Es innegable que antes del comienzo de temporada, los Cavaliers se veían más como un lugar de ensayos que como un candidato para luchar por una plaza de playoffs. Los experimentos fueron ya visibles desde el comienzo, cuando Markkanen, Mobley y Allen compartieron titularidad en el primer quinteto del curso.

El caso es que, llevando a cabo los pertinentes ajustes por parte del cuerpo técnico, el equipo se encuentra en quinta posición en la Conferencia Este, con un récord actual de 7-4. Hasta la fecha, mantienen una racha ganadora de cuatro partidos consecutivos. Las últimas víctimas han sido contra Charlotte Hornets, Portland Trail Blazers, Toronto Raptors y New York Knicks. Tres de estas victorias como visitantes. ¿Es sostenible esta situación? ¿Cuáles son los factores que están marcando la diferencia?

  • Ricky Rubio, una fuente de experiencia

Es claro el rol que ha asumido el base español en las plantillas de las que ha sido parte en los últimos tiempos. Un veterano que es capaz de hacer mejores a los demás. Un mentor para los más jóvenes. Al igual que en Utah o en Minnesota, Ricky está cumpliendo este papel a la perfección, ahora en Cleveland.

Aunque existía la incógnita de cómo podría funcionar el inusual proyecto de la franquicia formado este verano, Rubio es uno de los factores determinantes para disipar las dudas. Ricky exprime al máximo las capacidades de los interiores que componen la plantilla. Es el inicio de lo que sucede en cualquier jugada cuando él se encuentra en pista. Por el que pasa todo. Es la clave para el funcionamiento del trío Markkanen-Mobley-Allen. Es el enlace preciso y necesario para que las piezas encajen.

Siempre se habla de él como un gran repartidor de juego o un maravilloso asistente, pero no se queda solamente ahí. El experimentado base está teniendo una fantástica temporada en cuanto a anotación se refiere. Con un registro de 40.5% en tiros de campo y 42.9% desde el triple, promedia 13.7 puntos por partido, lo que significa hasta ahora la mejor marca de su carrera en la NBA.

Tanto es así que, en el último enfrentamiento del combinado en el Madison Square Garden, Ricky concluyó el duelo con la más alta anotación de su carrera, siendo esta de 37 puntos. Acompañó la cifra con 10 asistencias y 3 rebotes. Esto saliendo desde el banquillo. Una noche que, seguro, no olvidará.

  • Allen y Mobley, misteriosa sorpresa

La pareja que fascina al mundo de la NBA en este primer mes de competición, no solo por el nivel de cada uno, que también, sino más por cómo están sabiendo complementarse. No es habitual en la NBA de hoy en día que las dos posiciones interiores las ocupen dos pívots con un estilo tan orientado a lo “clásico” como son Allen y Mobley. Como se ha visto anteriormente, el catalán es fundamental para que estos dos funcionen tan bien.

Son los grandes artífices del impacto defensivo del conjunto. Actualmente, los Cavaliers se posicionan como una de las mejores defensas de toda la competición. Es esta una de las razones que explican el momentáneo éxito de los de Ohio.

En cuanto al ataque, el ex de los Nets ofrece una imponente presencia en la pintura, resultando más que efectivo en esta. Respecto al rookie, Jarret, ha demostrado que también puede lanzar desde media y larga distancia, siendo más versátil en relación a lo que necesita el equipo. Aún tiene mucho margen de mejora, lógicamente. Al fin y al cabo, apenas lleva tiempo en la liga, pero ya ha dejado algunas muestras de cómo es capaz de desmontar las defensas rivales en transición o correr en cuestión de segundos de un lado a otro de la cancha con una pasmosa rapidez.

Además, Jarrett ha sido elegido como mejor jugador de la semana de la Conferencia Este. No es para menos, ya que el pívot de 23 años posee un registro actual de 14.9 puntos y 11.6 rebotes por enfrentamiento.

Fuente: NBA
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  • Casi todo acompaña

Darius Garland es otra figura a destacar en los resultados positivos. Con una marca de 15.4 puntos y 7.6 asistencias por partido, es y será una pieza de vital importancia para las aspiraciones del grupo.

El ya veterano Kevin Love está teniendo una notable participación en el juego. Después de un considerable tiempo en el que parecía no estar a gusto con el baloncesto, vuelve a tener un peso en el vestuario más acorde con su estatus.

Otro jugador que hay que mencionar, Cedi Osman. No había llegado aún a despegar. Desde que aterrizó en la liga, las expectativas con él estaban muy altas, y no ha logrado llegar a ellas. Ahora tiene un rol adecuado y que cumple a la perfección. Destaca por su buen porcentaje (45.3%) en el tiro de tres.

Pero no todo son buenas noticias. Al margen del caso de Markkanen y Okoro, que son bajas leves, se conoció recientemente la baja indefinida de Collin Sexton. Probablemente el mejor anotador del combinado. Se marchó en el choque ante los Knicks por lesión. Posteriormente, el equipo comunicó que sufría un desgarro en el menisco de su rodilla izquierda. Esto supone un mazazo, no solo para la franquicia, sino también para el propio jugador, pudiendo perjudicar esto gravemente a su futuro, ya que es su último año de contrato y al finalizar será agente libre.

Fuente: NBA
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