En la mente de cualquier aficionado a la NBA (y al baloncesto en general) el número 81 siempre va a estar asociado a Kobe Bryant. Lo ha estado desde que el día 22 de enero de 2006 Kobe estableciera la segunda mejor marca anotadora de la historia tras conseguir 81 puntos frente a los Raptors. 81 puntos en un partido. Se dice pronto pero no por ello deja de ser una barbaridad.

La historia de aquel día tiene su miga. Kobe venía promediando casi 35 puntos por partido en la que fue su temporada más bestia a nivel anotador (acabó promediando 35,4 puntos). Hacía poco más de 1 mes que le había metido 62 puntos en 3 cuartos a los Mavericks, mientras que ellos solo habían podido anotar 61, lo cual habla de la locura que estaba siendo su año.

No obstante, a pesar de que Bryant estaba firmando unos números históricos, a los Lakers no les estaba yendo tan bien. Estaban peleando por entrar en Playoffs (los cuales se habían perdido el año anterior) y aunque los números de Kobe eran un disparate, la situación de su equipo provocaba que no fuera el favorito al MVP. Probablemente era el mejor jugador de la liga, pero la narrativa no estaba de su lado. Y esto en la NBA es importantísimo. De hecho, el trofeo lo acabó ganando Steve Nash, no exento de polémica, y todavía hay gente que mira atrás y no se explica cómo Kobe no pudo ganar el MVP aquel año.

El partido

Volviendo a la noche en cuestión, el partido no era ni mucho menos el más prometedor de la temporada: los Lakers, como ya hemos comentado, no llegaban en su mejor momento, concretamente con un récord de 21-19 se enfrentaban a unos malos Raptors que habían perdido ya 27 partidos. Por tanto, a priori era un partido más de liga regular, sin ningún interés extra.

El árbitro echó el balón al aire y ya no había vuelta atrás. La historia estaba a punto de ser escrita y los 18.997 fans presentes en el Staples Center no eran conscientes de lo que estaban a punto de vivir. Durante el primer cuarto Kobe pasó prácticamente ‘desapercibido’ por el dominio de los visitantes. Los Raptors se aprovecharon de la nula defensa de Lakers para tomar la iniciativa y controlar el marcador desde el inicio.

Eso sí, Kobe asumió el mando en ataque y sin que nadie le diese importancia (porque venía siendo lo habitual) terminó el primer cuarto con 12 puntos. Hacía que todo pareciese sencillo, cada penetración que intentaba era una canasta ‘fácil’ para él y poco a poco le fue comiendo la tostada a su defensor.

Kobe Bryant entrando a canasta | Foto: Lakers.com
Kobe Bryant entrando a canasta | Foto: Lakers.com

Aunque Bryant se mantenía en su tónica anotadora de la época, los Lakers estaban siendo un desastre. Con él en el banquillo se bloquearon por completo en ataque (sin referencia alguna) y se dejaron caer en el marcador hasta 14 puntos por debajo. Lo primero que hace al volver a cancha es meter un triple desde la esquina en el primer balón que toca. Las sensaciones cambiaron de golpe y los Raptors se vieron obligados a subir un punto su intensidad defensiva.

A pesar de que, con Kobe en pista, el ataque de los Lakers volvía a tener algo a lo que aferrarse, los de Toronto siguieron siendo el equipo dominador del partido, controlando muy bien todos los aspectos del juego, incluido el marcador. Al descanso mandaban los canadienses por 14 puntos, pero Bryant enlazó varias canastas al final del período que hacían presagiar algo diferente. 26 puntos llevaba ya en el intermedio. Casi nada. Pero lo mejor estaba por llegar.

Tras el descanso, la explosión

Después de pasar por los vestuarios todo cambió. En el tercer cuarto ya empezó a sentirse que no era un partido corriente. Los allí presentes en el Staples también lo notaron. Todos los que en aquel momento estaban viendo el partido se dieron cuenta. Kobe estaba desatado.

Empezó encadenando varios triples y luego se fueron sumando tiros imposibles desde media distancia, con varios defensores punteándole, varias penetraciones con rectificados… En fin, lució todo su arsenal y encadenó 11 canastas consecutivas de los Lakers. Todo eran canastas de Kobe en este cuarto y cada una era más espectacular que la anterior. Este arrebato anotador le sirvió a los Lakers para remontar 18 puntos y ponerse incluso por delante en el marcador al final del tercero. El público se ponía en pie rendido a Kobe Bryant.

