Concluyó otro campeonato para el Expreso. Otro torneo irregular. Por momentos esperanzador. Por momentos para cerrar los ojos y pensar en otra cosa. Llegó a esta fecha final sin chances de avanzar de fase (matemáticamente existía una posibilidad, pero casi imposible). Servía, claro, para engrosar un poco el promedio y terminar con una sonrisa en el que, por el momento, era el último encuentro en el Feliciano Gambarte.

En la previa, se observaba una diferencia principal: los goles. Godoy Cruz llegó como el equipo con más goles en contra (23) y uno con más goles a favor (el sexto, con 18). Banfield era la contracara: le convirtieron poco, pero llegó de igual manera a la red rival -12 en contra y 13 a favor-. Con ese pantallazo preliminar, cuando se pararon en el juego también se vieron planteos distintos.

El Tomba comenzó con un 4-2-3-1. Sebastián Méndez ratificó la defensa de la fecha anterior: Elías López, Mauro Dos Santos, Gianluca Ferrari y Damián Pérez. Cerca de ellos, la dupla Luciano Pizarro-Gonzalo Ábrego se ubicaba como eje. Adelante, Martín Ojeda por derecha, Matías Ramírez por el medio y Sebastián Lomónaco por la izquierda, buscaban abastecer al “Tanque” Tomás Badaloni. Por su parte, Javier Sanguinetti repitió el equipo que venció a River en el Florencio Sola. Línea de cinco defensores (Coronel, Maldonado, Lollo, Sosa y Quinteros), tres mediocampistas (Payero, Cabrera y Galoppo) y dos puntas (Álvarez, más suelto, y Pons, “nueve” de área).

Los primeros minutos vieron a un equipo bodeguero que intentaba tomar la iniciativa. Con la posesión del balón, Ábrego era quien aportaba más claridad y juego al equipo. El juvenil rotaba con Pizarro, otro de la casa, en el eje del campo; si uno subía, el otro debía hacer la cobertura. Sin embargo, la más clara en el inicio llegó de una pelota parada. Luego de un tiro de esquina lanzado por Ojeda, Arboleda voló y tapó un gran cabezazo de Ferrari. El Expreso tuvo tres córneres en seis minutos. Aun así, le costaba progresar con juego asociado.

El partido se puso trabado en la mitad del campo. Con muchos choques en esa zona, lo mejor del Tomba seguían siendo los del medio. Especialmente en función defensiva, Godoy Cruz estaba ordenado y Banfield no encontraba el rumbo en el Feliciano Gambarte. En ese sentido, Badaloni cerraba espacios a los centrales (en un tres contra uno, estaba en clara desventaja y no tenía sentido presionar en ese sector) y Ramírez tomaba a Cabrera, “cinco” del Taladro, para que el conjunto de Sanguinetti deba inclinar el juego hacia uno de los costados. A partir de allí, los de Méndez ganaban los duelos en la zona media y Banfield no progresaba. El problema era que, al recuperar el balón, al Expreso no se le caían muchas ideas. Con jugadores de buen pie de mitad de cancha hacia adelante, surgían jugadas esporádicas, pero poco y nada.

Además, a partir de los treinta minutos, comenzó a jugarse como quería el equipo del sur de Buenos Aires. Tanto Cabrera como Galoppo encontraron movilidad para recibir la pelota en el medio. Esos movimientos despistaban a Ramírez y uno de los dos mediocampistas progresaban con más libertad. Sino, el Taladro encontraba superioridad por los costados. Especialmente por el derecho con Coronel. Otro que comenzó a tomar protagonismo fue Pons, quien ganaba la posición en sus pivoteos contra Dos Santos. El que no aparecía era Payero, quien se mostró impreciso gran parte del encuentro.

Aun así, las situaciones de gol más claras eran para el local. Los de azul y blanco tuvieron tres ocasiones en los últimos diez minutos. Y las tres del mismo jugador, Martín Ojeda. La primera: un remate al travesaño, luego de una buena recuperación de Lomónaco por la derecha de la defensa rival. La segunda: una volea, tras un centro de López, que fue tapada por Arboleda. Y, la tercera: un tiro de derecha que rebotó en Lollo y se fue al tiro de esquina. La visita tuvo una. Un disparo desde fuera del área por parte de Pons, que atajó Espínola. En un desarrollo parejo, Godoy Cruz merecía un poco más. Pero el fútbol no se mide por merecimiento.

