Torneos locales, Copas Libertadores, Copas Intercontinentales, toda competencia que disputaba Boca Juniors la obtenía. Eran tiempos dorados para el Xeneize de la mano de Carlos Bianchi, uno de los grandes entrenadores de la historia del club. Pero dentro del campo de juego, el club de la ribera tuvo sus figuras para realizar las diferentes hazañas que lograron. Una de ellas, era Juan Román Riquelme, jugador destacado en la final de la Copa Intercontinental ante Real Madrid. Por ello, las grandes actuaciones produjeron que varias instituciones internacionales de renombre pusieran sus ojos en él.

Meses después de la segunda intercontinental disputada, ésta vez ante Bayern Munich, Barcelona comenzaría las negociaciones para llevarse a Riquelme a tierras españolas. Durante un tiempo, el club catalán se lo quería llevar de cualquier forma, y el día 29 de Marzo de 2001, los dirigentes de Boca habían anunciado la confirmación de la transferencia en U$$ 22.000.000, pero luego varios vaivenes e indecisiones dejaron las negociaciones truncas. Luego, el 31 de mayo, tras una reunión realizada en La Bombonera con Anton Parera y Francesc Closa, director general y vicepresidente del Barça, se anunciaría por segunda vez el traspaso del futbolista a cambio de US$ 11.000.000 por el 50 por ciento del pase, y Román arreglaba un contrato por US$ 15.000.000 por cinco temporadas.

Sumado a esto, se sumaban las ganas de emigrar del crack Xeneize, que se debían a los conflictos con los dirigentes del club. Uno de los motivos, era que no le pagaban a Román lo que verdaderamente deberían pagarle, y en el Clausura 2001, durante el Súperclásico, después de meter un gol en un rebote de penal, corrió hasta la mitad de la cancha y patentó el conocido festejo como el Topo Gigio, que según el propio jugador, lo realizó porque a su hija le encantaba ese personaje, pero en realidad era un llamado de atención hacia la dirigencia para que le paguen lo que él creía que valía.

Luego, con el correr de los días cambiaron algunas cosas previo a la partida de Román al Barça, ya que Boca había cambiado de entrenador, asumía el uruguayo Óscar Tabárez, el Xeneize quedaba afuera de la Libertadores, sin chances en el torneo local, y Marcelo Bielsa no había convocado al volante para el Mundial Corea-Japón 2002. Aunque, finalmente después de tantas idas y vueltas, Juan Román Riquelme partiría de la institución boquense, luego de 3 campeonatos locales, 2 Libertadores y 1 Intercontinental, para vestir la camiseta blaugrana, y compartir equipo con algunos argentinos, entre ellos Javier Saviola.