“Cuando un juego tiene millones de seguidores en el mundo, deja de ser un mero juego”. Así define el fútbol Simon Kuper en Football Against Enemy. Y no le falta razón. El deporte rey y la política siempre han ido de la mano a lo largo de la historia. Unas veces más y otras menos, pero siempre se ha aprovechado la vía del balompié para hacer propaganda del sistema implantado. Sobre todo, en los estados totalitarios se hacía un uso abusivo del deporte y era mucho más fácil que vencieran los equipos afines a los dirigentes del único partido gobernante.

La República Democrática Alemana no fue un caso aparte. Erich Mielke, jefe de la Stasi (el órgano de inteligencia de la RDA), y apasionado al balompié desde su infancia, tenía una obsesión incrustada en su cabeza: el mejor equipo de fútbol de la ciudad debería estar en la capital, en Berlín. Para ello creó el Dinamo de Berlin y realizó todo tipo de operaciones, abusando del gran poder que ostentaba. El cénit llega con las diez ligas consecutivas (78/79-88/89). Antes descompuso el mejor equipo del país, el Dinamo de Dresde, sobornó a árbitros, presionó para que los mejores jugadores de la Alemania oriental jugaran en su equipo, etc. Pero todo empezó mucho antes.

Del traslado de Dresde a Berlín a las diez ligas consecutivas

Los comienzos del Dynamo se remontan hasta 1949, cuando la Volkspolizei (policía alemana que se encargaba de, entre otras cosas, la vigilancia del Muro de Berlín) decidió crear un equipo propio de fútbol, al que denominó Sportgemeinde Deutsche Volkspolizei. Posteriormente, este conjunto se unifica en 1953 con el SC Volkspolizei Postdam y pasa a ocupar su plaza en la DDR-Liga (Segunda División Alemana).

El 27 de marzo de ese mismo año, pasa a formar parte del Sportvereinigung Dynamo (SV Dynamo), una estructura deportiva organizada por la Stasi que llegó a contar con alrededor de 300.000 atletas afiliados. Allí empieza su relación con el órgano de inteligencia alemán y su peligroso y vengativo jefe, Erich Mielke. En el siguiente curso (53/54), el equipo queda 14º y pierde la categoría, descendiendo a la Berziksliga Berlín. En esta situación de los capitalinos entra en escena el equipo más poderoso del momento en la RDA, el SG Dynamo de Dresde, y el afán de Mielke por tener a una potencia futbolística en Berlín, como el Bayern de Munich.

El conjunto de Dresde ya había sufrido dos desapariciones anteriormente. El SC Dresden fue campeón en 1943 y 1944, durante la Segunda Guerra Mundial. Pero un proceso de desnazificación tras la hecatombe que vivió Alemania conllevó su ulterior desaparición. Todas las entidades deportivas vigentes fueron eliminadas una vez que las fuerzas aliadas tomaron el país germano. En 1946 se refundó bajo el nombre de SG Friedrichstadt, pero las autoridades soviéticas consideraron que era un equipo burgués. Después de quedar segundo en la DDR-Oberliga del curso 49/50, se extinguió de nuevo. Hasta que enseguida se formó el SG Deutsche Volkspolizei Dresden, ganando una Copa en 1952 y demostrando ser uno de los mejores equipos de la Alemania oriental. Hasta que formó parte de la SV Dynamo y pasó a denominarse, definitivamente, SG Dynamo Dresden.

Tras la entrada del Dynamo Dresden en la SV Dynamo, iba a sufrir de nuevo las injerencias de las más altas autoridades políticas del momento. Erich Mielke ordenó el traslado de los mejores jugadores (como los internacionales Johannes Matzen, Herbert Schoen y Günter Schröter), incluido el entrenador Helmut Petzold, al Dynamo de Berlín. Este proceso descompuso totalmente al conjunto de Dresde y tuvo que subir a los juveniles del filial para afrontar la temporada. Evidentemente, descendió, incluso bajó a tercera división. Hasta 1962 no volverían a la máxima categoría.

Erich Mielke ordenó el traslado de los mejores jugadores, incluido el entrenador Helmut Petzold, al Dynamo de Berlín.

Por su parte, el Dynamo de Berlin vivió una buena etapa entre los finales de los 50 y principios de los 60, incluso gana la FDGB-Pokal (Copa de la RDA). Sin embargo, en 1963 volvió a descender. En 1966 hubo una reorganización en el fútbol alemán oriental y pasó a denominarse Berliner Fussball Club Dynamo (BFC Dynamo) y rápidamente, a la temporada siguiente, ascendió de nuevo.

Pero Mielke no contaba con la resurrección del Dynamo de Dresde. A pesar de haber quedado totalmente descompuesto y sin patrimonio alguno, resurgió de la nada y dominó la década de los 70, ganando hasta cinco entorchados ligueros (temporadas 70/71, 72/73, 75/76, 76/77 y 77/78). Esto provocó el brutal enfado del jefe de la Stasi, que decidió realizar cualquier tipo de chancullo, sin escrúpulo alguno, con tal de que su equipo quedara de una vez por todas campeón.

Mielke se las ingenió para sobornar árbitros, comprar partidos, que los mejores jugadores fueran a parar al Dinamo berlinés, etc. Incluso los jugadores de aquel Dinamo de Berlín, en Tor!, libro escrito por Uli Hesse-Lichtenberger, cuentan que aún siguen sorprendiéndose de los regalos con los que contaban a su favor, como expulsiones de los mejores jugadores rivales, lesiones sorprendentes de éstos….

