Otra noche de Copa Sudamericana se hizo presente en el Cilindro de Avellaneda. No era contra cualquier rival, sino que Cuiabá era el oponente a vencer en el grupo B del certamen internacional. Este encuentro, y el que se disputará en Brasil, seguramente definirán quien clasifica a la próxima fase del torneo internacional. En el primer round, Racing fue el terminó sonriendo.

Si a alguien le habían dejado dudas los últimos dos cotejos de La Academia, el equipo de Gago se dedicó a despejarlas durante los primeros 45´. Desde el minuto uno se vieron las características innatas de lo que propone el DT: circulación de la pelota, salida desde abajo y presión alta, entre otros atributos.

Cuiabá, a pesar de no poder dominar el partido, en las pocas intervenciones que tuvo dejó en claro su buen criterio en el manejo de la pelota, como todo equipo brasileño. El problema en el visitante fue que nunca se animó a disputarle la posesión a Racing, y de esta manera se le hizo cuesta arriba el partido.

Ambas bandas fueron claves en el ataque académico. Hauche logró desequilibrar en varias ocasiones por izquierda, en este caso reemplazando a Tomas Chancalay, mientras que Fabricio Domínguez fue el gran destacado del encuentro. El uruguayo no solo fue solidario en la marca, sino que se presentó como una constante opción ofensiva y armó varias jugadas de peligro en área rival.

El arquero rival, João Carlos, verdaderamente se lució. Diversas intervenciones tuvo en el primer tiempo. Un Cabezazo de Hauche, las llegadas de Miranda y los remates de Correa fueron lo más destacado en el local. Finalmente, el ex Colón tendría revancha y vencería al arquero brasilero a los 26’. Fabricio Domínguez puso como con la mano un centro a la cabeza del delantero, que no perdonó. Arriba 1-0 La Academia en Avellaneda.

Racing continuó dominando y tuvo dos remates más que el guardameta brasilero despejó de buena manera. La cuenta pudo haber sido mayor, Gago y todos los presentes sabían lo peligroso que podía ser dejar vivo al rival, pero de esta manera se cerró el telón de la primera mitad.

Javier Correa celebrando el grito sagrado que abrió el partido. Foto: @fotobaires
Javier Correa celebrando el grito sagrado que abrió el partido. Foto: @fotobaires

El segundo tiempo dejó un saldo muy parecido al primero. Cuiabá no pudo superar la gran presión que Racing ejerció, principalmente, a través de sus mediocampistas, con Lolo Miranda como abanderado principal.

El tan ansiado segundo gol, que dejó de lado el nerviosismo y drama que podía generar estar por tan solo un tanto arriba, terminó llegando a través de la pelota parada. Carlos Alcaraz, el joven surgido en el predio Tita, remató y convirtió lo que sería el 2-0 definitivo. Lo cierto es que la pelota pegó en el palo y luego rebotó en el arquero rival, por lo que el gol podría ser convalido como “en propia puerta”. Nada de esto le importó demasiado a Racing, que ya se había encargado de sentenciar el partido definitivamente.

Apenas faltando diez minutos para el cierre del encuentro, el equipo brasilero se arrimó al arco del Chila Gómez, pero fue demasiado tarde, se despertaron casi al cierre del cotejo.

  • El resumen del partido

La Academia ganó 2-0 ante su gran rival del grupo B. El equipo sigue invicto, hace ocho partidos que gana de manera consecutiva y, sobre todo, convence desde el juego. El público celeste y blanco se siente identificado con el equipo de Fernando Gago.

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