La Associazione Sportiva Roma, una entidad pasional, siempre excesiva, con una tendencia a la autodestrucción sólo comparable con la del Atlético de Madrid, se las ha ingeniado para abrirse un nuevo foco de conflicto en el ámbito más insospechado. No se trata ahora del bajo nivel mostrado por el club en las últimas dos temporadas, desde que llegó la dirigencia americana, ni de la posible salida de algunos nombres prestigiosos de la plantilla, como De Rossi u Osvaldo, ni del bajo perfil de las incorporaciones, tanto en el banquillo como sobre el césped. Ni siquiera es el malestar entre buena parte de la hinchada por el reciente cambio de escudo.

O quizás sí que sean todos esos factores, al acumularse, los que hayan desatado una crisis muy extraña para un equipo de fútbol. Y es que el último conflicto a orillas del Tíber es de naturaleza musical. Su protagonista es el cantautor Antonello Venditti, uno de los más reconocidos del panorama italiano; su discografía, entre álbumes de estudio, grabaciones en directo, CD y vinilos, supera holgadamente la veintena de títulos, con notable éxito de público. Venditti, además, nunca ha reconocido su pasión por el fútbol, y concretamente por uno de los equipos de su ciudad natal: la Roma. Tanto es así que, expresamente para el club, ha compuesto dos temas. Uno de ellos, "Roma (non si discute, si ama)", escrito en dialecto romanesco, ha alcanzado incluso el estátus de himno oficial del club, al transmitirse por la megafonía del estadio Olímpico cada vez que la Loba juega como local desde el año 1974. La otra canción, "Grazie Roma", se reserva para el final del encuentro los días de victoria.

El himno, conocido habitualmente no por su nombre original sino simplemente como "Roma Roma Roma" debido a su primer verso, expresa conceptos como "corazón de esta ciudad", "coro de 100.000 voces" o "nacida grande, que grande debe permanecer". Sin embargo, en opinión de Venditti, a día de hoy la institución ya no respeta estos valores. Por eso, en una entrevista el pasado martes para la emisora local Radio Centro Suono Sport, el músico ha dicho que "sinceramente" le gustaría que el club dejara de usar su obra, porque "ya no lo encuentro identificativo del equipo que conocí". Poco después, a través de su cuenta en Facebook, aclaró que tal declaración no se trataba de un ataque contra "nuestra amada Roma", sino una llamada "al presidente y a la directiva" para que "devolvieran a la Roma a nuestra historia, haciéndola más parecida, tanto en contenido como en resultados, a nuestra gran historia de afición futbolística". Especificó, además, que "los himnos están en el corazón y no pertenecen al autor, sino a cada uno de nosotros".

A parte de la hinchada no le sentaron bien las palabras de Venditti. De hecho, a lo largo de la semana han aparecido pancartas cerca de su domicilio en la que se acusan de haberse lucrado del club por medio de sus canciones (algo que el cantautor se ha apresurado a negar) e incluso le llaman "gusano". Por su parte, el club no ha emitido ningún tipo de comunicado en el que ponga de manifiesto sus intenciones con respecto al himno.

No es la primera vez que Venditti amenaza con retirar al club el permiso de uso de sus composiciones. Ya hubo un encontronazo bastante sonado en 2001, con motivo de la celebración del tercer y, hasta ahora, último scudetto que figura en el palmarés de la Roma. Para celebrar tal éxito, se organizó un concierto gigantesco en el Circo Máximo (una explanada en pleno centro de la capital del país) donde el plato fuerte fue, precisamente, la intervención de Venditti. Francesco Totti, ya entonces capitán de la plantilla, declaró posteriormente que los jugadores se habían sentido marginados y que el espectáculo le había parecido orientado al lucimiento personal del cantautor; éste replicó que no era el club, sino él mismo, quien organizó la fiesta, que actuó gratis, y que confiaba en que esa opinión fuera de Totti a título individual, y no de la Roma, porque en caso contrario no tendría problemas en "quedarse con sus dos himnos y que en el estadio pongan otra cosa". Finalmente los ánimos se calmaron y el himno se mantuvo sin mayor problema.