Salva Arco (Navàs, Barcelona, 1984), es un jugador que puede ocupar las posiciones de 2 y 3 cómodamente, dependiendo de las necesidades de cada situación de partido. Debutó pronto en la máxima categoría nacional, y desde entonces, ha ido vistiendo diferentes uniformes, lo que le aporta un gran bagaje en el baloncesto nacional. Esto le ha permitido jugar bajo las órdenes de muchos entrenadores y compartir pista con grandes jugadores. Ha podido aprender de un referente baloncestístico como Zeljko Obradovic, ha vivido ascensos de categoría, momentos difíciles marcados por lesiones, y ha recibido la llamada para formar parte del combinado nacional. Con todo, es un veterano del deporte de la cesta que mira hacia un futuro, en el que desea poder unir su gusto por el emprendimiento y el marketing con el baloncesto.

Pregunta: Su debut en Liga Endesa se produjo con el Lleida, equipo con el que logró disputar aproximadamente 15 partidos cuando apenas tenía 20 años, ¿cómo experimentó ese estreno en la categoría?

Respuesta: Para cualquier joven, poder llegar a jugar ACB es un momento increíble y un sueño hecho realidad, lo guardo con muy buen recuerdo. Pero también es cierto, que creo que me llegó cuando todavía no estaba preparado. Tan solo dos años antes, estaba jugando en EBA en mi pueblo, Navás. Creo que cuando llegué, todavía no era tan maduro ni como jugador de baloncesto ni como persona como para afrontar ese reto. Aunque jugué 15 partidos y la siguiente temporada también jugué e hice algunos buenos encuentros, creo que mi progresión como jugador aún no merecía estar en ACB, tenía que haber quemado otras etapas antes de dar el salto.

P: Sufrió una lesión del ligamento cruzado anterior en su rodilla izquierda durante un entrenamiento en febrero de 2009, cuando estaba en Plus Pujol Lleida; fue operado y ha vuelto a jugar, ¿cómo describiría ese proceso de recuperación tras la lesión? ¿Qué le motivó a continuar tras una lesión de esa gravedad?

R: La lesión me llegó en una etapa clave como jugador. Tras pasar por varios equipos y conseguir el ascenso con un papel importante en San Sebastián, decidí ir a Lleida para seguir una progresión lógica para volver a ACB, y justo cuando estaba empezando a jugar mis mejores minutos y contando además, con la confianza de Edu Torres, llegó esta lesión que truncó temporalmente mi proyección.

Es cierto que es un momento muy duro, a nivel mental te afecta mucho. Aunque cuando eres joven, tienes muchísima energía y motivación, y crees que puedes con todo. Mi mentalidad es que iba a salir de ahí como fuese y que iba a trabajar como nadie para poder volver a ser el jugador que quería ser, y eso hice. Durante el proceso de recuperación tuve algunos problemas, ya que tras la operación se olvidaron un pedacito de clavo dentro de la rodilla, por lo que sentía molestias y solía tener líquido acumulado. A pesar de eso, seguí haciendo la rehabilitación; los primeros tres o cuatro meses en Lérida con el preparador físico del equipo y el fisioterapeuta, hasta que llegó el verano y la segunda parte de la rehabilitación la tuve que hacer yo solo, aconsejado por otros preparadores físicos, buscando información por mi cuenta, y el tramo final con la ayuda del C.B. Navàs.

Ese verano fiché por el COB, equipo al que estoy muy agradecido, porque no es fácil encontrar un club que apueste por ti tras pasar por una lesión de este calibre. Aunque tras el tercer partido me operé para que me extrajeran el clavo que se olvidaron en la rodilla, allí me volví a sentir jugador. Además, esa temporada me sirvió para acabar de recuperarme, gracias a Chema (preparador físico de Orense) y Benito Ramos (traumatólogo del club), y la confianza de Javi Muñoz.

