En un artículo anterior yo había dicho que en Atlético Nacional se acabó la paciencia. Que las cosas debían mejorar y volver a construir un proyecto serio y bien estructurado en lo directivo y deportivo. 

Al parecer los errores del pasado, sumados a una crisis administrativa nos han llevado a cuatro años de fracaso tras fracaso, después de haber estado durante seis años ganándolo todo, ubicándonos en la cima del FPC e incluso en torneos internacionales.

Lo anterior, obviamente genera frustración en la hinchada, que quiere volver ver a su equipo campeón en los torneos locales y figurando, aunque también ganando, en los torneos internacionales, aunque varios no lo crean, eso también genera molestia e impotencia en los directivos del equipo. 

Este ciclo nos ha llevado a un bucle en el cual siempre se pide una cabeza y no se buscan soluciones reales para los problemas. Pasó cuando llegó Juan Manuel Lillo, que, siendo sinceros, lo sacó la hinchada. Luego, ocurrió lo de Almirón, un proyecto que prometía y que tras la final perdida ante el Deportes Tolima se vino abajo también por la presión de los hinchas. Más adelante, sucedió algo similar con el proyecto de Autuori que, si recordamos, fue un proceso que empezó sin poder contratar jugadores debido a la demanda de Cortuluá y Fernando Uribe. Gracias a esto, no pudimos lograr los objetivos que se anhelaban en su momento. Finalmente, hace un año, regresó Juan Carlos Osorio al banco técnico de Atlético Nacional. 

La hinchada siempre recordará el proceso de Reinaldo Rueda, pero se les olvido que, quien comandó y le devolvió el sentido ganador al equipo fue Juan Carlos Osorio, cuya proposición de juego no gustaba por incumplir el tan famoso 'ADN' verdolaga. 

Pero hay que ser honestos, Osorio trabajó con lo que pudo e intentó reestructurar un proceso que antes le había salido con jugadores de jerarquía y experiencia, con los cuales no contó y se vivió un fracaso que lastimosamente lo hizo salir por la puerta de atrás, algo que casi nadie esperaba. 

Se han pedido cabezas tras cabezas, Carolina Ardila, Juan Manuel Lillo, Juan Carlos Osorio, Jorge Almirón, José Fernando Botero, entre otros. No obstante, por primera vez, se decidió volver a iniciar un proceso similar al anterior en lo deportivo, armando una columna vertebral con jugadores como Geisson Perea, Yerson Candelo, Bryan Rovira, Baldomero Perlaza, Sebastián Gómez, Andrés Felipe Andrade y Jarlan Barrera y, como cabeza principal el director técnico Alexandre Guimarães. 

El arranque del actual proceso deportivo no comenzó de la mejor manera, pero los resultados se fueron dando con el paso del tiempo, las jornadas de entrenamiento y los partidos. La consolidación del proceso deportivo inició y ahí va, madurando de a poco, pero la suerte en el partido contra La Equidad Seguros no acompañó a Nacional esta vez y quedó eliminado de los cuartos de final de la Liga BetPlay 2021-I.

Sumado a todo esto, Los Del Sur, barra principal del equipo y uno de los grandes dolores de cabeza del mismo en los últimos años, comenzaron a presionar por cosas que eran absurdas como jugadores cien por ciento antioqueños, un 'ADN' de un fútbol que ya no se puede plantear por la evolución del juego y una seguidilla de 'protestas' que hinchas incautos cayeron en ellas; no contando con que los problemas económicos del equipo aún no se habían solventado y, como lo dijo Juan David Pérez, ex presidente del club, Nacional debería replantearse tener un presidente administrativo y uno deportivo, sin embargo, eso es arena de otro costal.

El verdadero tema va en que la sumatoria de todo lo que acabó de plantear, da como resultado una crisis de la cual estamos saliendo paso a paso. Sí, el duro golpe contra La Equidad está, pero para que un árbol de sus frutos; se debe de cuidar, proteger y arropar.

Mi reflexión es que volvamos a comenzar bajo ese himno de 'Vamos todos juntos la hinchada y los jugadores' a arropar este proceso que apenas empieza, arropar a nuestra base de jugadores que ya mencioné, que vayan llegando nuevos para complementar y pronto se verá que este proceso encabezado por Guimarães nos volverá a llevar a ese vestigio de gloria como el de la última vez con Reinaldo Rueda. 

Recordemos que, para la Copa Libertadores del 2016, tuvimos que pasar por cinco años de construcción y paciencia; entonces, hagamos eso mismo, creamos en el proceso Guimarães y creamos en que muy pronto, volveremos a ser el gigante que solíamos ser en Colombia y Sudamérica.