La temporada 2013 fue la última del equipo Radioshack y tal vez la mejor de este equipo creado en 2011. Nació como la estructura de los hermanos Schleck y Kim Andersen en 2011, después que todos estos abandonaran el Saxo Bank de Bjarne Riis. Al cabo de un año, en 2012, se produjo la fusión con otro proyecto de reciente creación, el Radioshack-Nissan de Lance Armstrong tras su paso por el Astana en 2010.

Dicha unión resultó una espectacular mezcla de ciclistas de nivel, como Andreas Kloden, Haimar Zubeldia y Chris Horner por un lado, y los hermanos Schleck o Fabian Cancellara por otro. Sin embargo, los resultados no llegaron y la falta de entendimiento entre los ciclistas en la carretera era evidente. Hasta 2013 no quedaron bien definidos algunos roles, con los cuales llegaron los primeros y únicos resultados importantes para esta escuadra.

A diferencia de lo que se podía esperar, la gran victoria en una carrera de tres semanas sería para Chris Horner y no para uno de los dos Schleck. Uno sancionado por dopaje y el otro con problemas físicos distaron mucho de aquella pareja que dominaba en la montaña hasta 2011. Por su parte, Fabian Cancellara agrandó su leyenda y siguió cosechando victorias sobre los adoquines y contra el crono.

Regreso de Andy Schleck

La temporada comenzó en Australia con el Tour Down Under, con una victoria satisfactoria en lo colectivo. Sin opciones reales de ganar, el Radioshack se llevaba el triunfo en la general por equipos por segunda temporada consecutiva. Hermans y Tiago Machado habían dado presencia en carrera al equipo; el belga finalizaba quinto en la general después de haber perdido unos nueve segundos en la última etapa que le impidieron subir al pódium. Por su parte, Andy Schleck daba muestras de flaqueza al abandonar en la última etapa cuando ya iba a 40 minutos del líder.

En febrero, el pequeño de los Schleck continuaba su preparación para el Tour, completando carreras por primera vez desde Lieja 2012, casi un año después, en el GP Camaiore, concretamente. El pequeño de los Schleck participaba poco después en otras carreras como Tirreno Adriático, Mediterráneo y Critérium Internacional. Solo acabaría en esta última y en la posición 57.

Papel discreto de Schleck en el inicio de temporada. (Foto: feltet.dk.).

Mientras, el equipo sumaba otro triunfo por equipos en Algarve, donde Nizzolo se hacía con la clasificación por puntos a pesar de no llevarse ninguna etapa.

Histórico Cancellara

Llegaba la temporada de clásicas, con las de adoquines en Flandes en primer lugar. El Radioshack contaba ahí con el gran especialista del pelotón internacional, Fabian Cancellara, dispuesto a hacer historia. En la E3 Harelbeke, el suizo ya demostraba que llegaba en un sensacional estado de forma. Tras ganar las ediciones de 2010 y 2011, ‘Espartaco’ repetía triunfo en solitario gracias a un ataque a 35 kilómetros de meta.

En otra grande, en el Tour de Flandes, disputada una semana después, Cancellara volvía a ganar con autoridad, entrando en meta en solitario con más de un minuto de ventaja sobre Sagan y Roelandts. El suizo había vuelto a llegar solo después de dejar atrás a sus rivales a 15 kilómetros de meta con otro durísimo ataque. Esta era su segunda victoria en esta carrera tras la de 2010, aunque el de Berna aún no había culminado su recital.

Una semana después, Cancellara ganaba su tercera Paris - Roubaix, seguramente la carrera sobre adoquines más dura y reconocida de todas. El suizo supo imponer su fuerza y veteranía venciendo al joven Vanmarcke en la misma línea de meta del velódromo de Roubaix. Cancellara había firmado un triplete histórico sobre los adoquines para convertirse en toda una leyenda del ciclismo.

Cancellara imponiéndose a Vanmarcke. (Foto: roadcyclinguk.com).

