River Plate y Boca Juniors, un día 30 de marzo pero del 2014, hace 3 años, se medían en una nueva edición del Superclásico de Argentina. Desde el inicio se hablaba de un clásico atrayente, el equipo de Ramón Díaz quería sumarse a la pelea por el campeonato y el de Bianchi también. Pero esa fría tarde noche de otoño en La Bombonera fue solamente para uno.

Las condiciones para el "Millo" estaban dadas para romper el maleficio de 10 años sin conseguir tres puntos de visitante en el clásico. El plus de tener a Ramón de entrenador, Cavenaghi en cancha, Teo afilado, Lanzini de estandarte, un buen medio campo basado en Ledesma y por derecha el incansable Carbonero. En la defensa, Balanta y Maidana permanecían firmes a pesar de que días antes al encuentro, Vangioni, quien podía jugar tranquilamente por el artículo 225, no fue permitido desde AFA. En su lugar tuvo que entrar de lateral izquierdo, improvisado, Ramiro José Funes Mori. Lo demás es historia.

Boca por su parte, vivía un ambiente más tranquilo pero sabía que era obligatorio ganar debido a que sería el último River-Boca que jugaría Juan Román Riquelme. Pero Díaz y compañía llegaron para arruinar una fiesta ajena y armar la propia.

Tras un primer tiempo parejo y sin situaciones, en el complemento River se puso 1-0 gracias a Manuel Lanzini que volvía a madrugar a Orión como aquella tarde del 2013. Esta vez recibió habilitación de Balanta y definió sin nervio alguno. En el festejo, el bailecito de cumbia que realizaron al costado del campo junto a Teo Gutiérrez hizo enojar a más de un hincha local. Con el correr del partido, Boca quiso conseguir el empate y lo consiguió tras un descuido de la defensa cerca del área que hizo tener a Román una chance inmejorable conociendo su técnica. El tiro libre que ejecutó Riquelme se impactó en el ángulo dejando atónito a Barovero. Era 1-1 y a la vuelta del festejo, el 'diez' xeneize se acercó al banco visitante y dijo clarito: "Hoy no ganan, acá no ganan", mientras que los Díaz masticaban bronca.

Lo que Román no sabía, es más, lo que nadie sabía ni se imaginaba era que en el final del encuentro aparecería un fenómeno del cual nadie se olvidaría. Un ataque de Lanzini en el cual el árbitro ve córner, que no fue, terminó en un impecable centro para Ramiro Funes Mori, este con un potente golpe de cabeza venció a Orión que tuvo una mala salida e impactó la pelota dentro del arco en el minuto 41 del segundo tiempo.

Silencio. Solamente 23 personas festejaron eufóricamente en vivo aquella fría tarde en cancha de Boca. Solamente 23 gritos de gol. Los hinchas locales vieron reflejado en Funes Mori aquella burla de Tévez con la "gallinita" en el Monumental, habrán pensado en el sabor dulce que tiene la revancha, quizás.

Desde aquel 30 de marzo la vida del mundo River tuvo un giro casi inesperado, el casi es porque tras lo vivido, la institución y los hinchas lo merecían. No hay forma de explicar el fenómeno del "Ramirazo" más que con mostrar lo logrado después. Un campeonato local con el emotivo 5-0 a Quilmes, Copa Sudamericana con Gallardo, Copa Libertadores y así seguió sumando estrellas.

No solamente el equipo creció sino que también el defensor central de River quedará siempre guardado en la memoria de cada hincha. Funes Mori no cumple años el 5 de marzo, sino el 30. Su progreso después de aquel año fue cada día notándose más. Tras convertirle a Tigres en la final de Copa Libertadores y enfrentar al Barcelona en Japón, llegó al complicado fútbol inglés de la mano del Everton con seis títulos bajo el brazo y tras varias buenas actuaciones Gerardo Martino decidió sumarlo a la Selección Argentina. Hoy sigue actualmente en el combinado de Bauza pero hace dos días sufrió una lesión en la rodilla y tendrá que estar dos meses sin jugar.

Algunas de las postales que dejó el famoso clásico del "No fue Córner" y del "Ramirazo" fueron estas.

Tapa de diario Olé, en el preciso momento que Funes Mori se saca la camiseta para festejar.

El capitán Cavenaghi que luego hizo público su agradecimiento al defensor por el gol anotado. Acá festejaban juntos antes de ir al vestuario.

Por último la foto del festejo. El grupo más unido que nunca se colgaba arriba de la figura de la noche, Ramiro.