P: Comparte el récord de triples (8, en 9 intentos) en un partido con el Melilla, en la serie de Playoffs contra Menorca; ¿Cómo vivió esa final, y en concreto ese partido?

R: Ese  partido fue increíble, de hecho es uno de los mejores recuerdos que tengo como jugador de baloncesto. Veníamos de unas series de Playoff muy duras; la primera contra Lérida la ganamos en el quinto partido y la siguiente contra un Cáceres, con muy buenos jugadores como Dani Rodríguez, Antelo, Francis Sánchez, Carlos Cherry, etc., también la ganamos en el quinto. Menorca había vencido sus dos series en menos partidos, por lo que llegaban más frescos. Nos ganaron los dos partidos en Menorca, aunque dimos mucha guerra. Cuando en el tercer partido anoté 36 puntos en casa, estábamos en una situación de vida o muerte. Ahí la verdad es que me salió todo, el equipo sabía que estaba en racha hacía jugadas y eso facilitó que pudiese meter tantos puntos. Es la sensación que tiene un jugador cuando está ‘caliente’, que cualquier tiro que lanzas lo metes, que nadie te puede defender. Fue una temporada, unos Playoffs y un partido del que tengo muy buenos recuerdos.

P: Cuando militaba en ese equipo fue llamado por Juan Orenga para formar parte de la Selección Española, ¿cómo podría describir el tener ese honor y esa gran oportunidad?

R: Fue un poco fruto de esa gran temporada que hice en el Melilla y sobre todo, de esos grandes Playoffs. Yo no era uno de los jugadores que tenía que ir inicialmente pero hubo una lesión (de Alex Urtasun) y el siguiente en la lista era yo. Recuerdo que estaba en Melilla entrenando después de la temporada, y cuando llamó Orenga no me lo creí. No dudé en decirle que sí, que iría donde hiciese falta. Hicimos una concentración en Madrid, durante dos semanas; estábamos en el mismo hotel y entrenábamos en las mismas instalaciones que la Selección Española absoluta, compartir experiencia con ellos fue una experiencia inolvidable. Luego estuvimos en Argentina y Brasil disputando varios torneos y partidos contra la selección brasileña, argentina y chilena. Poder compartir pista con jugadores como (Javier) Beirán, (Pablo) Aguilar, Pau Ribas, (Xavi) Rabaseda, Quino Colom o Rodrigo San Miguel fue increíble. Además, tener la oportunidad de demostrar mi valía con jugadores de esa calidad me sirvió para darme cuenta de que podía estar a su nivel, y por otra parte,era mi primera gran recompensa a todo el trabajo que venía haciendo en las temporadas anteriores.

P: Estuvo bajo las órdenes de Jaume Ponsarnau en Manresa en la campaña 2012-13, ¿qué opina del entrenador que ahora está en el banquillo del Valencia?

R: Me gustaría destacar sobre todo de Jaume, por encima de que es un gran entrenador y conoce muy bien el juego, que es una gran persona. Te conquista con respeto, confianza y un trato exquisito. Al final, él no necesita ni chillar ni abroncar a los jugadores, porque te sientes en deuda con él por la manera en que te trata. A mí me trató muy bien, y me dio tanta confianza que sentía que debía devolverle esa confianza entrenando duro, ayudando al equipo a ganar partidos y siendo el mejor profesional posible. Tengo muy buena relación con él y creo que por encima de ser un buen entrenador o un buen jugador hay que ser una buena persona, y en eso Jaume es de los mejores.

​​​​​​​​Salva Arco (#14), en su etapa en Manresa, defiende a Sergio Llull (#23) | Foto: Susanna Sáez, EFE
​Salva Arco (#14), en su etapa en Manresa, defiende a Sergio Llull (#23) | Foto: Susanna Sáez, EFE

 P: Durante sus dos campañas con el Manresa los resultados cosechados no fueron muy buenos, pero, ¿qué experiencias positivas se lleva de aquellos años?

