Parte de lo que venía sucediendo al interior de Santa Fe, parte de la crisis económica que vive actualmente un club que hace muy pocos años y que durante mucho tiempo se mantuvo en la élite del fútbol colombiano y sudamericano, radica en las malas decisiones de parte de su cúpula dirigencial con los ingresos económicos. Esto, se traduce en yerros en gestión deportiva y administrativa, que terminó por desangrar las arcas del equipo cardenal

Resulta casi inexplicable entender cómo un equipo que desde el año 2010 volvió a la escena internacional de forma casi ininterrumpida con una Copa Sudamericana (gran presagio que sea esta competición la primera reaparición internacional de la década), salvo 2012, y hasta el año 2018 en la misma competencia, resulte registrando un déficit financiero de más de 30 mil millones de pesos, y teniéndose que acoger a la Ley 1116 de 2006, o Ley de insolvencia empresarial, teniendo que acordar pagos con sus acreedores económicos y con la DIAN. 

En Santa Fe hay muchas cosas que sus hinchas merecen entender, y que muy probablemente no se lleguen a dilucidar ante la luz pública. Pese a esto, queda claro que Presidentes como César Pastrana y Juan Andrés Carreño, se escudaron tras el brillo cegador de las copas ganadas y el prestigio nacional e internacional adquirido a pulso por una legión de jugadores única e irrepetible, para ganarse un propio nombre y no saberlo soportar con gestiones realmente consistentes en materia económica.

Lo último que quedó, y que Eduardo Méndez llegó a gestionar de forma contundente, si bien no con el mejor de los tactos, fue una lista interminable de jugadores que tenía el club, donde varios de ellos casi que ni debutaron. Jugadores que fueron un peso en lo económico, y que por lo menos con la reestructuración que se viene para 2020, empiezan a alivianarse. Eso sí, el año no terminó sin el anuncio de nuevas incorporaciones.

César Pastrana y Juan Andrés Carreño, los nombres detrás de la realidad económica del 'león'

César Pastrana, el origen de la situación

A Pastrana no se le puede negar que en lo deportivo tuvo una gran astucia y pericia para conocer los movimientos del rentado nacional, y acierto en la toma de decisiones al escoger jugadores que resultaron ser apropiados para sus apuestas en los proyectos deportivos de cada temporada. Al menos en eso, resultó ser años luz, mucho mejor que lo que hizo, o mejor, lo que nunca hizo Juan Andrés Carreño, ni siquiera en esta materia. 

Sin embargo, queda claro que el que para muchos (y con argumentos), es el mejor presidente de la historia albirroja, no terminó de soportar saludablemente en lo económico y en lo relacional, lo que Santa Fe generó por cuenta de la gloria adquirida.

La Copa Sudamericana, el mayor logro de Santa Fe en su historia, bajo la presidencia de César Pastrana | Foto: CONMEBOL
La Copa Sudamericana, el mayor logro de Santa Fe en su historia, bajo la presidencia de César Pastrana | Foto: CONMEBOL

Prueba de ello, lo que se está viviendo con proyectos como la sede deportiva y hotel del equipo en Tenjo, y aún más doloroso, lo que se está moviendo alrededor de la salida de, junto a Alfonso Cañon, el mejor jugador de la historia del equipo, el jugador que desde que llegó, le devolvió la gloria a Santa Fe: Omar Sebastián Pérez Marcos.

Por un problema de premios e incentivos económicos que se generó entre Pastrana y el jugador argentino, que ascenderían a los 2.700 millones de pesos y que no se terminó de aclarar, se está enlodando, para delicias de gran parte de la prensa capitalina, el nombre del capitán, que si bien cometió errores, no es ni por una enésima parte, merecedor de todas las suspicacias y malos tratos que se generan en su contra.

César Pastrana y Omar Pérez, una historia tan gloriosa como turbulenta. Imagen: El Tiempo.
César Pastrana y Omar Pérez, una historia tan gloriosa como turbulenta. Imagen: El Tiempo.

Esto, sin olvidar como se dio su primera salida del club, de la forma más indecorosa y casi irrespetuosa posible ante alguien que si bien no pasaba por su mejor momento, merecía por lo menos un aviso, y no tener que, sobre la hora, buscar equipo. Afortunadamente para él, existió Patriotas Boyacá; si no fuera por eso, podría haber caído en el ostracismo.

