En la tarde de hoy se disputó un partido en el que predominó la intensidad desde incluso antes del partido. Ferro recibía a Quilmes en el marco de un partido que no tenía ningún desperdicio por el valor que representaba para ambos equipos. Y decimos que todo empezó antes del silbatazo del juez, porque el compromiso arrancó mucho más tarde de lo previsto, una hora para ser exactos, dado a un inconveniente en uno de los accesos del público que tiene el estadio.

Entre mucha incertidumbre y duda, se pudo jugar el partido. Quilmes buscó rápidamente adelantarse tras algunas oportunidades muy claras que malograron los delanteros, a base de pelotazos desde la línea defensiva y de centros al área. Primero Brandon Obregón remató alto, después Franco Niell lo volvió a intentar con un potente derechazo que rozó el palo, y minutos después nuevamente Obregón quedó solo ante el arquero pero la volvió a desperdiciar.

De todas maneras, el local era el dueño de la pelota, controlaba el juego y encontraba algún que otro espacio para lastimar al Cervecero, como en varias llegadas protagonizadas por Busse, Bordacahar o Enzo Díaz. Aún así, la defensa del visitante se mostraba sólida y despejaba los balones que caían al área o veían como sus rivales dejaban pasar sus chances. 

Sobre el final, Federico Anselmo recibió un pelotazo largo de Braian Lluy pero definió suave al cuerpo de Andrés Bailo, dejando en claro que era un partido que cualquiera de los dos se podía llevar en alguna jugada aislada. Tras el descanso, el Verdolaga salió mucho más incisivo en ataque, dispuesto a poner el 1-0, y así lo conseguiría con una incursión en el ataque del lateral Lucas Ferrari y un centro al área que encontró y remató a gol el incansable Cristian Bordacahar, que había estado intentando reiteradamente durante los primeros 45 minutos.

A pesar de ser un golpe bajo para la visita, los de Leonardo Lemos no se vinieron abajo y 10 minutos después encontrarían la igualdad en los pies del joven Tomas Blanco, que recibió una excelente habilitación de Anselmo y golpeó la pelota al primer palo para batir a Bailo.

Con casi media hora de juego por disputarse, el partido volvía a abrirse y el nerviosismo se sentía en el aire. El conjunto que dirige Jorge Cordon pudiera haber resultado ganador del encuentro si no hubiese sido por, una vez más, la impresionante aparición del arquero Marcos Ledesma que después del gol del empate, despejó un mano a mano de Enzo Díaz. A esta intervención le sumamos otra, casi sobre el final, rechazando a media altura una perfecta ejecución de tiro libre de Nicolás Gómez. 

Sin muchas más situaciones para destacar, ya que predominó la disputa de la pelota en el centro de la cancha y la falta de eficacia para generar ocasiones, salvo la expulsión de Mauro Bellone en el Cervecero, terminó el partido.

Punto que no les termina de dejar un buen sabor de boca ni a un equipo ni a otro, porque a pesar de que la diferencia de puntos entre los equipos en puestos de reducido es muy corta, Ferro no puede desperdiciar ningún punto para poder clasificarse. Y los del sur tampoco pueden perder la oportunidad de sumar, pero para salvarse del descenso, ya que esta igualdad los mantiene en la zona roja, y cada vez va quedando menos.

Síntesis:

Formaciones:

Ferro(1): Bailo; Grana, Olivarez, Lazzaroni, Ferrari; Busse (Murillo; ST 38'), Miranda, Torres (Tesuri; ST 30'), Gómez; Bordacahar y Díaz. DT: Jorge Cordon.

Quilmes(1): Ledesma; Lozano, Alegre, Mieres, Lluy; Blanco (Valdez; ST 41'), Max (Noble; ST 27'), Bellone, Obregón; Niell (Ramírez; ST 14') y Anselmo. DT: Leonardo Lemos.

Goles: ST 11' Bordacahar (F); 21' Blanco(Q)

Amonestado: Ferrari (F)

Expulsado: Bellone (Q)

Árbitro: Ramíro López

Líneas: Diego Martín y Hernán Vallejos

Cuarto Árbitro: Diego Bocca

Cancha: Estadio Arquitecto Ricardo Etcheverry