R: Es cierto que esos dos años a nivel deportivo fueron muy malos, principalmente porque no conseguimos el objetivo que era mantenernos en la categoría. Incluso fue peor a nivel de sensaciones personales, porque yo soy de un pueblecito que está al lado de Manresa, Navàs, por lo que toda mi vida mis referentes han estado ahí. Por eso, y siendo el segundo año capitán, yo tenía un extra de responsabilidad. Pero siempre que pasas por malos momentos intentas extraer la parte positiva y guardar el aprendizaje de esos malos momentos, para que si en el futuro se repiten tengas herramientas para saber gestionarlos mejor. Es lo que intenté, aprender de esos dos malos años para llevar de un mejor modo las rachas negativas en los años posteriores.

P: Formó parte de la disciplina de un equipo alemán, el Ratiopharm Ulm, en 2015; ¿Cómo describiría esa etapa en el extranjero? ¿Encontró allí una forma distinta de entender el baloncesto?

R: Como etapa fue muy, muy buena. Siempre que he salido de casa me ha servido como aprendizaje, y estando en un club de la categoría como Ratiopharm Ulm descubrí un baloncesto distinto y un club increíblemente profesional. El club, desde el primer día, cumplió todo lo estipulado en el contrato de manera ejemplar; cuando llegué ya tenía a mi disposición el apartamento, el contrato para firmar, el coche con un navegador que tenía las principales direcciones de la ciudad, la nevera llena de fruta y zumos, toda la ropa lista… (y eso en tan solo 2 días desde que decidí aceptar la oferta) Es algo a lo que aquí en España desafortunadamente no estamos tan acostumbrados.

En cuanto al baloncesto, es muy distinto; cuando yo estuve permitían tener 6 fichas extracomunitarias, por lo que era un juego más físico y directo, con menos conceptos tácticos. Los equipos con entrenadores alemanes o americanos, hacían un baloncesto menos táctico y con menos scouting, y eso es lo que más me sorprendió. Por eso, en la liga doméstica me sentía más incómodo jugando, y al contrario, en Eurocup fue donde jugué mis mejores partidos.

​​​​​​​​Salva Arco (#9) persigue a Fernando San Emeterio (#19) durante un encuentro de Eurocup | Foto: Florian Achberger, Ratiopharm Ulm
​Salva Arco (#9) persigue a Fernando San Emeterio (#19) durante un encuentro de Eurocup | Foto: Florian Achberger, Ratiopharm Ulm

P: ¿Qué supuso para usted, la oportunidad de realizar la pretemporada de esa campaña con el Fenerbahçe junto a Andrés Miso?

R: Esa pretemporada, es sin duda, una de las mejores experiencias de mi carrera deportiva. Poder vivir de primera mano cómo es Obradovic y un club como el Fenerbahçe fue inexplicable, es algo que me llevo para toda la vida. Estuve unos dos meses, con gran parte de la plantilla, aunque no estaban todos porque se estaba disputando el Mundial. La experiencia fue muy dura porque entrenábamos mucho, , con un nivel de exigencia física y mental muy alto, pero también fue muy gratificante. Obradovic es una persona excepcional, se preocupaba por todos y nos trataba a todos por igual, desde Ekpe Udoh hasta (Andrés) Miso o a mí. También trataba a su cuerpo técnico con gran respeto, delegaba en muchas partes de los entrenos y siempre estaba pensando en baloncesto, yendo con la pizarra de un lado a otro dibujando jugadas y  poniendo a prueba a sus ayudantes. Tengo un muy buen recuerdo de esta etapa, y estoy muy agradecido tanto a Fenerbahce como a Zeljko Obradovic y a José María Izquierdo, que fueron junto con mi representante los artífices que permitieron que yo pudiera vivir esa pretemorada. 

