El Manchester City figuraba como el máximo candidato en la previa de la final por todo lo que respecta al equipo. Desde el consagrado DT Josep Guardiola que le dio al equipo una identidad de juego sólida y dañina, hasta el gran plantel que es uno de los más caros del viejo continente.

Por el otro lado, el Chelsea comenzó la actual temporada con gran expectativa por los grandes fichajes como el de Timo Werner y Kai Havertz que llegaron a cambio de grandes sumas de dinero y a pedido de Frank Lampard, el técnico en el que se puso grandes expectativas. Pero no todo fue alegría para el equipo de Lampard que fue desplazado de su puesto en enero de este año por los pésimos resultados y por las grandes figuras que no brillaban. Y así se propició la llegada de Tomas Tüchel, proveniente del PSG que lo despidió tras perder la final pasada ante el Bayer Münich.

El partido comenzó con ambas escuadras atacando con intensidad, fieles a sus respectivos estilos de juego, los Citizens buscaron desplegar los contraataques partiendo desde el medio y abrir por las bandas para de allí meter la pelota al área, puesto que los centrales Blues han demostrado una solidez admirable al igual que el mediocampo haciendo difícil el ataque por el centro. El City aprovechó los espacios para desplegar su ataque hasta a ilusionar a los hinchas con el gol con un remate de Phil Foden dentro del área que Antonio Rüdiger interceptó con una barrida que se gritó como un gol. Al igual que un remate desde la punta del área de Raheem Sterling que dio en un central contrario y desvió la pelota que contuvo Mendy.

El Chelsea contuvo los ataques rivales y su plan pareció peligrar con la lesión del central brasileño Thiago Silva, y en su lugar entró Andreas Christensen realizando un buen trabajo que no hizo sentir la ausencia de Silva. Con la defensa bien plantada en su zona, el equipo generó contras con el objetivo de aprovechar la línea defensiva adelantada de Guardiola y ganarles las espaldas, pero el retroceso de estos fue rápido y complicaron el ataque, como así también las intervenciones de Ederson ante los remates concretados. Hasta que a los ´41 Mason Munt recibió la pelota en la mitad del campo y metió un pase filtrado para Havertz que hizo una diagonal ganando la espalda de los centrales rivales y gambeteó a Ederson ante su salida para rematar con el arco vacío que puso el 1-0 que más tarde sería el definitivo.

Al comienzo de la segunda parte, la intensidad fue la misma con un City que quería empatar y un Chelsea que quería estirar ventajas. Con el correr de los minutos los Blues fueron apostando a fortalecer la defensa que contenía el asedio rival de alta intensidad y sacar contras como la del primer gol. Además, llegando a los ´15 la figura citadina Kevin De Bruyne chocó ante Rüdiger y salió del partido por Gabriel Jesús al no poder continuar, pero el ataque no cesó. Los de Tuchel continuaron protegiendo el arco de Mendy, llegando inclusive a sacar un contragolpe que dejó al estadounidense Christian Pulisic cara con Ederson picando la pelota por encima de él y la pelota salió rozando el segundo palo.

A falta de 20 minutos para el final, Guardiola apostó por la ofensiva y mandó a la cancha a Sergio Agüero para que el Kun hiciera la heroica en su despedida, aunque su única contribución directa fue un centro dentro del área a las manos de Mendy. A su vez, Tuchel leyó el juego de su contrincante como si de un juego de ajedrez se tratase y envió a Mateo Kovacic en lugar de Munt para reforzar a la defensa. Y en los últimos movimientos salió victorioso al ofuscar el ataque del rival que tuvo la más clara, quizás, sobre el final con un remate del argelino Riyad Mahrez que besó el ángulo y se perdió por el fondo.

Con la consagración por segunda vez en la Champions League se celebró al borde de las lágrimas por el bello sabor a revancha que tuvo dicha proeza. Arrancando por su técnico Tuchel que fue despedido al perder la final pasada con el conjunto parisino y meses más tarde remontó con un equipo golpeado al ganar la orejona, y pudo compartir este logro con Thiago Silva que participó en la final pasada con el PSG. Además, caso de jugadores como Werner y Havertz que comenzaban a decepcionar con sus actuaciones, pero fueron mejorando con el pasar de los partidos y el ex Leverkusen marcó el único tanto en la final más importante a nivel clubes en Europa. Otro de los revanchistas es el caso del argentino Wilfredo Caballero que tras tener un complicado paso en el pasado mundial de fútbol, ahora pudo consagrar su carrera con una de las copas más codiciadas del mundo. Pero la revancha más importante fue la del hincha Blue, que al principio de temporada veía a su equipo flojear y lejano a pelear campeonatos, aún más tras perder la FA Cup a manos de Leicester City hace algunas semanas, ahora pudo ver su equipo conseguir un campeonato para nada pequeño.

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