Soplan vientos de remodelación en Brooklyn. Lo que empezó como un proyecto faraónico en el barrio neoyorquino se ha ido moderando hasta acabar perdiendo fuelle y estar rodeado de dudas. Un quinteto para soñar con Deron Williams, Joe Johnson, Paul Pierce, Kevin Garnett y Brook López no ha cumplido las expectativas y los altísimos salarios que pagan los Nets pueden condenarles a una forzosa reconstrucción. Sin embargo, a pesar de ver el futuro con temor siguen estando en la pelea del Este, y los Playoffs han vuelto a ser una rutina para la franquicia.

Resurgimiento con el nuevo año

El 2014 comenzó para Brooklyn de una forma totalmente inesperada. Antes de la entrada del año, los Nets habían cerrado 2013 siendo la gran decepción del primer tramo de temporada: a pesar del enorme gasto en un equipo de veteranas estrellas, fueron un equipo sin rumbo a los mandos de un entrenador novato como Jason Kidd y afrontaron 2014 con diez victorias y 21 derrotas. Y todo ello, con el añadido de la grave lesión de Brook López a finales de diciembre que le haría perderse toda la temporada. Sin embargo, con el cambio anual el equipo mutó.

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Tras un inicio nefasto, los Nets se reencontraron a sí mismos y su temporada regular en el nuevo año fue radicalmente distinta: registraron un nuevo récord de franquicia al ganar 15 partidos seguidos como locales y cerraron su pase a Playoffs con un balance de 44 victorias y 38 derrotas. Habían dado la vuelta a la tortilla en tiempo récord: 34 partidos ganados y 17 perdidos en 2014. Sin embargo, la nota negativa la pusieron los últimos partidos de temporada regular, en los que Brooklyn bajó el listón e incluso se permitió perder contra rivales teóricamente inferiores para así evitar a Chicago Bulls, equipo que les eliminó en 2013 en primera ronda de Playoffs. Así, su rivales serían los sorprendentes Toronto Raptors.

Del cielo al suelo

La eliminatoria contra Toronto Raptors fue espectacular. El duelo entre tercero y sexto de la Conferencia Este llegó incluso al séptimo partido, y durante toda la serie los Nets tuvieron que hacer frente a un equipo joven hipermotivado y un pabellón, el Air Canada Centre, que era un infierno para los visitantes.

A pesar de todas las adversidades, Brooklyn hizo gala de experiencia, veteranía y madurez como grupo para superar a su enemigo canadiense. Hubo que esperar hasta el último segundo de los siete partidos, pues Lowry tuvo en sus manos la clasificación de Toronto con una canasta sobre la bocina, pero Pierce taponó su lanzamiento en lo que fue su mejor momento vistiendo los colores de los neoyorquinos.

En segunda ronda esperaban los grandes aspirantes al trono en el Este: Miami Heat. LeBron James, Dwyane Wade, Chris Bosh y compañía no tenían planes de frenar en su carrera por el título, y retrataron a los ilusionados Nets.

La esperanza de hacer algo grande se esfumó en Brooklyn al ser fulminados por la franquicia de Florida, y más concretamente por LeBron James. El alero campó a sus anchas por el parqué en los cinco partidos que tuvo la serie y dio una exhibición de superioridad física que le hizo ser una fuerza imparable para la escuadra de Jason Kidd. Con un 4-1 final, los sueños del gran proyecto de Brooklyn se esfumaron a la hora de la verdad, cuando debían demostrar si estaban hechos de la misma pasta que los campeones.

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Cambio radical

Con la llegada del verano, Brooklyn cambió muchísimo y dio sus primeros signos de reconstrucción. Fueron muchas las salidas y todas ellas importantes. Livingston y Blatche, dos hombres fundamentales por su aportación en la temporada 2013/2014 a la sombra de las estrellas, se marcharon a Golden State y China respectivamente, dejando a los Nets sin dos pilares fundamentales. Pero además Pierce acabó abandonando el barco para unirse a los Wizards, marchándose así un jugador que había imprimido carácter y aportado calidad en los momentos de la verdad. Thornton, que fue también un jugador óptimo de banquillo, puso rumbo a Boston. Quedó entonces muy dañada la columna vertebral del equipo.

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Sin embargo, la marcha más sonada llegó desde el banquillo: Jason Kidd, que se había ganado el cariño de público de Brooklyn tras el resurgimiento de su equipo, dio carpetazo a la relación con el equipo que apenas un año atrás había retirado su dorsal. Sus pretensiones de ser general manager además de entrenador no fueron correspondidas, y marchó a Milwaukee en busca de una nueva aventura. El panorama cambiaba enormemente respecto a la temporada 2013/2014.

