El deporte es caprichoso, es un ente capaz de mover a aquellos quienes lo practican con sus hilos invisibles y capaz de cambiar el destino de muchos jugadores, cuya situación lejos de parecer estable para pender siempre de una fina cuerda, como un equilibrista que sabe que se puede caer pero que siga con la mirada al frente intento llegar al final.

Todo esto debió pensar Ricky Rubio en el momento de caer lesionado. Tras un dribbling del catalán, este se resbaló y su rodilla izquierda se torció, una postura bastante peligrosa para este tipo de jugadores y en plena caída, lo que aumentaba las posibilidades de una lesión grave. Aún no se conocen las pruebas oficiales pero todo apunta a que el veredicto de los médicos no será nada agradable para el base.

@cavs
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Los Cavaliers terminaron perdiendo un partido donde lo menos importante fue el 108-104 final, con una remontada de los Pelicans más propia de las que está protagonizando a lo largo de la temporada el conjunto de Ohio. Ricky estaba jugando a un gran nivel de nuevo, a punto de conseguir un tripe doble con 27 puntos, 13 rebotes y 9 asistencias.

Sonrisas y lágrimas

No es el mejor momento para lesionarse, si es que existe un momento idóneo para esto, y es que Ricky Rubio, tras un verano donde nada parecía estar yendo bien había conseguido encontrar su sitio en los Cavs. Tras unos espléndidos Juegos Olímpicos el español no tenía nada claro su futuro, pendiente de las decisiones que se estaban gestando desde la oficina de Suns.

Está promediando 12,7 puntos y 6,5 asistencias, pero su nivel real escapa de todas las estadísticas posibles, pues tal y como ha dicho Kevin Love ante los medios, es el líder espiritual de unos Cavaliers que solo necesitaban una figura como la del base de Masnou para despegar. Con un balance de 20-14 anda quinto en la Conferencia Este, por delante de otros aspirantes como Philadelphia o Boston, y muy cerca de la segunda posición que ostentan los Bulls.

Toca esperar y rezar por Ricky Rubio, quien todavía recordará la lesión que sufrió en 2012 y que intentará evitar que se repita a toda costa algo parecido. Con 31 años está ante la oportunidad de redimirse por última vez tal y como lo estaba haciendo, pues el próximo verano será agente libre y tendrá la oportunidad de decidir su futuro, un futuro que ahora mismo se vislumbra con más sombras que luces, y con tanta incertidumbre como pruebas le hagan a su maltrecha rodilla izquierda.

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