Al igual que el tema de paz en el país, donde el Gobierno celebró durante la semana los acuerdos con las FARC aunque aún abunda la violencia por parte de otros grupos, en el DIM golearon el miércoles y al día siguiente complicaron su participación en Copa Águila, dada su falta de jugadores para afrontar tantos torneos.

Por primera vez en la historia, el grupo insurgente y el mandatario de Colombia llegaron a un consenso, un avance significativo de cara al fin del conflicto, el cual quedará en manos de la población nacional. Del mismo modo, los de Leonel Álvarez están pasando por un momento único, con la clasificación a octavos de Copa Sudamericana en el bolsillo, la cual dependerá de los mismos jugadores.

Sin embargo, ni siquiera la victoria de la paz significará el fin de la violencia en el país sudamericano; cada día, se publica información en los diarios donde se resaltan asesinatos, extorsiones, violaciones y todo tipo de temas de orden público que poco o nada tienen que ver con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Claro que quitarse de encima al grupo más peligroso y que más daño le causó al país es ya una ganancia importante. 

Lo mismo pasa en el Poderoso: su destacada participación en Copa Sudamericana, la mejor hasta ahora desde que se fundó, contrasta con la derrota sufrida ayer contra Atlético Junior en Copa Águila, donde salió goleado tres a cero de Barranquilla. Eso dificulta las cosas, aunque por lógica tengan como prioridad el certamen internacional, pero la explicación es muy clara: falta de jugadores.

Ayer se vio evidenciada en la cancha esa carencia de hombres de peso vistiendo los colores del Independiente Medellín, exceptuando el caso de Mauricio Molina. Los juveniles lo intentaron, pero demostraron que aún no están preparados para afrontar un partido de tal magnitud como una ronda de cuartos de final, al menos no todos haciendo un conjunto.

El club antioqueño todavía puede avanzar a las semifinales, pero tiene un resultado en contra bastante abultado si se mira al rival, y a eso hay que sumarle la ausencia de un jugador para el resto del año, Leonardo Castro. Leonel Álvarez pidió refuerzos, pero su deseo no se le cumplió, así como a Álvaro Uribe no se le hizo el milagro de una ruptura en las negociaciones, aunque el primero siempre justificó sus peticiones.

La baja del 'Chacho' y la derrota en Barranquilla pusieron en aprietos el trabajo que por tantos meses ha ido construyendo El equipo del pueblo, pero, si dos enemigos históricos pudieron acabar sus diferencias en la guerra, ¿no es factible mantener la esperanza ante cualquier tema, así sea la remontada?