Noah Rubin es un joven tenista estadounidense qué enfrentó en el Torneo de Washington/Citi Open a su compatriota, John Isner. El chico de 22 años y que tiene como logro máximo - hasta el momento - ganar Wimbledon en categoría junior se enfrentó al actual número 9 del mundo que carga con la experiencia de 14 títulos ATP (La Asociación de Tenistas Profesionales) en sus vitrinas. Pero Rubin actuó y dio la sorpresa, y así se llevó el primer set por 6-4.

En el segundo set, cuando Isner sacaba 40-30 pasó algo loco e icónico en el transcurso del game qué lo llevo a ponerse 3-2 arriba. Como se puede ver en el vídeo: Noah va en respuesta de la defensa de Isner, cuando nota que se le despegaron las suelas de las zapatillas y se rindió en el camino. Quedó literalmente en llantas y pareció que sus zapatos estaban hablando. Ambos reaccionaron con humor y Noah buscó un nuevo par para continuar con el match.

El partido continúo y se cerró con un segundo set con tie-break, teniendo como victorioso a Rubin. A pesar del desperfecto y la situación vergonzosa que vivió con sus zapatillas superó el momento, ganó 6-4/7-6 y eliminó a nada más y nada menos que a John Isner.

De esta manera, logró el pase a octavos de final, donde debió enfrentarse a Andrei Rubliov. Y lo que al principio, fue risa y felicidad en el intento por avanzar por primera vez en su carrera a una instancia de cuartos de final de un torneo de ATP se desvaneció el mismo día, ya que Noah perdió frente al ruso, de 20 años y actual número 46 del ranking, por 6-3/6-2 y se despidió del torneo. Pero con una anécdota que quedará no solo para él, sino que para la historia del torneo y para todo el público presente.