Kobe Bryant celebra una canasta y detrás, Rose, su prinipal defensor | Foto: Lakers.com
Kobe Bryant celebra una canasta y detrás, Rose, su prinipal defensor | Foto: Lakers.com

En este momento los Raptors ya estaban a merced de un Bryant que tenía una mirada asesina en su rostro. Ese gesto tan habitual en la mamba negra, con el ceño fruncido, totalmente concentrado en el partido, ensimismado en acabar con el rival. Cuando Kobe pone esa mirada puedes darte por muerto.

Tras varios viajes a la línea de tiros libres para seguir sumando puntos, Bryant volvió a encadenar una racha de tiros tremenda incluyendo varios triples y tiros de 2 complicadísimos que pusieron en pie a todos y cada uno de los allí presentes. El Staples se mantuvo en pie casi el cuarto al completo. Nadie quería sentarse, no podían. Todos querían rendirse ante lo que estaban viendo en directo. No daban crédito.

 Seguían llegando canastas de Kobe, una tras otra, Y entre cánticos de ‘KOBE, KOBE KOBE…’ Y ‘MVP, MVP’, el número 8 de los Lakers se iba a la línea de tiros libres para conseguir los definitivos (y legendarios) 81 puntos. La estadística completa del encuentro fueron 81 puntos (en un súper eficiente 61 % en tiros de campo), 6 rebotes, 2 asistencias, 3 robos y 1 tapón en 42 minutos. Acababa de hacer historia.

Mamba Mentality

Con el público todavía en pie, sin creerse lo que acababa de ocurrir, unos minutos después de terminar el encuentro, en la entrevista post-partido Kobe Bryant daría un ejemplo más de lo que significa el lema ‘Mamba Mentality’ que ha inspirado a tantas generaciones. Mientras el entrevistador insistía (como es normal) en cómo lo había hecho, en que si era consciente de que había anotado 81 puntos… Kobe se centraba en la victoria que habían conseguido los Lakers. Eso era lo realmente importante para él. La victoria del equipo. Kobe era único.

10 años después, en un programa especial de la ESPN para conmemorar este partido, Kobe decía: “Tenía que haber metido 90 puntos o más, fallé un par de tiros libres después de llevar 62 consecutivos. Tuve algunos tiros abiertos que erré. Podía haber metido más. Hubo muchísimas oportunidades fáciles que desperdicié. Creo que los 100 eran posibles. Si no me hubiera sentado esos seis minutos en la primera parte, quizás los hubiera logrado”. Siempre incansable, inconformista y autoexigente.

También para la ESPN decía que el partido de los 81 puntos es parte importante de su legado: “Hay muchos jugadores que no creen que los 80 puntos son posibles. Piensas en 50, si estás muy en racha, 60. Yo nunca tuve ese límite. Nunca. Nunca pensé de esa manera. Yo siempre pensaba que los 80 eran posibles. Pensaba que 90 eran posibles. Que 100 eran posibles. Siempre”. Esta es la ambición que siempre caracterizó a Kobe Bryant y gracias a la cual pudo conseguir aquellos 81 puntos.

Una temporada extraña

Como ya se ha mencionado antes, aquella temporada fue la más salvaje a nivel individual de Kobe Bryant. Terminó promediando 35,4 puntos por partido, líder de la liga por su puesto. Además, consiguió 27 partidos de más de 40 puntos, entre los cuales 4 fueron de más de 50 y 2 de más de 60. Qué burrada.

Buena parte de explicación a estos números de la estrella angelina se debe a la corta plantilla que tenían los Lakers por aquel entonces. A Kobe le acompañaban en el quinteto titular Lamar Odom, Kwame Brown, Chris Mihm y Smush Parker. Y los principales hombres de rotación eran Sasha Vujacic y Luke Walton.

A Kobe no le quedaba otra que asumir toda la responsabilidad en ataque y ya fue todo un mérito conseguir meter a este equipo en los Playoffs (algo que no habían logrado la temporada anterior). Clasificaron 7º del oeste con un pobre balance de 45-37. Y en la postemporada cayeron ante los Suns de Steve Nash en una serie épica a 7 partidos. El propio Nash fue el MVP aquel año.

Anécdotas curiosas

 En la noche de los 81 puntos pasaron muchas cosas. Todas fueron eclipsadas por Kobe Bryant. Sin embargo, hay algunas anécdotas que merece la pena rememorar.