Tras la acción, llegó la reacción. Los Nets se movieron en los despachos y repusieron a Kidd fichando a un reputado entrenador por su prolífica etapa en Memphis Grizzlies: Lionel Hollins. Un experto defensivo del que se esperaba que construyera un equipo rocoso y efectivo.

En el apartado de los jugadores, las incorporaciones más destacadas fueron las de Bojan Bogdanovic, Jarret Jack y Jerome Jordan. El primero empezaba su aventura en Europa con la esperanza de aprovechar el hueco dejado por Pierce en la posición de alero, mientras que los otros dos serían jugadores de segunda unidad que, en este caso, tendrían que hacer olvidar a Livingston y Blatche.

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Nueva vida sin rumbo fijo

La nueva temporada 2014/2015 ha arrancado para los Nets despertando dudas. Si bien tienen un mejor registro que el año pasado a estas alturas, con 15 victorias y 16 derrotas, el equipo no parece tener el gen ganador necesario y se mueve por los últimos puestos de acceso a Playoffs a pesar de estar en la débil Conferencia Este.

Brooklyn puede presumir de haber ganado los dos duelos de esta campaña ante su gran rival, New York Knicks, por 110-99 y 93-98, pero sus aspiraciones son mucho menores que las de la pasada temporada. Con un equipo menos convincente, es improbable que el nuevo año vuelva a traer una racha como la que abrió 2014.

Siempre atentos a la enfermería

Las lesiones en los Brooklyn Nets han sido un constante tema de conversación durante 2014. Los culpables son dos de sus más grandes estrellas: Brook López y Deron Williams.

López vive una etapa de su carrera en la que constantemente intenta evitar ser catalogado como un jugador de cristal. Se perdió toda la temporada 2013/2014 por una rotura en el quinto metatarsiano del pie derecho, y en su vuelta los problemas físicos han seguido persiguiéndole, tanto en el pie como en la espalda. De la regularidad de su estado dependen buena parte de las opciones de Brooklyn.

Por su parte, Williams ha arrastrado muchos problemas con sus tobillos, que llevan bastante tiempo lastrándole en su juego. Tras el verano el problema parece solucionado, pero el base se ha perdido tantos partidos que no se puede perder la vigilancia sobre él.

Hollins, solución a medias

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Lionel Hollins ha construido sobre las bases asentadas en el juego de Brooklyn con la clara intención de formar un bloque sólido, y el resultado es satisfactorio en algunos aspectos y decepcionante en otros.

Los Nets no son un equipo anotador, y su falta de efectividad ofensiva se traduce en 96,8 puntos por partido (puesto 22 en la liga). Junto a este dato, sus 20,8 asistencias por encuentro (puesto 20) evidencian aún más sus problemas de fluidez en ataque.

Sin embargo, la defensa de los Nets, aunque muchas veces ha pecado de blanda, está en el puesto número 11 de las que menos puntos encajan. Eso sí, la gran quimera del equipo sigue siendo el rebote: son el noveno equipo que menos rebotes coge en la NBA.

Estrellas veteranas que pierden luz

El proyecto de los Brooklyn Nets está concebido para tener como pilares a Deron Williams, Joe Johnson, Kevin Garnett y Brook López. Sin embargo, poco a poco el equipo está entrando en una necesaria etapa de transición al no dar estos jugadores la talla necesaria para ser líderes.

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En la presente campaña, Williams promedia 14,4 puntos y 6,4 asistencias, y en los últimos partidos ha sido incluso suplente para dejar paso a otras alternativas en el quinteto. Johnson lidera al equipo en anotación con apenas 16,6 puntos. López, con menos minutos de los deseables (26,8 por noche), registra 14,8 puntos y 5,6 rebotes. Y por último, Garnett y sus 7,5 puntos y 7,6 rebotes evidencian que está en la última fase de su carrera.

Estos números dejan claro, además, que los Nets no cuentan con una estrella que se eche el equipo a la espalda. No hay una referencia ofensiva clara ni un 'jugador franquicia', y poco a poco en Brooklyn van dándose cuenta de que la reconstrucción puede empezar por renunciar a sus grandes jugadores en pos de conseguir mejores alternativas en el futuro. No en vano, el año se cierra con los rumores desde la prensa americana que apuntan a que la franquicia estaría dispuesta a escuchar ofertas por Williams, Johnson y López. Mientras, en el caso de Garnett esta será probablemente su última temporada en activo, pues estuvo cerca de retirarse este verano.