La Vuelta a España estaba siendo de lo más disputada y quedaba solo la última jornada de montaña por la sierra madrileña. El sorprendente líder, Tom Dumoulin, mantenía una exigua ventaja sobre Fabio Aru de seis segundos.

Fabio Aru se 'agarraba' a la hazaña de 1985 donde Pedro Delgado se llevo contra pronóstico la Vuelta, mientras el holandés apelaba a la lógica ciclista. Aru contaba con el equipo más fuerte de la competición, Astana, mientras de Dumoulin se encontraba solo. Un factor que más tarde se demostró ser clave.

La etapa transcurrió por los cánones establecidos: fuga numerosa que se disputaría la etapa en la que se habían filtrado varios Astana que servirían como puente en caso de necesidad.

Zarrafancho de combate en Morcuera

Llegaba el momento culminante, el segundo paso por Morcuera y penúltimo puerto de la Vuelta a España. Mikel Landa aumentaba el ritmo frenéticamente reduciendo el pelotón a solo unas pocas unidades y en fila de uno. Fabio Aru se mantenía a su rueda y Dumoulin un poco mas rezagado.

A falta de poco menos de dos kilómetros para coronar, Aru lanza su ataque. Al sardo solo le responden Nairo Quintana y Rafal Majka. Por detrás, Dumoulin intenta recortar en vano el hueco creado. Pasan los metros y la distancia aumenta hasta los 20 segundos. El holandés se le nota fatigado y es sobrepasado por su compañeros de grupo (Purito, Landa, Chaves) que enlazan con los tres de delante. El holandés esta solo mientras Aru tiene a Landa y a Luis León Sanchez proveniente de la escapada para trabajar a destajo. La estrategia del equipo kazajo funcionaba a las mil maravillas.

La diferencia sigue aumentando en el terreno de enlace con el Puerto de Cotos y Dumoulin se desploma psicológicamente. Finalmente, Fabio Aru se adjudicó la Vuelta a España gracias a su tozudez, coraje y un gran equipo a su servicio. Mientras Tom Dumoulin demostró que tiene una grande en sus piernas pero no era la Vuelta de 2015.