"Evolucionas, te adaptas o quedas rezagado". Ese es el credo que acompaña a la versión 2.0 de Dwight Howard, la cual se comenzó a vislumbrar el pasado año tras la eliminación de su por entonces equipo, Atlanta Hawks, a manos del actual, Washington Wizards.

Un Howard de 129 kilos de peso y un porcentaje de 12,5 de grasa corporal promediaba 8.0 puntos y 10.7 rebotes por partido, contra un Marcin Gortat que le superó en todo momento durante el transcurso de una serie resuelta en seis encuentros y que dejaba un jugador cada vez más alejado de la imagen dominante con que deleitó al mundo en sus tiempos como Magic.

Esa serie de playoffs fue el toque de atención necesario para que el pívot despertase de su letargo y decidiese adaptarse al baloncesto actual. "Quiero jugar hasta los 40". Con esta declaración de intenciones dejaba claro a su entrenador, Ed Downs, que estaba dispuesto a ponerse el mono de trabajo.

Renacimiento

Downs recuerda claramente la mirada de determinación de su pupilo y, junto a Justin Zormelo, quién ha trabajado con múltiples equipos NBA y estrellas como Kevin Durant y John Wall, comenzaron la reconstrucción tanto física como mental del descafeinado jugador.

"Dwight se adapta bastante rápido"

"Había que averiguar cómo adaptar su baloncesto al estilo de juego actual", dice Zormelo. "Añadimos manejo de balón, añadimos tiro. Habilidades totalmente diferentes a las que estaba habituado a utilizar". Además introdujeron entrenamiento de resistencia y flexibilidad, consiguiendo así deshacerse de los problemas de espalda que tanto tiempo habían acompañado al center. Dichas sesiones dieron su fruto como bien demuestran los 81 partidos jugados el pasado año (se perdió solo un encuentro y fue debido a acumulación de técnicas), cifra que no se veía desde la temporada 2009-2010, cuando todavía defendía la elástica de Orlando.

"Todo el mundo quería que fuese grande y fuerte, algo que, en caso que nadie haya notado aún, él siempre ha sido", decía un sarcástico Downs con respecto a los entrenamientos basados en fuerza y potencia física que Howard había realizado en el pasado. "El juego es mucho más rápido ahora, no puedes permitirte tener un jugador de 130 kilos en un cuerpo de 2,11 metros. Eso no hace más que ralentizarle". La evolución experimentada por el nuevo Wizard se demuestra con los 120 kilos y 3,3% de grasa corporal con los que afronta la nueva temporada.

En cuanto a la parte mental, Zormelo ha tratado de erradicar el miedo de nuestro protagonista a desarrollar su juego fuera de la bombilla. Intentando, así, añadir poco a poco los lanzamientos de media distancia al repertorio del jugador. Si bien, el 33,3% que registró en el mid-range el pasado año con los Hornets no es un número para mostrarse entusiasmado, sí que muestra una mejora con respecto a su año en los Hawks y, como bien dice Zormelo, el año de prueba ha finalizado y es hora de pisar el acelerador.

Anthony Davis y Kevin Durant como modelos a seguir

Según sus entrenadores, la clave de todo este proceso es implementar la confianza necesaria en el sujeto, "conseguir que se mire a sí mismo en el espejo y sienta que tiene 19 años", dice Downs. Las esperanzas van incluso más allá, llegando a afirmar que Howard quiere convertirse en una especie de Anthony Davis o de Kevin Durant, aunque "una versión diferente y personal".

Ante semejantes declaraciones, el pívot debe trabajar duro para mostrar que su compromiso es real y regalar más actuaciones como la del pasado año contra Brooklyn Nets, equipo que curiosamente ha servido de puente entre Hornets y Wizards, en el cual firmaba el primer 32-30 desde el año 2010.

Los 16,6 puntos, 12,5 rebotes y 1,6 tapones en poco más de 30 minutos de juego que promedió el pasado año con los Charlotte Hornets, fueron una buena forma de demostrar que el Howard taciturno y superado por la circunstancias ha pasado a mejor vida. Ilusión e interrogantes a partes iguales aparecen en el horizonte del jugador. Esperemos volver a ver la capa de Superman surcando los cielos de los pabellones NBA.