Discretos resultados hasta el Tour

La temporada para el Radioshack prosiguió con las clásicas de las Ardenas. En la Amstel Gold Race, Andy Schleck no finalizó y Ben Hermans fue el mejor del equipo en el puesto 29. En la Flecha Valona, Tony Gallopin fue 16 a 17ª segundos de Dani Moreno y en Lieja, 29º a más de un minuto de Martin. Schleck participó en ambas, pero en ninguna pasó del puesto 40. Tras los buenos resultados sobre el adoquín, el Radioshack firmaba un discreto papel en el tríptico.

En mayo, los resultados no iban a ser mucho mejores. Jens Voigt lograba la única victoria de etapa, en California, donde solo Busche estuvo entre los mejores de la general, sexto a 3’50” de Van Garderen.

Mientras, en el Giro, los resultados también iban a ser discretos. Kiserlovski y Machado lideraban un equipo que venía a por las victorias de etapa. Sin embargo, los triunfos no llegaron; un cuarto puesto de Hondo al sprint y un 10º de Kiserlovski en una etapa de montaña ganada por Intxausti fueron los resultados más destacables.

Ya pensando en el Tour, Schleck debía realizar la fase final de su preparación en Suiza. Pero las sensaciones no fueron buenas. El luxemburgués finalizó en el puesto 40, muy lejos de los mejores. La buena noticia fue la victoria de Gregory Rast en la sexta etapa, culminando una larga fuga. Al mismo tiempo, en Luxemburgo, en la carrera que el Radioshack corre en casa, Nizzolo ganaba dos etapas y la regularidad, y Bob Jungels, una.

Gregory Rast venciendo en Suiza. (Foto: roadcyclinguk.com).

Antes de la ronda gala, Radioshack lograba llevarse varios campeonatos nacionales, como los de Kiserlovski en Croacia, Devolder en Bélgica, o Jungels en Luxemburgo.

Bakelants brilla; Andy decepciona

Llegó por fin el Tour, donde se confirmaron los peores presagios. Andy Schleck no estaba fino y aunque se dejó ver entre los mejores, acabó cediendo en la alta montaña, quedándose sin opciones de podio. Tras disputarle los Tours de 2009 y 2010 a Alberto Contador, ganando este último por la descalificación del madrileño y tras perder el de 2011 en la última crono, el pequeño de los Schleck firmaba el peor Tour de su vida al finalizar en la posición 20.

Sin Cancellara en el equipo, las opciones de victoria eran remotas. Sin embargo, apareció Jan Bakelants en la segunda etapa para imponerse al resto de escapados en la llegada a Ajaccio. El belga había sido una de las sorpresas de la carrera al vencer con mucha potencia y además se hacía con el amarillo. Radioshack salió de Córcega con una etapa bajo el brazo y con el maillot amarillo en su poder.

Bakelants, de amarillo en Ajaccio. (Foto: Sports Illustrated).

Dos días después, el Orica GreenEDGE ganaba la crono por equipos; Radioshack estuvo lejos de los mejores y Bakelands perdió el amarillo en favor de Simon Gerrans.

El resto de Tour fue una lucha constante del equipo por repetir victoria. Gallopin se metió en la llegada masiva de Albi, en la que fue séptimo con Sagan como vencedor de etapa. Las dos mejores opciones de triunfo llegaron la última semana, pero en ambas se acabó imponiendo Rui Costa. Andreas Klöden peleó por una victoria en el que iba a ser su último Tour. El alemán estaba en la escapada el día de Gap, pero llegó quinto a 42 segundos del portugués de Movistar. El propio Klöden y Bakelants también se metieron en la fuga del día de Le Gran Bornand, pero llegaron segundo y tercero, respectivamente, en una etapa ganada de nuevo por Rui Costa.

Después del Tour, llegaba otra de las victorias destacadas del Radioshack esta temporada, la de Tony Gallopin en San Sebastián. El francés atacó en Arkale, dejando atrás al resto de fugados. Los perseguidores no acabaron de entenderse y Gallopin entraba en meta en solitario, aventajando en casi medio minuto a corredores del nivel de Alejandro Valverde o Roman Kreuziger.

Gallopin venció en la Clásica de San Sebastián. (Foto: velonews.competitor.com).

