Jimmy Butler, nació un 14 de septiembre de 1989 en Houston, Texas. Con tan solo 13 años, la vida le asestó un revés muy duro, su madre le echó de casa. "No me gustan tus pintas, vete". Esas son las últimas palabras que recuerda Jimmy que salieron por la boca de su madre, según cuenta en una entrevista dada por la ESPN. Recién empezada la adolescencia, el único objetivo de Jimmy era el de sobrevivir. No veía mas allá de el día a día. Continuó yendo al instituto, y fue entonces cuando conoció a Jordan Leslie. Butler, que ya por aquel entonces tenía un talento nato para el baloncesto, le retó a un concurso de triples. Congeniron desde el minuto uno y desde ese momento, fueron inseparables. Michelle, conocedora de la situación del chico, decidió acogerle en su casa, a pesar de tener a otros cuatro hijos. 

Fue la primera vez que se sintió querido y apoyado por alguien. Gracias a los Leslie, había podido encontrar un hogar. Con el apoyo de su nueva familia, Jimmy pudo por fin centrarse en lo que más le gustaba, el baloncesto. Pronto destacó con el equipo de su instituto, el Tomball High School, y fue nombrado capitán del equipo. Tras pasar posteriormente por el Tyler Junior College y firmar actuaciones de 30 o 40 puntos de manera habitual, Jimmy aceptó la oferta de la universidad de Marquette. Descartó importantes universidades como la de Kentucky y Iowa State, el alegó que eligió a los Golden Eagles "por razones académicas". 

Leyenda en Marquette

Su paso del instituto a la universidad, no fue como el soñó. Acumuló muchos minutos en el banquillo durante su primer año y su entrenador era muy exigente. Sin embargo, volvió a superar las adversidades y en su año de sophomore logró hacerse con la titularidad. Ya en su último año, tenía a muchos ojeadores detrás suyo. Poco antes del Draft y con la temporada de NCAA ya terminada, Marquette retiró su dorsal número 33. Jimmy, entre lágrimas lo dejó todo muy claro:  "Siempre han dudado de mi. Mi madre, en el colegio me decían que era bajito y ahora dicen que puede que no salga en el draft. A mí me han enseñado que todo es posible y lo que más me motiva es que alguien dude de mi"

Butler jugando para Marquette. Foto: SpreeGoogs.com
Butler jugando para Marquette. Foto: SpreeGoogs.com

Carrera en la NBA

Chicago, no dudó. Fue drafteado en la última posición de la primera ronda del draft de 2011. El tiempo, como siempre ha hablado, y Jimmy con sus actuaciones, nos ha hecho ver que fue un robo del draft

Su primer año en la mejor liga del mundo no transcurrió como el esperaba. Jugó muy pocos minutos y no logró ser titular en ninguno de los 42 partidos que disputó. Sus promedios fueron muy pobres, tan sólo promedió 2.6 puntos por partido. Su año sophomore fue mejor. Pasó de disputar 8.5 minutos por partido a 26. Esta incrementación de minutos, se vio reflejada en sus promedios, puesto que logró promediar casi nueve puntos por partido y capturar 4 rebotes. Pese a mejorar notablemente sus promedios, lo mejor estaba esperando para el final. En los 12 partidos que disputó su equipo en play-offs, Jimmy se erigió como uno de los líderes del equipo promediando 13.3 puntos y 5.2 rebotes por partido. Tras estos buenos play-offs, Jimmy fue el líder de la liga en minutos por partido, promediando 38.7, a base de esfuerzo se había ganado la confianza de su técnico. En esa primera temporada como jugador que más minutos disputaba de toda la liga, Jimmy fue seleccionado para el 2º mejor quinteto defensivo de la NBA. Sin embargo; el año 2015, fue el suyo. Volvió a ser el jugador que más minutos acumulaba en la cancha y promedió 20 puntos y 6 rebotes por encuentro. Sus actuaciones no pasaron desapercibidas y a mitad de temporada, fue elegido para jugar el All-Star de Nueva York. Esta no sería la única alegría que le daría el 2015. Al finalizar la temporada regular, volvió a ser elegido en el 2º mejor quinteto defensivo de la NBA y le fue otorgado el premio al jugador que más ha mejorado. En la temporada 2015-16 volvió a ser elegido All-Star y alcanzó su récord de anotación media y en un partido. Promedió 22.5 puntos por partido y puso su tope de puntos en 53 frente a los Sixers. Ese mismo año, batió el récord de más puntos en una parte. Anotó 40 de los 42 puntos que anotó su equipo en la primera mitad, este récord pertenecía al mejor jugador de la historia de la franquicia, Michael Jordan. Su buen año, no acabaría ahí. Una vez finalizados los play-offs, Coach K le seleccionó para jugar los JJOO de Río 2016, en los que obtuvieron el metal dorado. 

Jimmy 'salvando' un balón. Foto: Chicago Bulls
Jimmy 'salvando' un balón. Foto: Chicago Bulls

Un hombre, hecho a si mismo

El ser rechazado por su madre le hizo más fuerte. Sin ella, pudo centrarse en el baloncesto y decubrió por fin que era tener un hogar y una familia, gracias a los Leslie. A Jimmy, nadie le ha regalado nada nunca. Se ha hecho a si mismo, si ha llegado a estar donde está hoy en día, es gracias a su esfuerzo y sacrificio. Su entrenador, Brad Ball, explicó que para que Butler tuviera que tener un hueco en el equipo tenía que hacerse un especialista defensivo. Jim entrenó muy duro para poder hacerse con ese hueco en el equipo. Ball, afirma, que nunca vio a nadie machacarse tanto en el gimnasio o viendo partidos de equipos rivales, como el. Porqué esa es la verdadera grandeza de Jimmy G Buckets (apodo con el que se le conoce), nunca se da por vencido. No es el jugador con más talento, podrá meter más o menos puntos, pero Jimmy, siempre saldrá a la cancha para dejarse todo en ella. Los Chicago Bulls deben de construir el proyecto sobre el, Butler debe guiarles hasta la victoria.

Esta es su historia, una historia que aún no ha terminado. Aún tiene mucho que decir sobre el parqué.

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