Se acaba una temporada para el recuerdo en la Avenida de los Hermanos Maristas. Una temporada que muchos aficionados, probablemente la mayoría, jamás olvidarán y en la cual Valencia Basket volvió a alzar un trofeo y estuvo a 6 segundos de llegar a una final por la lucha de un segundo título.

La temporada se inició en los despachos con movimientos, altas y bajas y una remodelación en algunos apartados de la plantilla, sobre todo en el perímetro, dónde la salida de jugadores como San Miguel y Markovic daba paso a una de las mejores parejas de bases de la Liga Endesa, con Sam Van Rossom y Lafayette, que hará las maletas en esta próxima temporada rumbo al Pireo. La temporada anterior finalizó de forma abrupta y con tristeza para el equipo y los aficionados, pues nadie pensaba que Valencia Basket caería a las primeras de cambio frente al CAI Zaragoza en Playoffs. Un CAI que fue netamente superior a los taronja en el tercer y definitivo partido de la serie.

El Club taronja se marcó a fuego un objetivo que la temporada pasada se quedó a las puertas: ganar la Eurocup y ganarse el derecho a disputar la Euroliga por méritos deportivos. Este objetivo se cumplió con creces, pero no sin sembrar dudas en las primeras fases de la competición, dónde en los pasillos los periodistas se arremolinaban y especulaban con una posible eliminación tempranera y dolorosa del equipo tras derrotas inesperadas.

La temporada tanto en Europa como en Liga Endesa puede calificarse como notable. Siempre habrá manchas que emborronen el historial casi inmaculado de los taronja, que parece que han econtrado una estabilidad institucional y, sobre todo, han dado continuidad a un proyecto forjado en 3 pilares: Velimir Perasovic, Chechu Mulero y Toni Muedra. Curiosamente, este último, abandonará el Club a finales de mes dirección, probablemente a tierras germanas de la mano de Svetislav Pesic.

Esta temporada, repleta de grandes partidos, imparables rachas, juego vistoso y dinámico e ilusionante para la afición ha acabado de forma amarga pero a nadie se le escapa que se ha presenciado una de las mejores – si no la mejor – temporada de Valencia Basket.

Liga Endesa: una temporada para el recuerdo

La temporada se abría con ilusiones renovadas en el feudo taronja, con incorporaciones de nivel y promesas balcánicas. La pretemporada ayudaba a engranar a un equipo que estaba preparado para disputar las 3 competiciones en las cuales tenía los ojos puestos: Eurocup, Liga y Copa.

El primer choque de la temporada era, ni más ni menos, que en el Palau Blaugrana, ante el FC Barcelona. El equipo de Perasovic iniciaba su andadura con una amarga derrota, por tan sólo un punto, frente a un FC Barcelona que había estado contra las cuerdas durante la primera parte del encuentro.

A partir de ahí se inició una racha gloriosa de 9 victorias, algunas agónicas como las conseguidas frente a Herbalife Gran Canaria o UCAM Murcia en La Fonteta y otras, exhibiciones históricas como la conseguida frente al CB Valladolid con récord histórico de diferencia de puntos y victoria 500 en Liga Endesa. La llegada de un imparable Real Madrid, con su casillero de derrotas aún sin estrenar, desplegando un juego preciso eran la segunda piedra de toque en la temporada de Valencia Basket. 9-2, en diciembre, y el equipo en plena forma y jugando muy bien.

Cualquier aficionado lo hubiese firmado. Venciendo en las pistas de Unicaja, con un inmenso Romain Sato, o de Laboral Kutxa, con un palmeo sobre la bocina de Justin Doellman. Valencia Basket se iba labrando su respeto durante la temporada. El año 2013 dejaba a los de Perasovic segundos con un espectacular balance de 11-2. La racha se mantenía después del cambio de año y se alargaba hasta el 17-2. Sólo un CAI Zaragoza muy inspirado y mejor plantado en la cancha ese domingo, pudo frenar a los taronja que veían truncada su racha de 8 victorias consecutivas. Pero llegó el tercer tramo de la temporada, con una plantilla plagada de bajas desde el primer partido y sobreponiéndose con mucha calidad.

