Y Plasmó una huella imborrable en el Fútbol Profesional Colombiano, dirigiendo a Millonarios, Santa Fe y América de Cali, equipos con los que mostró su pasión por la táctica y la idea de juego, algo que está más que demostrado en la historia.

En VAVEL Colombia repasamos el homenaje que César Polanía, Hugo Mario Cárdenas y Jorge Enrique Rojas le hicieron al médico Gabriel Ochoa Uribe.

Pregunta. ¿De dónde nace la idea de hacer el libro acerca del Doctor Gabriel Ochoa Uribe?

Respuesta. El médico Gabriel Ochoa Uribe, el año pasado cumplió 90 años, por eso, pensamos que era un buen número para hacerle un homenaje. Entonces, con Hugo Mario Cárdenas y Jorge Enrique Rojas, que son como mis hermanos y con quienes trabajo en el periódico El País, pensamos que era hora de hacerle una distinción con este libro. Y gracias a la editorial Penguin Random House, pudimos realizar esta obra tan bonita en la que gente cercana al entrenador, cuenta vivencias, anécdotas y situaciones tristes y de alegría en su entorno.

Pregunta. ¿Usted, por qué es hincha del América de Cali?

Respuesta. Soy hincha del América de Cali, porque el fútbol es como el amor, es una pasión. A un hombre le gusta una mujer, porque lo siente en su interior, en la piel y en el corazón. De igual manera es el fútbol, puede ser un equipo colero o líder, pero de eso es que uno se enamora, de aquel club que usted acompañó y vio por primera vez en el estadio.

Pregunta. ¿Cuándo fue la primera vez que asistió al estadio Pascual Guerrero?

Respuesta. La primera vez que asistí al estadio, creo que fue cuando tenía cuatro años, a un partido entre América de Cali y Atlético Nacional, un domingo por la tarde. Me acuerdo tanto que, en ese equipo rojo, el arquero era Constantino; jugaba Jorge Ramón ‘La Fiera’ Cáceres. No recuerdo bien el resultado, si ganó o perdió, pero esa fue la primera ocasión en la que mi papá me llevó al estadio ‘Pascual Guerrero’.

Pregunta. ¿El mejor clásico que usted presenció contra el Deportivo Cali?

Respuesta. El mejor clásico que yo observé, fue cuando el América de Cali se proclamó pentacampeón, en el año 1986. En ese entonces, la mechita ganó 3-1 ante un gran equipo que tenía el Deportivo Cali, comandado por Bernardo Redín y Carlos Valderrama, un club que no fue campeón y tuvo bastantes méritos para alzar un trofeo. Los dirigidos por Gabriel Ochoa Uribe no se quedaron atrás en talento e hicieron mejor las cosas en la cancha. Así como decía Valderrama: “Nosotros poníamos el fútbol y América era el que se llevaba los tres puntos”. Recuerdo tanto que ese día, Roberto Cabañas, Ricardo Gareca y Carlos Ischia marcaron golazos.

Pregunta. ¿Cuál fue la mejor nómina que usted vio jugando del América de Cali?

Respuesta. La mejor nómina de jugadores que pude ver, sin duda, es la de 1985-86 y 87, integrada por Julio César Falcioni, Gerardo González Aquino, Juan Manuel Bataglia, Willington Ortiz, Ricardo Gareca, Roberto Cabañas, entre otros… Era un equipo de ensueño, una selección Sudamericana, lamentablemente no ganó la Copa Libertadores, pero siempre dominó en Colombia, desde el principio hasta el final; ese club era entrenado por el mejor director técnico: Gabriel Ochoa Uribe.

Pregunta. ¿Cuál es su once ideal histórico del América de Cali?

Respuesta. Nunca he hecho un equipo estelar, entre otras cosas, porque es muy complejo, pero bueno, aquí vamos.

Julio César Falcioni; Iván Vélez, José Pascuttini, Jorge Balbis, Pablo Armero; Gerardo González Aquino, Fredy Rincón, Roberto Cabañas; Antony de Ávila, Juan Manuel Bataglia y Ricardo Gareca. 

Esto es muy complicado, porque se te quedan afuera jugadores como Jorge da Silva, Carlos Ischia, Adrián Ramos, Jorge Bermúdez, Willington Ortiz, Alex Escobar y ‘La Guama’ Cardona, entre otros…

Pregunta. ¿Cuál jugador del Deportivo Cali le hubiera gustado que defendiera la camiseta de la mechita?

Respuesta. Yo creo que muchos equipos nacionales e internacionales, siempre quisieron tener a Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, porque es un jugador escaso.

¿Qué otro jugador hemos tenido en Colombia como él? Un futbolista que tenga esas ideas claras, con ojos por delante, atrás y en los lados; sabía dónde venía el rival, cómo proteger el balón, dónde venía su compañero para poner el pase y dejarlo mano a mano; pensaba más rápido que todos en el equipo.