La segunda parte siguió de la misma manera. Un juego trabado, disputado en la mitad de cancha y con muchos cortes por faltas. Luciano Pons seguía marcando presencia cerca del área del arquero paraguayo, pero Godoy Cruz marcaba bien y no le generaban peligro. Además, el Tomba tuvo dos ocasiones más para marcar: una de Colmán (entró por Badaloni), que tapó el arquero colombiano, y otra de Bullaude (sustituyó a Lomónaco), que dio en el palo. El ingreso del “Flaco” dio aire y frescura para un ataque bodeguero que se había estancado.

El “Archu” Sanguinetti también introdujo sus variantes. Cambió a los carrileros –Coronel y Quinteros- por dos jugadores más “ofensivos” y con más proyección: Luciano Gómez y Agustín Urzi. También, entró Ramiro Enrique, hijo del “Negro”, por Álvarez. Y, cuando el partido iba a un cero a cero cantado, le salió todo redondo al DT banfileño. A los treinta y cuatro minutos, un centro desde la derecha encontró a una defensa tombina totalmente dormida, Urzi (en posición dudosa) rescató una pelota que parecía perdida y la envió al área chica, donde estaba Enrique solo para empujarla al fondo del arco de Espínola. El Taladro se puso en ventaja y veía una luz de esperanza para meterse entre los cuatro primeros de la Zona A (debe esperar que no ganen River, Racing y Rosario Central).

Por el lado mendocino, fue un baldazo de agua fría. Godoy Cruz sigue pagando caras las distracciones en defensa, en un partido que no merecía perder. Los últimos minutos fueron puro empuje para rescatar, al menos, un punto. Unidades que le permitan encontrar aire en la tabla de promedios. Aun así, se topó con Arboleda, la figura en la tarde mendocina. Al contrario de Sanguinetti, los cambios no le sentaron bien a Méndez. Salvo lo mencionado de Bullaude, Burgoa ingresó con sus irregularidades encima y generó poco. Henríquez, en el medio, impreciso. ¿Y Colmán? Al igual que Badaloni, tiene que luchar con los centrales del rival y sacar agua de las piedras en un Godoy Cruz que, a pesar de tener situaciones, le cuesta horrores hacer llegar la pelota con claridad a sus referentes en el área.

Pablo Dóvalo dio el pitazo final y se terminó la Copa de la Liga para el Expreso. Otro torneo que se va con más dudas que certezas. Un andar más que irregular. Con la ilusión de los últimos partidos que se esfumaron de un momento a otro. Ahora, se viene el encuentro por Copa Argentina con Boca Unidos de Corrientes (jueves a las 14:10), para hacer borrón y cuenta nueva.

Síntesis del partido

Godoy Cruz: Juan Espínola; Elías López, Gianluca Ferrari, Mauro Dos Santos, Damián Pérez; Gonzalo Ábrego, Luciano Pizarro; Matías Ramírez, Martín Ojeda, Sebastián Lomónaco; Tomás Badaloni. DT: Sebastián Méndez.

Banfield: Mauricio Arboleda; Emanuel Coronel, Alexis Sosa, Luciano Lollo, Alexis Maldonado, Franco Quinteros; Martín Payero, Alejandro Cabrera, Giuliano Galoppo; Juan Álvarez, Luciano Pons. DT: Javier Sanguinetti.

Goles: en el segundo tiempo; 34’, Ramiro Enrique (B)

Sustituciones: en el segundo tiempo; 16’, Ezequiel Bullaude por Lomónaco (GC). 18’, Agustín Urzi por Quinteros y Luciano Gómez por Coronel (B). 22’, Cristián Colmán por Badaloni y Fabián Henríquez por Pizarro (GC). 31’, Juan Manuel Cruz por Pons y Ramiro Enrique por Álvarez (B); Valentín Burgoa por Ramírez (GC). 39’, Jonás Gutiérrez por Payero (B).

Tarjetas amarillas: en el primer tiempo; 16’, Damián Pérez (GC). En el segundo tiempo; 16’, Franco Quinteros (B). 26’, Alejandro Cabrera (B). 30’, Martín Payero (B) y Juan Espínola (GC). 41’, Giuliano Galoppo.

Estadio: Feliciano Gambarte.

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