Como en una historieta de comics, o más precisamente en Spiderman donde un jóven es picado por una araña, lo del miércoles en Melbourne puede que haya despertado los poderes de Roger Federer. Según el jugador, una abeja le picó su dedo meñique derecho, generándole un fuerte ardor durante varios games del primer set, el cuál perdió por 3-6. Luego, la magia volvió a despertarse y en tres sets cerró el partido ante un Simone Bolelli agresivo y dinámico.

En el inicio del partido, el italiano logró quebrar rápidamente frente a un Federer lento. El buen primer servicio de Bolelli y algunos errores del suizo hicieron que el marcador comenzara a su favor. En uno de los descansos del primer set, la alarma se vivió para todo el equipo del suizo, y sin duda, para gran parte del mundo del tenis. Roger Federer pedía asistencia médica por una molestia en su mano derecha y así era la tercera vez en toda su historia deportiva que lo hacía. Todo parecía ser alguna ampolla, nada de qué preocuparse, ya que el juego siguió su ritmo y ahora, a favor de él.

La efectividad de Federer comenzaba a crecer y los puntos a su favor volvían a resurgir, como si hubieran estado ocultos en set anterior. Fue así, que los quiebres llegaron y con un ace se llevaba el segundo parcial por 6-3. Con el puño cerrado y un grito característico, demostrando que sigue vivo, la sonrisa volvía para poner las cosas en su lugar.

Por su parte, Bolelli iniciaba el tercer set con varias imprecisiones y el suizo ya obtenía un temprano quiebre. Muchas pelotas que parecían irse fuera de la cancha, apenas tocaban la línea, y Federer ganaba más puntos. El viento y, por qué no un poco de suerte, hacían que el tercer set lo ganara de nuevo con un ace por 6-2.

Un show de boleas seguían por parte del expreso suizo para el cuarto set, donde el italiano no lograba mantener su servicio en el arranque del parcial. Federer lo volvía a quebrar y la supremacía se notaba cada vez más, ante un Bolelli que de a poco fue perdiendo brillo. Ya con un 5-1 a favor del suizo, el italiano recuperaba el juego del primer set y salvaba de esa manera dos match point. Ya con el saque a su favor, Federer ganaba el game con un rotundo 40-0, y así el pase a tercera ronda del Australian Open.

Luego, en declaraciones a la prensa, Roger Federer comentó sobre lo que sintió durante el primer set. “Me sentía raro al empezar tras el break, y durante tres, cuatro juegos, ha sido la sensación más rara que he sentido nunca. Sentí que tenía el dedo insensible e hinchado. Sentí como si una abeja me hubiese picado. Nunca había sentido ese dolor antes, me perturbó”, dijo el tenista suizo.

También mencionó: “Sabía que no podíamos vendarlo porque entonces lo habría sentido más grande aun y más extraño. Simplemente pensé: espero que no vaya a peor o se quede así. No se cuál es la sensación, es la cosa más rara que he sentido en la punta de mi dedo”.

Si Peter Parker fue picado por una araña para convertirse en Spiderman, tomando así infinidades de poderes, tal vez una abeja hizo lo mismo en el cuerpo de Federer para ganar luego sus tres sets, y así el partido. Pero sabemos que sólo será anecdótico, porque con o sin abeja alguna, el talento sigue vivo. A veces es necesario sacar de la galera nuevos trucos para poder cerrar la obra y llevarse los aplausos. Con 33 años, Roger Federer sigue a paso firme con 1002 victorias en su haber y con el hambre de gloria intacta.