Los taronja volvían a vencer a los equipos de Euroliga, incluyendo a Real Madrid en el Palacio de los Deportes en un partido para el recuerdo con un marcador amplísimo (105-110) y frente al FC Barcelona en La Fonteta tras remontar un partido casi perdido, de la mano de Oliver Lafayette (95-93). El último tercio de la Liga Regular se cerró con un equipo que jugaba y vencía prácticamente por inercia, con un grupo de jugadores muy implicado y con la moral muy alta. Se realizó un parcial de 13-1 para cerrar con derrota la temporada en Badalona, cuando ya nadie se jugaba nada. El segundo puesto estaba asegurado y la temporada histórica en Liga Regular finalizaba con el mejor récord del Club (30-4) y la mejor racha de victorias del equipo taronja.

Llegaba el punto clave de la temporada en la competición doméstica: los Playoffs. El conjunto de la capital del Turia quería hacer desaparecer los fantasmas del pasado que sobrevolaban La Fonteta.

Los Playoffs se iniciaban con una contundente victoria sobre un Cajasol que bajó los brazos mediado el tercer cuarto. Los pupilos de Aito García Reneses se vieron superados por el vendaval taronja, pero Perasovic ya avisaba de la peligrosidad del segundo partido. En efecto, cayeron en Sevilla y la serie se decidía en Valencia, como el año anterior frente al CAI Zaragoza. La afición dudó sólo un instante y recordó la bravura del equipo y lo animó los 40 minutos de partido. Un partido agónico que solventó con una diferencia mínima (87-84). El primer escollo psicológico estaba salvado.

Llegaba la eliminatoria frente al FC Barcelona, con la máxima igualdad. Pero el inicio de la serie fue totalmente contrario a la fortuna taronja. Tras un primer partido totalmente arrollador del conjunto de Pascual, se batían en un segundo duelo dramático que decidía Tomic en los últimos segundos con una canasta tras rebote ofensivo. 0-2 y la serie se trasladaba a Barcelona con la afición muy tocada.

Y las malas noticias no llegaban solas, puesto que el primer match ball en el Palau lo jugarían sin Sato, lesionado en la cadera. Pero Valencia Basket le dio la vuelta a la eliminatoria con un partido de coraje aguantando el físico del FC Barcelona y un segundo partido excelente pasando por encima de los de Xavi Pascual que miraban incrédulos como debían volver a Valencia. Y la serie volvió a casa. Y el final fue el más dramático de la historia del Club. Tras ir venciendo con comodidad al descanso, el equipo taronja se vio superado en el tercer cuarto por los blaugrana. Se llegaba con empate a los últimos 6 segundos de partido. Y Marcelinho Huertas sentenciaba la eliminatoria con un tiro a tabla, con rectificado incluido, que aniquiló las esperanzas taronjas de una final que han visto desde casa.

Copa del Rey: con las fuerzas justas

Con todas las ilusiones puestas llegaba el Valencia Basket a Málaga. El conjunto taronja tenía la difícil tarea de defender el subcampeonato logrado en Vitoria un año antes, dónde caía en la final con el FC Barcelona. A pesar de estar en la parte más complicada del cuadro, las sensaciones eran buenas. Ocupaban la segunda posición en la Liga Endesa, sólo superados por el Real Madrid. Y unas semanas atrás habían derrotado al FC Barcelona en La Fonteta (95-93), uno de los posibles rivales en semifinales. No obstante, el rival de cuartos de final sería el Laboral Kutxa, que no estaba realizando una gran temporada.

Valencia Basket era el favorito para su cruce de cuartos de final ante Baskonia. Las cosas no empezarían bien para los valencianos, ya que los vitorianos conseguían abrir una brecha a la conclusión del primer cuarto (17-26). Las cosas no mejorarían en el segundo periodo y los de Sergio Scariolo se marchaban con una renta al descanso de diez puntos (35-45). La reacción taronja comenzaba en el tercer cuarto, aunque los vitorianos mantenían un cierto colchón (55-62). En el último periodo aparecían las grandes figuras del Valencia Basket: Lafayette, Ribas y Rafa. El capitán le daba la victoria y el pase a las ‘semis’ convirtiendo dos tiros libres en la última jugada del partido. Al final, triunfo taronja por 74-73 ante el mosqueo de los jugadores del Laboral Kutxa.

En semifinales les esperaba el FC Barcelona, que había derrotado en cuartos al CB Canarias (102-60). Un mal primer cuarto condenaría a los de Perasovic el resto de partido. La efectividad blaugrana y el nerviosismo y las pérdidas taronjas dejaban el marcador al término del primer cuarto con un apabullante 31-9. Los de Velimir Perasovic comenzarían el intento de remontada en el segundo cuarto (48-33). En el tercer cuarto, los de Pascual contendrían el ansia del Valencia Basket. Todo parecía sentenciado, pero en el último periodo, el conjunto de la ciudad del Turia echó el resto y estuvo a punto de dar la sorpresa y remontar. Al final, triunfo azulgrana por 89-81.