P: Pudo levantar la Copa Princesa ante su afición en su primera final, la cual acabó con un resultado algo apretado (90-86), ¿preferiría jugar en la ACB como titular con cualquier otro equipo o volver a repetir esa hazaña con Breogán?

R: La verdad es que ese partido marcó un antes y un después en el club y en las aspiraciones del equipo; éramos conscientes de que teníamos muchas opciones de subir ese año, pero contábamos con el lastre de los 12 años en los que el club no lo consiguió, y las expectativas no eran las mejores. Conseguir esa victoria nos dio ese impulso extra que necesitábamos para confiar en nosotros y saber que estábamos capacitados para subir y, sin duda, fue el preludio perfecto al ascenso a la ACB. Si tuviera que elegir, me quedo con ganar ese título, porque luego me permitió ascender con el equipo y llegar a la ACB con Breogán, con todo lo que eso conllevó.

P: De nuevo, en septiembre de 2018 estuvo apartado de las canchas (esta vez durante menos tiempo) por una rotura de ligamentos en el tobillo; ¿Qué nos puede contar acerca de la importancia de una buena preparación física?

R: Cuando supe que Breogán iba a contar conmigo para ACB pasé el verano entrenando mucho, decidido a aprovechar la oportunidad al máximo. Sabía que podía ser una de mis últimas oportunidades para consolidarme en la ACB, así que entrené a tope tanto con Pepe Laso, como con Jose Miragaya (el que fue preparador físico del equipo en el ascenso) y con Jaime Capellá (el fisioterapeuta en aquel momento del equipo), y en Manresa con Marc Costa en el Centro Altius. Llegué muy bien a la pretemporada, me encontraba muy bien, pero en un choque fortuito contra Toko Shengelia (durante el Circuito Movistar) me torcí el tobillo de una forma extraña y me rompí un ligamento, lo que me apartó del juego cerca de tres meses. Todo lo que yo había trabajado para llegar hasta ahí en mi mejor momento se fue al traste, era como empezar de cero.

Por supuesto, la preparación física es clave, pero también influye la suerte, habiendo lesiones que no se pueden controlar. También es cierto que de no haber estado tan bien físicamente me podría haber roto algún hueso o podría haber sido mucho peor, hasta el punto de tener que retirarme. 

P: Cuenta con una dilatada carrera en la que ha pasado por muchos equipos, ¿cree que la de Breogán será la última camiseta que vista?

R: No sé si será la última, no es algo que pueda controlar al 100%, pero si solo dependiese de mí, me encantaría que fuese la última. Estoy en un sitio donde se me quiere mucho, me siento respetado y donde me siento importante, tanto por parte del club como por los distintos entrenadores que he tenido. Cuando fiché por el Breogán es una de las cosas principales que buscaba: volver a ilusionarme por un proyecto, sentirme importante dentro de él, y sentirme respetado y querido. En Lugo soy feliz, aquí ha nacido mi hijo y es donde está mi familia, y es una ciudad en la que me encuentro muy a gusto. Por eso, me gustaría que la última camiseta que vista fuese la del Breogán.

Salva Arco (#14) bota hacia canasta en un encuentro ante el Alicante | Foto: Sebas Senande
Salva Arco (#14) bota hacia canasta en un encuentro ante el Alicante | Foto: Sebas Senande

P: ¿Cómo afronta la responsabilidad de la capitanía? ¿Sigue intentando liderar al grupo en estos tiempos?

R: La capitanía en Lugo es muy especial, porque supone un plus de responsabilidad. Es un lugar donde se vive el baloncesto de manera muy intensa, y como capitán y jugador tienes que ser responsable y consciente del equipo al que representas. Es cierto que la manera que tienen los aficionados de sentir el baloncesto casa mucho con la manera que tengo yo de entenderlo, por lo que es para mí es fácil sentirme representado por el club y poder representarlo. Evidentemente intento ayudar a mis compañeros y transmitir todo lo que llega desde el club en estos momentos de incertidumbre, soy el nexo de comunicación entre el club y los jugadores, aunque existe contacto directo con todos ellos; aun así, es más difícil ayudar cuando se está en casa.