Los miembros de la mesa de anotadores

Lawrence Tanter es uno de los personajes más conocidos del staff de la franquicia de los Lakers. Ejerce de speaker de estos desde la temporada 1981-82 y los ha visto ganar 15 títulos de conferencia y 9 campeonatos de la NBA. Ha sido testigo de momentos memorables y recordando la noche en la que Kobe anotó 81 puntos, rememoraba una anécdota fantástica:

John Radcliffe, buen amigo suyo y oficial de mesa por aquel entonces, tuvo que afrontar un auténtico reto a la hora de hacer hueco para todas las canastas que Kobe iba anotando. “Lo pasó realmente mal buscando hueco para apuntar todos los puntos que Kobe estaba anotando,” decía Tanter. “Fue un gran esfuerzo porque nunca se había encontrado con algo como aquello”.

Acta del partido de los 81 puntos de Kobe Bryant | Foto: Lawrence Tanter
Acta del partido de los 81 puntos de Kobe Bryant | Foto: Lawrence Tanter

Si echamos un vistazo al acta del encuentro, la realidad es que se aprecia perfectamente el esfuerzo que tuvo que hacer Radcliffe para anotar, sobre todo, los 11 tiros de campo del tercer cuarto o los tiros libres del último. “Tengo que escribir más pequeño” decía John.

Cuando Kobe Bryant fue sustituido a falta de 4 segundos para el final, Tanter invitó a los fans a guardar la entrada de aquel partido porque había sido “una noche histórica en el Staples Center”.

Los compañeros también eran fans

Para las generaciones más modernas, Luke Walton es conocido ya por su trayectoria como entrenador. Especialmente por el gran papel que hizo como secundario de los Golden State Warriors. Actualmente ejerce de técnico jefe en los Sacramento Kings, pero antes, Walton también había sido jugador.

Luke pasó la mayor parte de su carrera en los Lakers por lo que coincidió con Kobe durante 9 temporadas. Sobre aquel partido Walton dijo: “Ha sido una de las pocas veces en las que me he sentido un fan y no un compañero. Le hice firmarme una entrada después del partido,” reconocía. “Fue increíble, mirabas el marcador y ponía 72 y luego 78 y luego 80, parecía que el marcador se había roto”.

Walton todavía sigue guardando aquella entrada firmada.

El comentarista debutante

Bill Macdonald se convirtió en uno de los protagonistas inesperados de la noche. Los Lakers le pidieron que comentara el partido sustituyendo al habitual Joel Meyers (quien había pedido permiso para comentar la NFL), por lo que sería su debut con la franquicia angelina.

Me imaginaba que sería el único partido de los Lakers que iba a comentar. Unos malos Lakers unos no muy buenos Raptors,” decía Macdonald. “La primera parte fue horrible. Los Lakers estuvieron horribles. Necesitaron cada uno de los puntos de Kobe en la segunda parte para remontar”.

También reconocía que, mediado el tercer cuarto, se miraron su compañero y él sabiendo que “algo especial estaba pasando”. Además, contaba una anécdota realmente curiosa: “Había casi acabado, y Stu (narrador habitual) se levantó y dijo, ‘Nunca he hecho esto,’ y le dio una ovación a Kobe Bryant.”

El propio Phil Jackson alucinó

Phil Jackson es uno de los entrenadores más grandes de toda la historia de la NBA. Ha ganado 11 anillos en 20 temporadas incluyendo 5 con Kobe Bryant y 6 con Michael Jordan. Pues bien, sobre aquella noche bromeaba diciendo “no es exactamente la manera en la que quieres que tu equipo gane”.

También echaba un vistazo rápido a la anotación de Kobe cuarto por cuarto diciendo “Eso es agotador, realmente impresionante. Este chico es increíble”.

Los 62 puntos frente a los Mavericks

Alrededor de un mes antes de aquel 22 de enero, Kobe Bryant vivió otra noche explosiva como esta en cuestión. Kobe estalló para anotar 62 puntos ante los Mavericks en 3 cuartos y no necesitar ni si quiera entrar en el último.

Brian Shaw, entrenador asistente de los Lakers, recuerda que le preguntaron al propio Bryant si quería entrar unos minutos para conseguir 70 puntos en el último cuarto. A lo que este respondió: “Nah, tendré otra oportunidad”.

Shaw, incrédulo dijo “Qué?! Tienes la oportunidad de alcanzar 70 puntos. Cuántos pueden decir que han metido 70 puntos? Solo estate unos minutos hasta conseguir 70 y te sientas”.

Y Kobe cerró la conversación diciendo: "Lo haré cuando lo necesitemos. Llegaré cuando realmente importe."

Él sabía que iba a tener otra oportunidad. Él era consciente de lo bueno que era, de que era capaz de repetir una noche así. Y efectivamente no le faltó razón. Un mes después logró los ya famosos 81 puntos. La segunda mejor marca de la historia, solo por detrás de los 100 de Wilt Chamberlain.

Kobe era Kobe. Y Kobe Bryant solo habrá uno.