De esta forma, el Valencia Basket no podía repetir la final de 2013 y se confirmaban las malas estadísticas ante el FC Barcelona, equipo que en las citas importantes siempre había eliminado a los valencianos.

Eurocup: El largo camino hacia el cielo

El Valencia Basket comenzó la competición europea encuadrado en un grupo en el que partía como favorito, aunque no se antojaba un grupo fácil. En él Paris-Levallois, Cimberio Varese, Olimpija Ljubljana, Asvel Villeurbaunne y Ratiopharm Ulm iban a ser los primeros escollos en un camino que comenzaba a mediados de octubre y que llevaría al equipo taronja a asaltar el cielo por derecho propio.

Tras las dos primeras victorias, empezaron a llegar los tropiezos lejos de la Fonteta y la clasificación se complicó con la primera derrota en casa -Valencia Basket 91 - 93 Olimpija Ljubljana-. Se afrontaban los últimos dos partidos sin tener certificada la clasificación y tras barrer al Cimberio en Varese, la última jornada se iba a convertir en un todo o nada en la Fonteta contra el Asvel Villerbaunne: quien ganara estaría en el Last 32, quien perdiera se despediría de la Eurocup. El duelo, que se preveía apasionante, no existió como tal debido a la aplastante superioridad taronja y el Valencia lograba avanzar hasta el Last 32.

Esta vez, el Valencia Basket cayó en un grupo muy complicado con uno de los equipos con plantilla más potente de la competición -Unics Kazan-, un Oostende que llegaba invicto en casa y con varios jugadores experimentados y de calidad y un Zielona Gora que venía tras caer eliminado en la Euroliga.

Un Valencia mermado por las lesiones sufrió para clasificarse a octavos de final. Perdió sus dos partidos contra Unics Kazan, contra el Zielona Gora ganó el de casa y perdió el de Polonia y fue la conquista en Bélgica la que selló la clasificación taronja como segundo clasificado. El formato de este año de la Eurocup, hizo que el Valencia tuviera el factor cancha en contra durante todo lo que restaba de competición.

El Valencia Basket jugó el partido de ida en casa en todas las eliminatoriasEn octavos de final, el Valencia Basket se tuvo que enfrentar al potente Khimki de Moscú -aquel que había derrotado a los de Perasovic en la final de 2012- en lo que fue una final anticipada entre dos equipos de nivel Euroliga. En la ida, Lafayette lideró una victoria valenciana que permitió viajar a Moscú con una renta de 16 puntos a favor. Una ventaja importante, pero que no permitía confianzas. El partido de vuelta en Moscú se convirtió en una batalla épica, de las que hacen historia. El equipo de Perasovic estuvo al borde del abismo y llegó a ir 21 puntos abajo a poco del final, pero un parcial de 2 a 8 cerrado con una canasta de Pau Ribas, a quien no le tembló el pulso, hizo que el equipo taronja saliese vivo de la batalla de Moscú y avanzase a los cuartos de final.

En cuartos de final, ante el Alba de Berlín, una actuación memorable de Justin Doellman dejó la eliminatoria vista para sentencia en Valencia (86-54) y, a pesar de caer por cinco puntos en Berlín, el Valencia Basket lo había vuelto a hacer. El Nizhny Novgorod esperaba en semifinales. El equipo ruso se mostró combativo en la Fonteta y el equipo de Perasovic sólo pudo llevarse a Rusia una ventaja de 9 puntos. El equipo taronja arrasó al Nizhny Novgorod en el partido de vuelta con un juego coral en el que todo el equipo rayó a un gran nivel.

En la final esperaba el Unics Kazan, quien había logrado salir victorioso en los dos encuentros que ambos equipos disputaron en el Last 32. En el partido de ida, con un Doellman imperial nuevamente, el Valencia Basket fue muy superior al equipo ruso durante tres cuartos y llegó a tener una ventaja de 33 puntos, pero en el último cuarto el Unics reaccionó y el Valencia lo dejó vivo para la vuelta.