P: Recientemente en redes sociales mencionó que su jugador favorito es Roger Esteller, pero ¿qué jugadores en activo son los que más sigue y admira?

R: Hay muchos jugadores, sobre todo en ACB. Por destacar alguno, me gusta Campazzo por su intensidad, energía y calidad a pesar de su altura. También la capacidad anotadora de Prepelic y Toolson; cómo dirigen al equipo Marcelinho Huertas y Dani Pérez; la polivalencia de Toko Shengelia… hay muchos jugadores de los que se pueden aprender muchas cosas, por algo la ACB es la segunda mejor liga del mundo.

P: A lo largo de su carrera ha vivido tanto ascensos de categoría como descensos; ¿Qué cambio de categoría cree que ha impactado más su trayectoria?

R: Es difícil contestar, creo que todos los ascensos y descensos han impactado en mi trayectoria. A los ascensos han seguido unas consecuencias y tras los descensos, otras. Es cierto que después de un ascenso casi siempre han sido buenas, aunque en el caso de Orense luego llegaron momentos muy difíciles; pero también por eso pude ir a Fenerbahçe, con todo lo que supuso para mí. Tras los descensos de categoría, sobre todo de ACB a LEB Oro eso ha implicado el bajar de categoría. A nivel mental eran momentos difíciles, pero siempre he intentado sacarle la parte positiva; en LEB Oro volvía a tener más minutos, me sentía más importante, volvía a ser más jugador y sobre todo a ganar más partidos, así que me sentía más feliz.

P: Aunque se da por hecho que la salud física del jugador es una prioridad, en ocasiones se deja de lado la vertiente psicológica, ¿qué importancia tiene para usted y cómo valora la atención que se le presta en el deporte profesional?

R: Le otorgo muchísima importancia, es cierto que a medida que han pasado los años la he ido valorando mucho más. Desde que tuve lesiones y malos momentos y he ido trabajando con varios psicólogos deportivos me he dado cuenta de lo realmente importantes que son, pudiendo ser útiles tanto para un jugador como para un equipo.

En cuanto a la atención que se le presta en el deporte profesional, creo que aún es escasa; pienso que cada equipo debería tener al menos un psicólogo deportivo. Y no solo tenerlo, sino saberlo emplear, sacarle rendimiento a ese profesional. La primera vez que tuve contacto con esa figura fue en Melilla, con un psicólogo llamado Carlos López; con él empecé a darme cuenta de la importancia del mismo. Cuando estuve en Manresa también trabajé con Xavi García, un ‘coach deportivo’, que en una situación puntual que no sabía gestionar, me fue de gran ayuda. Y la última etapa fue cuando estaba con Breogán en ACB, donde con Francesc Porta (psicólogo deportivo), intentamos potenciar mi parte psicológica como jugador, buscando una mayor motivación y ambición, y dándome herramientas para superar las lesiones y las rachas de derrotas consecutivas que tuvimos.

P: Además del baloncesto muestra interés por el emprendimiento, habiéndose graduado en Marketing y Estudio de Mercado; ¿Cómo compagina ambos mundos y qué metas tiene como emprendedor?

R: Estoy muy contento de haber podido estudiar, es cierto que empecé tarde (a los 26 años), porque hasta entonces no me di cuenta de lo importante que era tener un ‘plan B’. Hace dos años que acabé la carrera, y la verdad es que fue una de las mejores decisiones que tomé. Compaginar deporte y estudio me hacía sentir que aprovechaba el tiempo, preparando ese ‘plan B’ para el día de mañana; además, me ayudaba a evadirme de los malos momentos deportivos. Ahora estamos acabando de perfilar (aunque ya está en marcha) la segunda edición del Campus Arco, y aparte tenemos con otro socio una empresa de material deportivo para campamentos de verano. Ahora mismo estoy centrado en eso, pero mi meta después del baloncesto es trabajar en marketing deportivo en algún club de baloncesto, porque es en lo que tengo más experiencia. Luego, junto con mi hermano Toni que tiene varias empresas y es muy emprendedor, me gustaría montar alguna aplicación o algo relacionado con el marketing deportivo. Son cosas que están en el aire pero son algunas de las metas e intenciones que tengo para el futuro. 