La lección de un veterano

Llegados al tramo final de temporada, entraba en acción el gran protagonista del equipo en 2013, Chris Horner. El tejano se había perdido toda la temporada por una lesión en la rodilla y su estado de forma a sus 42 años era toda una incógnita. Pese a ello, regresaba con fuerza ganando etapa reina del Tour de Utah, en la que finalizaba segundo tras Tom Danielson en la general.

La guinda al pastel de la temporada vino con la Vuelta a España. Todas las apuestas apuntaban a Nibali, Valverde o Joaquim Rodríguez. Nadie apostó por un veterano Horner que llegaba fresco a diferencia de sus rivales y en un perfecto estado de forma. En la primera etapa, solo la soberbia crono por equipos de Astana impidió que el rojo se fuese al Radioshack.

Solo dos días tardaba en llegar esa victoria de etapa acompañada por el maillot rojo, en la tercera, con final en Vilagarcía de Arousa. Un fuerte ataque del americano en el último kilómetro le daba la victoria en solitario y el liderato en la Vuelta aunque solo le iba a durar un día. Nadie confiaba en sus posibilidades y todo el mundo creía que antes o después, le pesarían los años y no podría seguir a los mejores.

Tras perder 20 segundos en Valdepeñas, tuvo una excelente recuperación al día siguiente: ganó la etapa de Güéjar Sierra con una asombrosa autoridad, con casi un minuto de ventaja sobre el resto de favoritos, recuperando así el liderato. Sin embargo, en la siguiente etapa, en la contrarreloj individual de Tarazona, vivió su peor día en la Vuelta. Cedió minuto y medio con Nibali y perdió de nuevo el rojo. Parecía que definitivamente se quedaba sin opciones, aunque lo mejor por su parte estaba por llegar.

Horner, en la victoria en Vilagarcía de Arousa. (Foto: universalsports.com).

Ese mismo día, Cancellara ofrecía toda una exhibición contra el crono y demostraba estar listo para los Mundiales, sacando 37” a Tony Martin, el otro gran favorito.

La Vuelta entró en su semana clave, donde Nibali intentó poner la directa a por su segunda victoria en la general de la ronda española. Pronto se vio que solo Horner podía seguir su ritmo, así que el duelo por el rojo estaba servido. Las dos etapas fuertes de Pirineos apenas cambiaron nada en la general. Fue en Aramon Formigal donde Horner sentó las bases de su futura victoria.

Nibali dio los primeros síntomas de flaqueza y Horner le recortó 22 segundos. Fue en Peña Cabarga donde se vio que el más fuerte era el americano, el primero de la general en cruzar la meta, quedándose a solo tres segundos del maillot rojo, aún en poder del italiano. A Horner le bastaron seis segundos de ventaja en el Naranco para hacerse con el liderato, con el Angliru en el horizonte al día siguiente.

Llegó la etapa reina y Horner tiró ese día de veteranía y experiencia. Aguantó los numerosos ataques de Nibali, hasta dar la sentencia final cuando el de Astana no pudo más. Horner volvió a ser en meta el mejor de los de la general, demostrando ser el justo vencedor de una durísima Vuelta a España.

Horner, cruzando la meta en el Angliru. (Foto: velonews.competitor.com).

Cancellara no pudo con Martin

Tras la Vuelta, llegaron los Mundiales, donde Cancellara buscaba recuperar el trono mundial contra el crono. No obstante, Tony Martin y Wiggins terminaron pasando por encima del suizo. Cancellara también intentó lograr una nueva medalla en ruta, pero no pasó del décimo puesto.

La última victoria de la historia del Radioshack - Leopard la consiguió uno de los protagonistas de la temporada, Jan Bakelants, que añadía a su palmarés el triunfo en el Gran Premio de Valonia, superando a Voeckler en la línea de meta.

De esta forma, la estructura decía adiós al ciclismo dando paso a un nuevo proyecto como es el Trek Factory Racing. La nueva estructura estará dirigida por Luca Guercilena y contará con la base del Radioshack, con ciclistas como los hermanos Schleck, Cancellara o veteranos como Jens Voigt o Haimar Zubeldia. No sucede lo mismo por el momento con Chris Horner, que a pesar de su brillante triunfo en la Vuelta, se encuentra sin equipo para 2014.