El hecho es, que sobredimensionar con premios e incentivos y levantar proyectos ambiciosos en lo económico, que claramente deben realizarse, pero que también deben pensarse a largo plazo en lo que  representa en viabilidad y sostenibilidad, fueron los mayores pecados de César Pastrana. Y como siempre, queda saber qué más cosas pudieron pasar alrededor para que se pueda entender cómo tantos réditos económicos que generaron la gloria, no fueron suficientes para sostener un equipo tan boyante.

Juan Andrés Carreño, buenas intenciones, pero poco y nada más

Del dirigente más reciente en la historia de Santa Fe, no hay mucho por hablar, sobre todo porque su gestión fue fugaz y no dejó casi nada para el grato recuerdo. Fueron más los dolores de cabeza que las satisfacciones que su gestión dejó en el ideario de la hinchada cardenal.

Bajo su mandato llegó la peor crisis deportiva que se recuerde en la historia del equipo en una sola temporada, tanto así, que dejó a todo el mundo Santa Fe pensando en lo que podría ser un descenso para 2020. A esto se suma la truncada gestión por conseguir patrocinios en un momento en el que como no sucedía desde 2010, se dejaba de percibir una buena fuente de ingresos.

No contento con ello, anunció de forma ambiciosa la finalización de proyectos como la sede deportiva, y otros tantos, que si bien son buenos para una empresa saludable, la situación no daba para que los recursos que le quedaban al equipo fueran destinados de esta forma. 

Pero como si fuera poco, en lo deportivo no hubo más que errores en la selección de jugadores, o "apuestas" como Carreño los nombraba, para conformar la plantilla de 2019. Salvo la llegada de algunos buenos nombres antes de su partida, él fue el responsable de que a Santa Fe llegaran demasiados jugadores sin ritmo, con muy pocos partidos a cuestas, o que no tenían recorrido suficiente para recomponer el ritmo. 

Eduardo Méndez y la removida masiva del plantel para 2020

Muchos de estos jugadores que fueron traídos en 2019, hicieron parte de una extensísima lista total de 78 jugadores que, ya sea en condición de préstamo, propiedad del club, o prestados en otros clubes, conformaron a Santa Fe en el presente año. Este, uno de tantos temas que tuvo que manejar Méndez, cual malabarista consumado. 

La consigna fue clara desde que asumió las riendas del Primer campeón: recomponer el rumbo y darle manejo a la crítica situación, tanto en lo económico, como en lo deportivo. Pues poco a poco, y con su estilo propio, Méndez ha ido devolviendo paulatinamente la tranquilidad a las toldas del león. 

La imagen que identificó el resurgir de Santa Fe en el segundo semestre de 2019. Imagen: Colprensa.
La imagen que identificó el resurgir de Santa Fe en el segundo semestre de 2019. Imagen: Colprensa.

Queda mucho por hacer, pero ha sido un buen comienzo lo que ha sucedido con el equipo desde su reaparición. A la increíble vuelta que se le dio en lo deportivo al segundo semestre (y al año en general), se ha ido encontrando solución en lo económico. Con el acercamiento de Colanta, Hyundai y Cerveza Águila como nuevas marcas, a las cuales se está gestioando para que se sumen más, el éxodo de 29 jugadores aliviana buena parte de los dineros que se destinaban para pagar sus contratos. 

Si bien la partida de algunos jugadores puede generar debate, también hubo en su mayoría templanza, sensatez y coherencia para saber poner por encima de lo emotivo, el interés general del equipo. Además de esto, se han conocido las incorporaciones de cinco jugadores para el año que ya casi arranca: Dairon Mosquera, Patricio Cucchi, Kelvin Osorio, Jeisson Palacios y Matías Bellini.

Seguramente se le reprochará no darle una despedida digna a jugadores como Róbinson Zapata o el mismo Omar Pérez, y también será complejo volver a lo que se le tenía acostumbrada a la hinchada por un tiempo, pero al menos, a Eduardo Méndez se le reconoce su carácter y su trabajo para tratar de recomponer las cosas en Santa Fe.