Muchos son los goles que hizo Martín Palermo. Cientos. En 20 años de carrera, el Loco se despachó con tantos de todo tipo: supo marcar de chilena, de tijera, de adentro y fuera del área, de media cancha, con todas las partes del cuerpo permitidas, en fin, de cualquier forma que le llegara la pelota, él la convertía en gol. Por eso, no fue fácil pero, desde VAVEL, armamos un podio. ¡A disfrutar!

3. Triplete inolvidable

El 21 de mayo de 2008, por los cuartos de final de la Copa Libertadores, Boca Juniors enfrentaba al Atlas de México por cuarta ocasión en el certamen. Las anteriores: 3-0 en la Bombonera y 1-3 en México, por el Grupo 3, y 2-2 en el José Amalfitani (Vélez Sarsfield) por la ida de esos cuartos. En la vuelta, sería la noche mágica de Martín Palermo.

Con un gol, Boca se clasificaba a semifinales (donde luego caería ante Fluminense de Brasil), pero un hipotético empate de los mexicanos lo dejaba afuera por el gol de visitante. Pero no hubo mucho que analizar: a los 19 minutos, Palermo puso el 1-0 de media vuelta, tras pase de Juan Román Riquelme; y, a los 33, el mismo delantero marcó el segundo tanto del partido, luego de un pelotazo largo del mismo '10' para que Rodrigo Palacio, uno de los mejores socios de Martín, lo asista una vez más.

El partido parecía que iba a darse de forma tranquila para los Xeneizes, pero Palermo se tenía guardado algo más. No cualquiera hace un hat-trick. Menos aún en un partido de cuartos del torneo continental más importante. Pero, como ya dijimos, para él no había imposibles. Como si esto fuera poco, recibió la pelota del Pochi Cristian Chávez y, viendo al arquero adelantado, la picó desde tres cuartos de cancha para marcar un golazo que selló la serie.

2. El inicio de la rivalidad

Palermo marcó goles inolvidables hasta el final de su carrera, pero también en el principio de ella. Para 1997, Martín ya era titular indiscutido del Estudiantes de La Plata que había descendido y vuelto a Primera División de la mano de su goleador y Juan Sebastián Verón. El 4 de mayo de ese mismo año, el Pincha enfrentaba a River Plate en el Monumental y con Palermo entre los titulares. Y vaya si cumplió el delantero, que marcó dos goles, y, uno de ellos, una perla.

River llegaba al partido como tercero e invicto, con cinco victorias y cuatro igualdades. Por su parte, Estudiantes llevaba dos partidos ganados, dos empatados y cinco perdidos, peleando en la segunda mitad de la tabla. Pero siempre hay lugar para el batacazo, y más aún con Palermo en cancha. Leonardo Ramos había iniciado la cuenta para el León, abriendo la puerta al partido impecable del Titán, que amplió el marcador un minuto después con el gol en cuestión. Atacaban los platenses cuando Palermo recibe afuera del área grande. Recibe, en realidad, es una forma de decir, porque ni parar la pelota necesitó: de primera y de derecha, le pegó de lejos y marcó un golazo al ángulo del arquero Roberto Bonano. Luego, un cabezazo del '9' y Martín Fúriga sentenciaban la historia, a pesar del descuento de Marcelo Escudero, pero eso ya había pasado a segundo plano, porque ese gol es de los más lindos de una carrera que recién empezaba.

1. Palermo Guinness

Y llegó el momento del mejor. El 4 de octubre del 2009, Palermo rompió con todo lo esperado y, contra todo pronóstico, marcó el gol más impresionante de su carrera.

Boca no pasaba un buen momento y el Apertura 2009 venía siendo para el olvido. Luego de cinco fechas, acumulaban tres derrotas consecutivas y, como si necesitaran algo más, tocaba enfrentar a Vélez, último campeón y de los mejores equipos de los últimos tiempos en Argentina.

Leandro Caruso marcó dos veces para el Fortín, que era mejor a pesar del descuento de Sebastián Battaglia. Y ahí llegó la parte más gustosa para los que gustan de los buenos goles. Riquelme puso el empate promediando el segundo tiempo con un remate impecable de afuera del área que golpeó en el travesaño antes de entrar.

2-2 el partido y parecía que Boca hacía negocio de una situación adversa. Pero Palermo siempre pensó en el arco rival. Y sino, ¿qué otra explicación puede tener el gol que hizo a los 29 minutos? Atacaba el equipo xeneize por izquierda cuando el arquero velezano Germán Montoya salió lejos a despejar la pelota antes que llegue al delantero rival. Pero hizo lo que nadie debe: despejó al medio. Y menos aún si en ese medio está Palermo. Ya una vez lo nombraron mejor cabeceador del mundo, y ese día le hizo honor al título, cabeceando desde nada más y nada menos que ¡39 metros! Ese cabezazo entró al Libro Guinness de los Récords como el gol de cabeza más lejano. La situación no podía mejorar más. O tal vez sí. Seis días después, Palermo jugó contra Perú para la Selección Argentina en un partido clave y ya todos sabemos cómo terminó eso: gol agónico y clasificación. De no creer.