 41`. Convirtiendose así en uno de los máximos goleadores de Gimnasia y clásicos. 

Isidro Orleans, otro de los jugadores que hizo historia en club platense. Debutó en Gimnasia y Esgrima La Plata el 16 de junio de 1935 y fue jugador tripero hasta 1941, seis años en los que aprovechó para convertirse en el otro máximo goleador tripero de la historia de los clásicos platense, marcando 7 goles. Jugó 145 partidos con El Lobo y logró marcar 52 goles.

El 29 de diciembre de 1935, Isidro convirtió su primer gol en un clásico, Gimnasia le ganó a Estudiantes por 2-1 y el doblete fue de Orleans. Al próximo año volvería a convertir en los dos clásicos jugados (el primero por Copa Honor y el segundo por Copa Campeonato). De esta manera Orleans se convertiría en un fantasma para El Pincha y en 1937 abría el marcador del partido con un golazo de cabeza. Repitió lo mismo a los pocos meses (1937)  y siguió convirtiendo goles en los dos clásicos jugados en 1941.

Hasta el día de hoy, nadie pudo superar a estos dos historicos jugadores de El Lobo

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