P: Tiene un campus de baloncesto para jóvenes; ¿cómo surgió esa idea y hasta dónde quiere llegar con ella?

R: Este verano organizamos la segunda edición del Campus Arco, que ojalá esta situación que nos está tocando vivir nos deje llevarlo a cabo. La idea surgió gracias a Ricardo, un amigo de Orense; llevaba muchos años con la idea de querer transmitir la pasión que tengo por este deporte y todos mis conocimientos a niños y jóvenes, que es algo que me encanta. Y Ricardo me dio ese impulso para llevarlo a cabo. La primera edición fue muy bien; acabamos muy contentos tanto nosotros como los niños y sus padres. Lo organizamos todo nosotros con mucha ilusión, y cuando algo te gusta y lo haces con pasión sacas tiempo de donde sea para que sea lo más profesional posible y que los niños lo disfruten al máximo y vivan una experiencia inolvidable. Me gustaría que pudiese durar muchos años, para poder seguir transmitiendo mi pasión por el baloncesto a los niños, y que ellos puedan vivir esa experiencia con otros jugadores y conocer a otros entrenadores y formas de entender el baloncesto. También estamos intentando traer equipos de Portugal y fuera de la Comunidad de Galicia; queremos crear una experiencia enriquecedora, no solo en lo deportivo sino también en valores, como la solidaridad, el respeto, el trabajo en equipo, la tolerancia…

P: ¿Qué tal está pasando esta cuarentena al lado de su familia? ¿Compagina la desconexión con mantenerse en forma a pesar de que parece difícil que se reanude la temporada?

R: Al final uno acaba adaptándose; como mi mujer es enfermera a mí me toca estar con el niño en casa e intento aprovechar todo el tiempo que antes no tenía para estar con él. Lo compagino con el planning que nos manda el preparador físico del equipo, Jaime Capellá; además de eso también entreno por videollamada con uno de los fisioterapeutas del equipo, Pablo Duarte, para trabajar la prevención de lesiones y ejercicios de pies y caderas. Intento aprovechar el tiempo para estar listo por si se reanudara la competición, y en caso contrario llegar en las mejores condiciones a la temporada que viene. Esto en la parte deportiva, y en lo personal y como he comentado anteriormente, seguimos preparando el Campus, gestionando la empresa de alquiler de material para eventos deportivos, y también estoy realizando un máster en Growth Hacking

P: Su mujer forma parte del sector sanitario con lo que usted debe tener una visión más aproximada de la situación, ¿qué mensaje cree que es clave durante estos momentos?

R: Creo que los mensajes ya están más que claros por parte de las autoridades sanitarias y el Gobierno, todos sabemos lo que debemos hacer. Me gustaría destacar la importancia de quedarse en casa; vamos a dejar que los profesionales hagan su trabajo y los demás vamos a intentar salir lo mínimo posible, tomando las máximas precauciones. También hay que dotar del material adecuado para que puedan desarrollar su labor de la forma más segura posible a todos los profesionales que están ahí fuera luchando por nosotros. Ellos están luchando por nosotros y llevando a cabo un duro trabajo, como mínimo que lo hagan con las máximas garantías posibles.

Desde VAVEL.com queremos mostrar nuestro agradecimiento a Salva Arco, y le deseamos suerte y éxito tanto en lo profesional como en lo personal, en los proyectos en los que participa​​​​​​​.