El “Aurinegro” comenzaba la pretemporada con el mejor de los ánimos, las ya habituales promesas diligénciales de conformar planteles competitivos para “pensar en pelear cosas más importantes que un descenso”. Lamentablemente, estas son palabras más que conocidas para los hinchas olimpienses.

Sin dudas, uno de los primeros golpes fuertes que recibió la escuadra a principio de año, fue la partida de de Hernán “El Sapito” Encina. Quien había llegado al club en un estado tanto físico como futbolístico que dejaba bastante que desear. Pese a esto, fue contenido y apoyado para recuperarse. Situación que término de materializarse cuando el campeonato pasado ya concluía y el mediocampista le brindaba sus mejores minutos al aurinegro, siendo uno de los principales artífices de más de una victoria.

Más allá de esto, los resultados nunca terminaron de acompañar y si bien en más de una oportunidad, la situación parecía comenzar a mejorar, luego otra racha negativa, terminaba con las esperanzas del representante bahiense en la máxima categoría del fútbol argentino.

Pero en el principio del articulo mencionábamos que los factores futbolísticos y los resultados  no fueron el único problema, ya que a todo esto se le sumó una inesperada y muy poco cortez retirada del hasta entonces técnico Diego Osella, quien  hasta último momento negó rotundamente sus conversaciones con Newells (club del que por otro lado es hincha) y dejó a un plantel sin dirección técnica prácticamente de un día para el otro, obligando a la comisión directiva a optar por un ex jugador del club, con muy poca experiencia en la actividad y que había inhibido a la institución hace años, por supuestos haberes impagos.

Por último y como si todo esto fuera poco, en las últimas semanas aparecía una aparente deuda fiscal millonaria del club, situación que intentó ser minimizada por su presidente Alfredo Dagna.

En pocas palabras, el primer semestre de Olimpo no fue un nido de rosas, en pocos días comenzará su participación en la Copa Argentina, situación que podría de algún modo, apaciguar el gran descontento que los hinchas tienen.

 El futuro por ahora es incierto, lo concreto es que en el campeonato largo que se avecina, el aurinegro está obligado a engrosar a fuerza de buenos resultados su delgado promedio, para no tener complicaciones con los tan temidos descensos. En este sentido, la comisión directiva se comprometió a jerarquizar el plantel con jugadores de renombre. Veremos si en esta oportunidad, esto termina de concretarse. 

+ Osella, Díaz y el cambio que no fue