Muchas personas recuerdan el concurso de mates del año 2012 como uno de los peores de la historia. El sabor agridulce que quedó entre los espectadores en el Amway Center de Orlando es difícil de explicar. Se intentará destapar el concurso mate por mate, analizando por qué se le considera como uno de los peores.

Puede que Michael Jordan mal acostumbrara en su época, pero de eso ya hace mucho. Los mates de Air eran simplemente bestiales, de otro mundo. A los espectadores les costaba explicar lo que sentían cuando el mejor jugador de la historia de este deporte volaba sobre rivales y todo lo que se le podía de por medio, desafiando a la ley de la gravedad. Más tarde llegó otro que tampoco lo hacía mal. Ese era Vince Carter, posiblemente el mayor especialista de la historia de la NBA en esta modalidad. Los primeros concursos del siglo XXI contaban con su cara en los carteles y anuncios, una autentica bendición y bálsamo para los amantes de los altos vuelos; pero como se ha dicho anteriormente esto se acabó hace tiempo, y la de ahora es una nueva modalidad de concursos, mejores o peores, dependiendo en la opinión personal de cada uno.

Si el concurso del año 2012 es considerado uno de los peores será por algo y razones no faltan. Los cuatro participantes no convencieron desde el primer momento. Blake Griffin, ganador del anterior concurso en Los Ángeles 2011, no consideró oportuno ir a retener su corona. El Cyborg un año atrás había reinado saltando un coche; algo insólito, nunca visto. El nivel estaba sobre las nubes y puede que después de esto cualquier cosa podría parecer poco, pero ese año dieron razones para realmente pensarlo.

Los participantes del concurso fueron: Jeremy Evans (Utah), Chase Budinger (Houston), Paul George (Indiana) y Derrick Williams (Minnesota). Para esa edición, el formato del concurso cambió de tal manera que, cada participante tuvo la oportunidad de hacer tres mates y los resultados fueron enteramente decididos por los fanáticos que votaron vía mensaje de texto o vía Twitter. Sin jueces, algo que trajo cierta controversia.

El encargado de comenzar la primera ronda del concurso fue Chase Budinger, que realizó un mate por encima de Puff Diddy en homenaje a la película 'Los blancos no la saben meter'. Después vino Jeremy Evans y su sencillo mate con una cámara en la cabeza. Nada nuevo, mate de partido cualquiera. Paul George y Derrick Williams no hicieron levantarse del sillón tampoco. El alero de Indiana Pacers saltó por encima de Roy Hibbert, aunque apoyándose en él, lo que le perjudicó lo suyo. Derrick Williams saltó una moto colocada a escasos metros de la canasta, imitando a Blake Griffin, pero unos cuantos niveles menos. La descafeinada primera ronda hacía presagiar lo peor para el espectáculo.

La segunda ronda posiblemente fue lo mejor de lo peor. Como el dicho de el listo entre los tontos. Chase Budinger volvió a hacer los honores con un tomahawk en toda regla. Mate fácil y sencillo pero con un póster interesante. Luego vino Jeremy Evans para hacer el que fue posiblemente el mejor mate de la noche, el primero que hizo levantar al pabellón hasta ese momento. El jugador de Utah machacó con 2 balones lanzados por Gordon Hayward mientras saltaba a este mismo. De los pocos mates de antaño que se vio durante todo el sábado. Tras la primera ovación del respetable, Paul George apagó las luces del pabellón e hizo un 360 a oscuras con una camiseta fosforescente. Derrick Williams se encomendó al mítico '360' recogiéndola en el canto del tablero. Ricky Rubio fue el encargado de preparársela.


En la tercera y definitiva ronda volvió el pobre nivel de la primera. Jeremy Evans volvió a destacar con un mate en homenaje a Karl Malone saltando por encima de un cartero mientras hacía el típico gesto del histórico ala-pivot de Utah Jazz. Esta fue posiblemente la acción que decantó al publico, aunque la estatura del propio cartero fue uno de los temas más discutidos ya finalizado el concurso. Antes, Budinger se encargó de hacer otro homenaje. Estuvo dedicado a Cedric Ceballos y realizó el mate con una venda en los ojos. Difícil, aunque la visibilidad a la hora de hacer el mate se puso en entredicho. Paul George concluyó el turno de homenajes con uno al propio Larry Bird, colocando una pegatina del jugador en el tablero mientras con la otra mano realizaba el mate. Original, pero no efectivo. Derrick Williams acabó la serie de mates con uno acorde al concurso de ese mismo año, normalito y sin clase. Por la falta de tiempo, el jugador por aquel entonces de Minnesota lanzó el balón contra el tablero para finalizar con un mate de partido.

El ganador del polémico concurso fue Jeremy Evans. Posiblemente en otras circunstancias no tuviera nada que hacer pero ese mismo año su nombre fue el que tuvo más apoyo entre más de 3 millones de votos de los aficionados. Su mejor mate fue un salto sobre su compañero Gordon Hayward, que sentado en una silla lanzó 2 pelotas que Evans atrapó y machacó en el mismo salto; de lo poco destacable del acontecimiento.

Esa es una nueva generación de jugadores y con ello hay que adaptarse a lo mejor que ofrece cada tiempo determinado. Puede que sea una época en la que el sábado del tercer fin de semana de febrero no brille como lo hacía en otras décadas. Puede que la solución más rápida y eficaz sea volver a llevar a estrellas de la liga al concurso de mates. Puede que Adam Silver se tenga que ver obligado a obligar a los jugadores realmente aptos a que participen sin opción alguna si lo que realmente quiere es volver al espectáculo de antaño. Aunque lo que sí es indiscutible es que se tendrán que buscar otro tipo de referentes, porque los que se fueron haciendo de esto algo tan grande, ya no volverán.

Foto Paul George: nba.com

Foto Jeremy Evans: basket4us

Foto Jeremy Evans (2): marca.com