Justin Doellman fue el MVP de la finalEl título se iba a decidir en Kazan, ciudad que a partir de aquel día quedará en la memoria taronja para siempre como Valladolid, Novo Mesto o Vitoria. El Valencia Basket fue superior en todo momento y, con un Doellman nuevamente estratosférico, acabó imponiéndose de forma clara (73-85) para tocar con las manos el cielo de un nuevo título europeo, el tercero en su historia y uno de los más meritorios por el alto nivel competitivo que ha habido en esta Eurocup.

La plantilla

En este resumen de la temporada taronja, hay que analizar con detenimiento una plantilla que difícilmente olvidará la afición. Unos jugadores cuyo rendimiento ha hecho posible ganar la Eurocup y competir hasta el final en la Liga Endesa.

En el puesto de base, el equipo ha tenido a su disposición 2 jugadores cuyas características han sido complementarias y básicas. Dos jugadores distintos pero que han formado, posiblemente, la mejor dupla de bases de la Liga Endesa.

Sam Van Rossom: el belga ha llevado la batuta del Valencia Basket. En esta temporada, ha demostrado ser un base del mejor nivel en Europa, y es que más allá de tener la capacidad de llevar la manija del partido, ha tirado de tres con solvencia, ha anotado, y ha tenido actuaciones decisivas en defensa.

Oliver Lafayette: el estadounidense ha sido el dinamitador del Valencia Basket. Empezando desde el banquillo, su particular y alocado juego ha cambiado dinámicas de partido que iban a condenar al Valencia Basket. Este estilo alocado, incluso anárquico en ocasiones, ha desesperado tanto a afición como entrenador, pero a medida que avanzaba la temporada, se ha visto a un Lafayette cuyo rol y aportación estaba más centrada. Su temporada ha sido buena hasta el punto de que el Olympiakos ya lo ha incorporado a su plantilla.

En la posición de alero y escolta, las duplas: Sato-Lucic y Rafa-Ribas completan dos posiciones en las que los cuatro jugadores son básicos para Perasovic. Unos jugadores que la dirección deportiva del club está tratando de mantener en el roster a toda costa.

Rafa Martínez: esta ha sido la temporada en la que ha recuperado su mejor nivel. El físico es el factor clave para el escolta catalán, y a diferencia del pasado año, ha recuperado un buen tono. Ha sido la garra del equipo una temporada más, y además de intensidad y coraje, tiene la calidad para ponerse al frente en los momentos importantes. Rafa acaba contrato este año, pero ya tiene una oferta del club. Equipo y jugador coinciden en el ADN que ha llevado a Valencia Basket jugar una de sus mejores temporadas: Cultura del esfuerzo.

Pau Ribas: calidad y personalidad definen a este jugador, una temporada más, ha compartido posición con el emblema del Valencia Basket, pero ha sabido llevar a cabo su juego, y ha vuelto a ser importante una temporada más. De hecho, una canasta suya en la cancha del Khimki fue la que le permitió a su equipo vencer la eliminatoria y por consiguiente, acabar levantando la Eurocup.

Romain Sato: el africano se ha convertido en la base del equipo en su primera temporada en el club. Experiencia, personalidad, carácter y calidad que le han dado al equipo un gran salto cualitativo. Sus números ni mucho menos son los mejores de la competición, pero su influencia en la cancha transciende mucho más allá. Sato está en negociaciones de renovación con el club, y parece que el acuerdo está cerca de cerrarse.

Vladimir Lucic: la temporada del serbio se puede definir como esperanzadora. Las lesiones le han impedido rendir al 100% de su rendimiento, y hasta el tramo final de la temporada, no se ha convertido en un jugador importante en la rotación. Pese a esto, el tiempo que ha estado en cancha ha bastado para poner de manifiesto su potencial. Pese a que no ha llegado a ser una de las piezas importantes del equipo, todo el mundo desea verlo en una temporada en la que le respeten las lesiones y pueda llegar convertirse en un jugador básico para Perasovic. Cualidades le sobran.

Larry Abia: El joven canterano del Valencia Basket ha completado una temporada más como jugador del primer equipo. Pese a que acumula experiencia en una plantilla de primer nivel, sus intervenciones en los partidos han continuado siendo residuales esta campaña. Varios equipos se han interesado en él, y suya será la decisión de seguir en el club valenciano, o buscarse una salida que le asegure más protagonismo.