De hecho, América lo quiso tener, lo contactaron y le ofrecieron muchísimo dinero para que regresara del Montpellier, pero él dijo que no. En el libro que redactamos, Valderrama dice que se negó a hacerlo, porque quería triunfar en el fútbol francés y además porque su corazón es azucarero.

Pregunta. ¿Cuál sería su ‘columna vertebral’ en el América de Cali?

Respuesta. Mí ‘columna vertebral’ histórica sería: Julio César Falcioni, José Pascuttini, Gerardo González Aquino, Roberto Cabañas y Ricardo Gareca.

Ahí, en los jugadores que mencioné, estoy dejando por fuera a Antony ‘El Pitufo’ de Ávila. Uno se pregunta, ¿cómo dejar por fuera al goleador? Pues precisamente, porque estoy hablando de una ‘columna vertebral’ y lo excluyo, pero obviamente no lo hago en el once ideal.

Pregunta. ¿Cuál es su top tres de jugadores históricos de la mechita?

Respuesta. El top tres de jugadores míos, es algo complejo. ¡Hacés unas preguntas muy complejas, Allan, pero no me arrugo!

Cuando yo jugaba fútbol -nunca fui jugador profesional ni nada por ese estilo- siempre me gustó la posición de arquero, a pesar de que no tengo buena estatura. En el momento que conocí a Falcioni, me paraba en el arco como si fuera él, quería tener sus gestos y sus ademanes. Entonces, para mí, Julio César Falcioni ha sido lo más grande que ha tenido el América de Cali.

Después, el jugador que más espectáculos me ha brindado a mí es Roberto Cabañas. Yo iba al estadio solo a verlo a él, si América de Cali perdía o empataba, pero Roberto hacía una finta, yo con eso salía feliz luego del estadio.

Por último, Ricardo Gareca y su forma de definir en el arco rival. La manera cómo salvaba partidos y nos arrancaba el grito de gol, faltando siempre pocos minutos para terminar el juego que estaba empatado, llegaba él y con un cabezazo hacia el gol.

Dejo por fuera al ‘Pitufo’ y es hasta injusto, porque es goleador de la mechita, pero no sé, me brindaron más espectáculo y alegrías estos tres jugadores que mencioné anteriormente. Y, ojo, no tiene nada que ver con que él me caiga mal o algo por el estilo, es porque los tres jugadores me brindaron más satisfacciones.

Pregunta. ¿Se quedó con ganas de ver al ‘Pibe’ Valderrama con la camiseta del América de Cali?

Respuesta. ¿Quién no quería ver a Carlos Valderrama en su equipo? Un jugador con tanta claridad para entender el juego. Él llegó a ser el mejor de América Latina en dos ocasiones, le dio a la Selección Colombia una visión de juego impresionante y triunfó en el fútbol europeo, aunque no le fue bien en España, allá también dejó sus destellos de buen fútbol.

Claro que sí, me quedé con las ganas de verlo con la camiseta del América de Cali, pero por fortuna sí tuvimos a Bernardo Redín, quien nos regaló un poquito de ese fútbol que hacia con Valderrama en el Deportivo Cali.

Pregunta. ¿Qué cree que le faltó al América de Cali en las finales de la Copa Libertadores?

Respuesta. Yo creo que le faltó varias cosas. Unos dicen que suerte, que a veces eso en el fútbol cuenta. Otros hablan de que le faltó “malicia”, por ejemplo, en 1987, cuando el médico Gabriel Ochoa Uribe no dejó que sus jugadores quemaran tiempo necesario, justo antes de que se acabara el partido ante Peñarol.

En mi concepto, pienso que los equipos contra los que jugó América de Cali siempre tuvieron más jerarquía, quizá contra Argentinos Juniors no se notó tanto eso en 1985, pero en las otras finales ante River Plate (1986 y 1996) y Peñarol (1987), tuvieron más jerarquía y concentración. Y no es un reproche hacía los jugadores o el cuerpo técnico que dirigía en ese entonces, pero si algo hizo falta en esas finales, fue precisamente lo que tuvo el rival: jerarquía.

Pregunta. Cuéntennos un poco sobre Willington Ortiz, jugador del que hablan tantas maravillas, inclusive en el libro que usted escribió con tres colegas más.

Respuesta. Tuve la oportunidad de ver a Willington Ortiz cuando jugaba con el Deportivo Cali; recuerdo cuando en una sola jugada dejó tirados a Daniel Pasarella, Alberto Tarantini y Ubaldo Fillol.  De igual manera, pude observarlo cuando jugó con el América de Cali y la Selección Colombia.