Uno de ellos fue un partido contra el Lokomotiv Leipzig. El conjunto local parecía que se iba a llevar la victoria, pero en los estertores del encuentro, el colegiado Bernd Stumpf pitó un penalti más que polémico a favor del Dinamo de Berlín para que empatara el envite. A posteriori, con la caída del Muro, se desclasificó un archivo secreto en el que se demostraba su colaboración bajo el pseudónimo de Peter Richter. Y muchos archivos más que demuestran las ayudas que recibieron el equipo dirigido por Jürgen Bogs. De esta forma los capitalinos se llevaron a sus vitrinas diez títulos ligueros consecutivos (78/79 – 87/88), además de dos Copas en las temporadas 87/88 y 88/89.

A pesar de su éxito nacional, en Europa apenas realizó un buen papel. El mayor logro en competiciones europeas fue alcanzar las semifinales de la Recopa en la temporada 71/72, donde cayeron eliminados en la tanda de penaltis ante el Dinamo de Moscú, curiosamente el equipo de la KGB.

Red de espías, intoxicación del Dresde y asesinato de Lutz Eigendorf

Aunque Erich Mielke siempre había soñado con presidir un club de fútbol que fuera campeón de todos los campeonatos posibles, utilizó el deporte rey como propaganda política y tejió una gran red de espías para controlar a los tránsfugas que se veían seducidos por el estilo de vida occidental. Incluso hizo todo lo posible por boicotear a su máximo rival, el Dinamo de Dresde, que siempre viajaba con un gran número de espías del régimen infiltrados.

El 7 de marzo de 1983, Lutz Eigendorf apareció muerto tras, supuestamente, haberse estrellado con su coche debido a su alto estado de ebriedad.

Por ejemplo, tres jugadores del equipo de Dresde, Matthias Müller, Petter Kotte y Gerd Weber fueron detenidos el 23 de enero de 1981 en al aeropuerto de Berlín-Schönefeld, antes de un viaje a Argentina para participar en un amistoso. Las causas de la detención eran que éstos tenían ofertas del Colonia (República Federal Alemana) y fueron declarados republikflutchlinger (enemigos de la República) con el desprestigio que ello conllevaba.

Otro caso fue el de la supuesta intoxicación que sufrió el Dinamo de Dresde en una eliminatoria europea. Era la temporada 85/86 y se debían enfrentar en cuartos de la Recopa contra el Bayern Uerdingen, equipo de la Alemania vecina y netamente inferior. En Dresde ganó 2-0 y en la vuelta todo pintaba bien, con 1-3 en el marcador a falta de media hora y la eliminatoria prácticamente resuelta. Sin embargo, en un pequeño inciso provocado por circunstancias del juego, lo aprovecharon los jugadores del Dresde para acercarse a beber agua. De repente, empezaron a encontrarse mal y el Bayern Uerdingen remonta un partido que acaba 7-3, pasando a semifinales. Los jugadores siguieron sufriendo vómitos y mareos y comenzaron a desatarse todo tipo de especulaciones acerca de las posibles sustancias que podrían haber ingerido involutariamente.

Pero el peor de los ejemplos fue el asesinato de Lutz Eigendorf. Lo que más temía Mielke era la fuga de jugadores a Alemania Occidental, lo consideraba una gran derrota moral. Por ello trató de impedirlo de cualquier manera.

En 1979, Eigendorf era jugador del Dinamo de Berlín. En un partido amistoso que jugaba su equipo en Kaiserslautern ante el equipo local, logró evitar la vigilancia del hotel y escaparse. Se había convertido en un prófugo. Eigendorf estuvo primero probando con el Eintracht Braunschweig hasta fichar ulteriormente por el Kaiserslautern, donde pudo desarrollar durante algún tiempo su carrera futbolística. Hasta que el 7 de marzo de 1983 apareció muerto tras, supuestamente, haberse estrellado con su coche debido a su alto estado de ebriedad. Cuando el Telón de Acero fue derribado y se produjo la posterior desclasificación de archivos secretos, se comprobó la sospecha: Mielke y sus secuaces prepararon la venganza escrupulosamente para que todo pareciera un simple accidente.

Reunificación y condena al ostracismo

Tras la reunificación alemana, la Stasi desapareció y el club pasó a llamarse FC Berlín, pero en 1999 retomó la denominación de BFC Dynamo. Incluso intentó contratar una empresa de relaciones públicas para realizar un lavado de imagen, pero no funcionó. Ya había un equipo del pueblo, como lo era el Union Berlín (aparte del primer equipo de la ciudad, el Hertha), y apenas contaba con apoyo social suficiente.

Hoy en día, el Dinamo de Berlín se encuentra en la NOFV Oberliga, la quinta división alemana. Lo sorprendente es que, todavía, no haya desaparecido. Este sólo es un ejemplo más de lo corrompido y manipulado que suele estar el fútbol en los regímenes totalitarios. Incluso se utilizó para instaurar una red de espías y planear venganzas de prófugos, como la del infausto Lutz Eigendorf.

Fotos 1 y 2: www.wikipedia.org

Foto 3: www.lamedialunadelareawordpress.com