En la ciudad de Rionegro y con la polémica por la situación del equipo Águilas Doradas que tenía 16 jugadores contagiados por COVID-19 y siete lesionados; el equipo dorado se presentó con solo siete jugadores (dos arqueros, tres volantes y un defensa) para disputar el partido ante el Boyacá Chicó, equipo comprometido con el descenso y con necesidad de sumar puntos; con suspicacia y mucho revuelo por el momento que vivían los locales se cumplió con la continuidad del calendario para disputar así la fecha 18 de la Liga Betplay.

La Dimayor, en previa asamblea antes de comenzar el campeonato, aprobó que los equipos debían jugar si contaban con al menos siete jugadores para afrontar los partidos tal como lo avala la FIFA; esta decisión fue tomada por la mayoría de los presidentes de todos los clubes que disputan la liga. Las directivas de Talento Dorado S.A. (Águilas Doradas) pidieron aplazar el partido por las razones anteriormente mencionadas pero la Dimayor desestimó todos los argumentos del equipo dorado.

En el desarrollo del partido y durante el primer tiempo, Boyacá Chicó se fue al ataque tratando de aprovechar las ventajas que le daba el rival por su inferioridad numérica, los ajedrezados adelantaron líneas y trataban de aprovechar las bandas pero todos sus ataques fueron contrarrestados de manera exitosa por los jugadores de Águilas Doradas, Carlos Bejarano se convirtió en protagonista cuando fue exigido y Juan David Valencia, el arquero suplente que jugaba como zaguero central, sacó la opción más clara de la raya.

Terminó el primer tiempo y el resultado 0-0 que en un partido en igualdad de condiciones sería algo normal, se convirtió en una gesta heróica y en una gran hazaña que el equipo del oriente antioqueño haya logrado sostener su valla en cero durante los primeros 45 minutos del encuentro, de esa manera se fueron los equipos al descanso.

Empezó el segundo tiempo y tuvieron que pasar un poco más de 60 segundos para que el equipo ajedrezado vulnerara el arco que defendía Carlos Bejarano, pero el VAR intervino para anular la anotación por un fuera del lugar, después de tres minutos de verificaciones internas el árbitro Carlos Ortega recibió la orden de invalidar la anotación.

Los ajedrezados ya se habían volcado con más intensidad en el campo de Águilas Doradas buscando la primera anotación hasta que en el minuto 57 Henry Plazas abrió de nuevo el marcador por medio de un remate de media distancia, esta vez el gol si fue válido y puso en ventaja al Boyacá Chicó después de lo que parecía una “herradura” en el área de Águilas Doradas, luego en el minuto 68 Diego Echeverry aumentó la cuenta marcador después de aprovechar un rebote que dejó Bejarano en el área, permitiéndole de esta manera ampliar la ventaja al equipo boyacense a 2-0.

En el minuto 75 el árbitro Ortega sentenció penal a favor del equipo ajedrezado por una mano John Pérez en el área, Geimer Balanta engañó en el cobro al arquero Bejarano que se tiró en dirección contraria y aumentó de esta manera el marcador en la pizarra a 3-0.

Boyacá Chicó, con la ventaja de tres goles, ya buscaba aumentar más el marcador para mejorar en la diferencia de gol, pero en el minuto 79 el jugador de Águilas Doradas Giovanny Martínez se lesionó y el equipo del oriente antioqueño se quedó con solo seis jugadores en la cancha razón por la cual el árbitro Ortega convocó a ambos capitanes y delegados de los dos equipos para dar por terminado el encuentro.

De esta manera finalizó un partido de fútbol sin precedentes en la liga colombiana; el no aplazamiento por parte del ente principal del Futbol Profesional Colombiano y la gallardía del equipo local, hicieron que las valoraciones se centraran en los jugadores del equipo dorado que aunque perdieron en el encuentro se ganaron el respeto de la mayoría de los aficionados de todo el país.