A lo largo de toda su historia, Boca Juniors obtuvo 69 títulos y uno de los más importantes se dio en el año 2000. Luego de la consagración en la Copa Libertadores donde supo eliminar a River Plate en los cuartos de final, llegó el turno de medirse ante el poderoso Real Madrid, a quien venció por 2-1 en suelo japonés.

Los dos goles de Martín Palermo fueron suficientes para que el equipo de Carlos Bianchi levante la Copa Intercontinental, la segunda en su palmarés hasta ese momento. Aquella gesta del conjunto azul y oro tuvo mucha repercusión y en épocas contemporáneas, se mantiene vigente el encuentro entre el Xeneize y el Merengue.

Por el lado del conjunto español, varios integrantes de ese plantel brindaron su testimonio y hace algunas horas se dio el turno de Fernando Hierro. El histórico defensor tuvo una charla en AM 590 y allí rememoró todos esos episodios que vivió en el enfrentamiento ante el club de la Ribera.

“La diferencia está muchas veces en la preparación, en el viaje, en la mentalidad. Boca tenía un magnífico equipo, que sabíamos que iban a competir”.

"Desgraciadamente la derrota con Boca que nos enseñó y ayudó mucho para ganar la siguiente Intercontinental, porque nos dimos cuenta de que cualquier equipo es tan bueno como el nuestro y sobre todo, tenían más tiempo para adaptarse. Esa derrota nos enseñó mucho, y con todo el respeto del mundo lo digo, porque Boca tenía unos jugadores maravillosos y un entrenador maravilloso", comentó el ex entrenador del seleccionado español en el Mundial de Rusia.

Luego, agregó: "Nosotros llegamos a Tokio y creo que hacía mucho frío, la adaptación... Y Boca estuvo varias semanas preparándose. Desgraciadamente salimos con mucho frío, Boca salió mucho más tarde que nosotros y a los 10 iban ganando 2-0 y remontar a un equipo como Boca que sabe que no es fácil".

Por último, elogió a varios futbolistas que jugaban en el equipo del “Virrey”, entre ellos Juan Román Riquelme, actual vicepresidente segundo: "Román era un jugador extraordinario. Nos ponemos 1-2 y apareció ese talento natural de Riquelme que sabemos todos, de aguantar el balón, no perderlo. Era difícil quitarle la pelota a él. Aparte los dos goles de Palermo le permitieron un partido extraordinario, porque supo en todo momento el timing y ritmo del partido".