Un día como, Martín Palermo, el máximo goleador histórico de Boca disputó su último partido con esta camiseta. Luego de 404 encuentros jugados 236 goles oficiales, el Titán se retiró del fútbol profesional.

Su último encuentro fue ante Gimnasia La Plata, un equipo al cual le convirtió 15 goles en 18 encuentros. Este partido finalizó de forma épica, ya que el Lobo necesitaba si o si la victoria para jugar la promoción por no descender. El Xeneize perdía 2-1, pero en la última pelota del partido, Palermo asistió a Christian Cellay, que puso el empate definitivo y obligó al conjunto platense a disputar un encuentro desempate ante Huracán para decidir que equipo descendía a la segunda categoría del fútbol argentino.

 

A lo largo de su carrera, Palermo cosechó títulos, goles y récords, su vida fue una película de principio a fin. Entre ellos, podemos destacar los siguientes:

20 goles en 19 encuentros 

Durante el Torneo Apertura 1998, Palermo se convirtió en hombre récord al convertir 20 tantos en 19 partidos, cifra nunca antes vista en el fútbol argentino en torneos cortos.

Gol 100 con los ligamentos rotos

Palermo llegó a su gol número 100 frente a Colón el 13 de noviembre de 1999. El dato curioso es que el Loco llegó a este gran número con los ligamentos de la rodilla derecha rotos. Su vuelta a la actividad fue de manera épica.

Histórica vuelta de la lesión

Luego de haberse lesionado en el año 1999, Palermo volvió a los terrenos de juego el 24 de mayo del año 2000, ante River Plate en una noche de Copa Libertadores. Minutos más tarde, convirtió el tercer tanto que le dio la clasificación al conjunto de Bianchi a las semifinales del torneo continental.

Los dos goles al Madrid

Tras ganar la Copa Libertadores del año 2000, Boca tuvo que disputar la final de la Copa Intercontinental nada más y nada menos que frente a Real Madrid. Este encuentro fue victoria de Boca por 2-1, con dos tantos convertidos por Palermo.

Gol a Vélez de cabeza desde la mitad de la cancha

Las locuras de Martín no tienen fin. Un 4 de octubre de 2009 marcó un gol que recorrió el mundo: le marcó el gol que le dio la victoria a Boca, pero fue de cabeza desde 40 metros. Algo que solo él puede hacer.

Gol agónico a Perú

El sábado 10 de octubre de 2009 se dio una de las noches más recordadas a nivel selección de los últimos años. En un partido donde Argentina necesitaba si o si la victoria ante Perú para acceder al Mundial de Sudáfrica 2010, apareció él, Martín Palermo. En la última pelota del encuentro, luego de un centro cruzado, el Loco se hizo presente por detrás de todos y marcó el tanto que desató la furia y la emoción de todos en el MonumentalPalermo lo hizo de nuevo.

Gol a Grecia en el Mundial de Sudáfrica

Palermo en su vida futbolística había hecho todo, pero solo le faltaba una cosa: disputar un mundial con la selección. Luego del tanto ante PerúDiego Armando Maradona lo llevó al mundial de Sudáfrica. El Loco tuvo la oportunidad de disputar un puñado de minutos, que no desperdició. A los 35 minutos del segundo tiempo ingresó en un encuentro que Argentina le ganaba a Grecia por 1-0. Ocho minutos bastaron para que dejara su marca en el resultado, ya que convirtió el gol que liquidó el partido.

A lo largo de su carrera, Palermo tuvo infinitos momentos. Fue un jugador el cual le tocó pasar por momentos muy buenos (como los mencionados anteriormente) y momentos muy duros (diferentes lesiones y la muerte de su hijo). Aun así, el Titán supo sobreponerse a las adversidades, y se transformó en una persona que será recordada de la mejor manera, tanto por sus actitudes dentro como fuera de la cancha.

El máximo goleador de la historia de Boca acumuló la exorbitante marca de 236 tantos y ganó la cantidad de 13 títulos, entre los cuales se destacan los Torneos Aperturas de 199820002005 2008; los Torneos Clausuras de 1999 2006; la Copa Libertadores ganada en el año 2000 2007; la Copa Intercontinental lograda en el 2000; las Copas Sudamericanas obtenidas en el 2004 2005; por último las Recopas conquistadas en el 2006 2008.

Martín fue único y claro está que no habrá otro igual. ¡Gracias Titán!