La posición de pívot ha sido ha sido la más convulsa esta temporada. Jugadores como Dubljevic o Lishuck se han visto mermados por las lesiones, y el Valencia Basket se ha visto más que dañado un algunos partidos porque sus jugadores grandes no se encontraban a disposición del entrenador.

Justin Doellman: la estrella del equipo. El MVP de la Liga Endesa, uno de esos jugadores con los que un equipo como el Valencia Basket no puede contar cada temporada. Un jugador que ha encontrado en la madurez de su carrera su mejor baloncesto, la estrella del club de la Cultura del esfuerzo, donde no vale sólo promediar buenos números. Se habla de equipos como el FC Barcelona como posibles destinos del jugador la próxima temporada. Sea como sea, la afición taronja es consciente de que éste ha sido el jugador que ha llevado al equipo a la consecución de una temporada inolvidable.

Bojan Dubljevic: la temporada del montenegrino se ha visto afectada por las lesiones, sobre todo, ha destacado su ausencia en la serie del Playoff contra el Barça. Quién sabe si el resultado de la eliminatoria hubiera variado con uno de los jugadores básicos en la pintura del Valencia Basket. Lesiones al margen, Dubljevic ha variado su juego esta temporada, en raras ocasiones se le ha podido ver jugando al poste bajo, mientras que ha centrado su juego en aprovechar su tiro de larga distancia, abriéndose continuamente. Ha vuelto a ganar el trofeo al mejor joven de la Eurocup, y su papel en el equipo para la próxima temporada será básico, ante la más que posible marcha de Doellman.

Ksystof Lavrinovic: el lituano ha demostrado su clase en el poco tiempo que ha jugado en Valencia. Perasovic lo pidió ante la plaga de lesiones de su equipo, y ha cumplido el papel que se le demandaba cuando se le fichó.

Serhiy Lishchuk: el ucraniano sigue dando temporada tras temporada lo que se le pide. Representa la garra en la pintura del Valencia Basket, y otro año más, se ha vaciado cada minuto que ha estado en pista. Su suerte en las lesiones tampoco ha variado, y gran parte de la temporada la ha pasado alejado del parqué. Es el segundo capitán del Valencia Basket y uno de los abanderados del modelo que Perasovic quiere instaurar.

Juanjo Triguero: tras varios años sonando en la agenda del Valencia Basket, esta ha sido la temporada que se ha vestido de taronja. No es el pívot con más calidad del equipo, pero su experiencia y trabajo han hecho posible que el de Gandía haya entendido a la perfección su rol en este equipo, y a partir de ahí, se haya convertido en un jugador importante ante las lesiones de sus compañeros.

Pablo Aguilar: tras su temporada en Zaragoza, la parroquia valenciana veía en Aguilar el fichaje del verano. El de Granada se ha visto afectado por las lesiones durante la temporada, además, compartir posición con el MVP de la Liga siempre resta protagonismo. Pese a ello, ha sido importante en el tramo final del año, y la próxima temporada podría ser la suya en el Valencia Basket.

Lubos Barton: el checo vino al Valencia Basket ante la plaga de lesiones que sufrió el club, y como colmo, se lesionó el día de su debut. Fue el mismo jugador el que se ofreció a alargar un mes más su contrato, y siempre estuvo a disposición del entrenador. El jugador cumplió siempre que estuvo en pista, y ambas partes quedaron más que satisfechas.

Oleksiy Pecherov: otro pívot temporero que fichó el Valencia Basket a causa de las lesiones. Únicamente estuvo un mes en el Valencia Basket, y pese a que empezó con un papel importante en sus primeros partidos, ni siquiera jugó en los últimos encuentros, como consecuencia de la recuperación de los pívots lesionados.

Jugadores al margen, la temporada del Valencia Basket pone a su entrenador como factor fundamental del éxito conseguido. Técnico cuya continuidad ha desembocado en su primer titulo en la entidad de la capital del Túria.

Velimir Perasovic: tras su llegada al club en enero del 2012, esta ha sido su mejor temporada al mando del club. Tras perder una final de Copa y una de Eurocup, en esta campaña 2013/2014 ha llegado el tan ansiado título, además de competir al máximo nivel hasta el final en una competición de la exigencia de la Liga Endesa. El entrenador personifica la idea de la cultura del esfuerzo, y mantiene la exigencia del primer día que tan bien casa con este club. Pese a ello, Perasovic ha demostrado esta temporada haber crecido de la mano del Valencia Basket, gestionando la plantilla de manera esperanzadora para un futuro que bien se ha ganado en el club.