Nacido en Orzinouvi en 1957, una ciudad de la provincia de Brescia en el norte del país transalpino con poco más de 10.000 habitantes, Cesare Prandelli se ha convertido uno de las personas más conocidas en el fútbol italiano. Tanto en su carrera como jugador, como sobre todo en sus grandes cualidades a la hora de dirigir a un equipo desde el banquillo.

Como futbolista llegó a jugar en la Juventus

Se crió como futbolista en la cantera del Cremonense, de la ciudad de Cremona a 35 kilómetros de su ciudad natal, en un equipo con más nombre a nivel nacional que los pequeños equipos de alrededor de su lugar de nacimiento. En este mismo equipo fue su debut como jugador profesional, donde mostró un rendimiento extraordinario y dio un salto a un equipo de mayor calidad como la Atalanta.

El equipo de Bérgamo no fue suficiente para un Prandelli que mostraba grandes cualidad de mediocentro  y terminó recalando en el equipo más laureado en títulos nacionales del  fútbol italiano, la Juventus. Aquí Cesare ganó tres Scudettos, una Coppa, una Champions, una Recopa y una trofeo de la UEFA; aunque su presencia se vio relegada al banquillo por la presencia de grandes jugadores en el once titular bianconero.

Finalmente volvió a acabar en el Atalanta de jugador para anunciar su retirada, aquí compaginó su función de jugador con la de técnico en categorías inferiores hasta 1997. Entre medio cogió el primer equipo en una situación delicada en zona de descenso, pero su labor no fue suficiente para salvar un equipo que acabó en la Serie B.

Sus buenas labores en los banquillos no pasaron desapercibidas

Sus buenas labores en la cantera del equipo ‘neazzurro’ le dieron la oportunidad de coger las riendas  de un equipo conocido en el fútbol transalpino como el Lecce. Nuevamente su temporada aquí fue un fracaso para él. Pero cuando un último resquicio de esperanza se le abría al actual seleccionador italiano, entrenar al Hellas Verona. En el equipo veronés realizó una campaña de gran nivel y consiguió el ascenso a la Serie A italiana.

Sorprendentemente no le bastó esta gran temporada para quedarse en Verona y tuvo que emigrar a Venecia, donde repitió ascenso. Aquí dio un salto de equipo hacía un Parma, que venía de la resaca de sus años dorados pero que en un periodo de venta de estrellas lo metió en zona europea.

La enfermedad y posterior fallecimiento de su mujer marcó su carrera

Tras acumular todos estos éxitos consecutivos Prandelli recibió la llamada de la Roma, que aceptó pero tuvo que dimitir solo un mes después. El motivo fue el empeoramiento del tumor de su mujer, Manuela Caffi. Cesare conoció a Manuela en su pueblo cuando el solo tenía 15 años, por lo que cuenta el entrenador su amor era un verdadero amor de dos personas que se querían apasionadamente y que según él: “Solo discutieron una vez en treinta años y fue por una raqueta de tenis”.

En 2003 a Manuela le detectaron un cáncer de mama, en principio no parecía que la enfermedad fuera a ser tan aparatosa, pero lamentablemente se le aumentó llegando a varias zonas de su cuerpo entre ellas su hígado, cosa que resultó ser mortal. Manuela Caffi falleció un 26 de noviembre de 2007, dejando un gran vacío entre los suyos entre ellos su querido amado Cesare Prandelli.

En esta campaña Prandelli estaba otra vez activo en los banquillos, esta vez en la Fiorentina. Aquí realizó una gran labor quedando en cuarta plaza, con un fútbol vistoso, y llegando a las semifinales de la Copa de la UEFA. Cesaré continuó en la ‘Fiore’ hasta 2010 donde realizó grandes campañas tanto en Serie A como en competición europea, solo su última temporada donde no pasó de la undécima plaza de la clasificación le hizo salir del equipo ‘viola’

Se convirtió en seleccionador italiano y dio un cambio generacional al equipo

Tras los malos resultados cosechados por Italia en la Eurocopa 2008 y sobre todo en el Mundial 2010, Cesaré Prandelli fue el hombre elegido por la Federación Italiana de Fútbol para ser elegido como seleccionador nacional. El reto era complicado pues la ‘azzurra’ se enfrentaba  a una época de regeneración, después de que las estrellas campeonas del Mundial 2006 estuvieran ya de capa caída y tuviera que apostar por los jóvenes.

Para confeccionar esta nueva selección no le dio miedo a Prandelli, incluso incluyendo en alguna convocatoria al joven Verratti entonces en la Serie B y sin debutar en la máxima categoría del fútbol italiano. A este cambio también se le unió un cambio en la mentalidad de juego, históricamente Italia ha sido una selección que ha priorizado la defensa pero con Cesare el equipo transalpino se acercó más a un fútbol de toque y bonito, más parecido a lo que proponen selecciones como España o Alemania.

El resultado fue todo un éxito e Italia rompió todas las quinielas metiéndose inesperadamente en la final de la Eurocopa 2012, donde eliminó por el camino a potentes selecciones como Croacia, Inglaterra o Alemania. En la final Prandelli tuvo que cambiar su planteamiento de fútbol bonito al enfrentarse a la potente España, el resultado de esta modificación no fue positiva y el equipo ‘azzurro’ fue goleado por 4-0, aunque dejó una gran sensación en ese campeonato para sus seguidores.

Ese subcampeonato le ha dado a Italia la posibilidad de jugar la Copa Confederaciones, ya que España ya estaba clasificada tras ganar el Mundial. Ahora Cesare intentará llevar a sus hombres hasta el título, un título que más de lo que significa para él profesionalmente puede ser un perfecto homenaje para su querida esposa, Manuela Caffi.

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