Cuando lo entrevistamos para redactar el libro, Ortiz nos contó que era enganche o volante diez, pero que el médico Ochoa Uribe fue el que lo ubicó en la punta, por su gambeta, habilidad y rapidez, también lo puso a estudiar por las noches. Ambos coinciden en que Willington fue una obra maestra del entrenador nacido en Sopetrán, Antioquia.

Pregunta. ¿Qué le faltó a Julio César Falcioni para ser convocado por la Selección Colombia?

Respuesta. En varias ocasiones fue pretendido para ser arquero de la Selección Colombia, inclusive una vez, el médico fue a buscarlo a la casa para convencerlo, pero Falcioni le dijo que lo quería mucho y que le respetara su decisión, que era jugar con la Selección Argentina, porque si aceptaba y jugaba, ya no podía vestirse con los colores albicelestes.

Al final, Carlos Salvador Bilardo, lo termina llevando a un par de amistosos, uno de esos fue contra la Selección Colombia, en Barranquilla. Solo para eso lo tuvo en cuenta, porque finalmente lo dejó por fuera del Mundial y eso fue una espina que le quedó al arquero argentino. Ojalá lo hubiéramos visto con la tricolor, pero es respetable lo que él quiso.

Pregunta. ¿Cuál jugador escoge entre Roberto Cabañas y Ricardo Gareca?

Respuesta. Sin duda alguna, yo escojo a Roberto Cabañas, jugador que tuve la oportunidad de entrevistar y hablar cómodamente con él, era un personaje en todo sentido. Un hombre al que sus compañeros lo calificaban de extraño y casi asocial, de pocos y mínimos amigos, con dinero que evidenciaba en su estilo de vida.

Ahora bien, en la cancha era un espectáculo total, la manera cómo se echaba el equipo al hombro, lo arrastraba e inventaba una jugada, ideaba una maroma para definir en el arco contrario.

Además, también me llamaba la atención cómo les sacaba la rabia a sus rivales con faltas que se inventaba, les decía cosas y les pegaba, si había que defender, pues lo hacía, si se necesitaba quemar tiempo, pues también lo hacía. Era un jugador completo.

Pregunta. ¿Qué opina de la mano derecha de Ochoa Uribe, ‘El Tucho’ Ortiz?

Respuesta. Yo creo que no pudo haber una mano derecha más perfecta que ‘El Tucho’ Ortiz, porque fue su discípulo, el hombre que le conocía sus secretos, tácticas y estrategias, lo que tenía en mente, le leía el cerebro para saber qué estaba pensando para el siguiente partido o para hacer un cambio.

Igualmente, por fuera de la cancha, también era su mano derecha. ‘El Tucho’ Ortiz nos cuenta que los cogía el amanecer observando vídeos de fútbol, porque el médico Gabriel Ochoa era un estudioso, un “enfermo” por el análisis táctico, también oían tangos y a veces se tomaban unos aguardienticos.

Pregunta. ¿Cuál campeonato recuerda más de los que ganó el equipo del médico Gabriel Ochoa Uribe?

Respuesta. El campeonato que más recuerdo es cuando el equipo quedó pentacampeón, el título del 17 de diciembre de 1986, porque fueron cinco títulos seguidos, ese partido fue contra el Deportivo Cali, que tenía buena nómina de jugadores, comandada por Redín y Valderrama.

Recuerdo que el estadio estaba lleno, había mucha fiesta en la gradería y era un miércoles en la noche, justo cuando yo acababa de cumplir 16 años. Cabañas, Gareca e Ischia marcaron golazos. Ese día fue una fiesta total y es el título que más he disfrutado.

Pregunta. ¿Han pensado en hacer un documental sobre lo que fue ese proceso deportivo del médico en el banco de la mechita?

Respuesta. Sí, en estos momentos estamos realizando un documental sobre la vida del médico Gabriel Ochoa Uribe; va a tener su rodaje en Cali, Bogotá, Argentina, Uruguay, y de pronto en Chile.

Es un trabajo que es dirigiendo Carlos Moreno, director de cine, que también hizo equipo con nosotros en el documental del Albeiro Usuriaga, que fue emitido por Telepacífico.

Sin duda, esto es un abrebocas de un gran homenaje que se le hizo al médico Gabriel Ochoa Uribe, quien fue arquero en su etapa como futbolista y entrenador de Millonarios, Santa Fe y América de Cali, sin dejar a un lado cuando dirigió a la Selección Colombia.

Los que lo observaron dirigir, cuentan que desayunaba, almorzaba y comía fútbol, con el principal objetivo de siempre tener lista la idea de juego para el siguiente partido, apoyándose siempre con ‘El Tucho’ Ortíz y Jaime 'El Pantalonudo' Arroyave, principales ayudantes del médico.