Otra victoria por 2-1 y nueva remontada. La Juve ganó sufriendo en el Bentegodi, dando la vuelta al marcador y administrando después un partido trabado, muy espeso en juego, nada bonito, pero muy importante por el resultado y por la enésima prueba del orgullo mostrado por el conjunto bianconero.

Al igual que el otro equipo de Verona, el Hellas, el equipo de Sannino también salió desde el principio encerrado en su área, dejando el juego en mano de la Juve y una vez más el juego de los visitantes fue neutralizado por completo.

Tener éxito no parecía sencillo y se necesitaba mucha dosis de paciencia. Desde la izquierda llegaba algún centro pero los remates de Quagliarella y Pogba no hacían diana.

El partido parecía el del pasado domingo, aunque la Juventus lo tuvo más complicado para rematar a portería.  La analogía era muy evidente cuando el Chievo al igual que el domingo el Verona se adelantaba en el marcador en la primera oportunidad : Sardo cruzó un balçon bajo hacia Théréau que desde la frontal y de primeras batía a Buffon que había iniciado la jugada con un despeje. El primer intento fue tan valiente como letal y se coló a la derecha de Buffon .

La reacción bianconera fue rabiosa. Lo intentó Pirlo, dando inicio a una carrera de dieciséis metros, pero su disparo fue desviado a córner. Quagliarella quería celebrar su partido 250 en la Serie A y remató bastante lejos con la izquierda contrarrestado por Puggioni y posteriormente inventó un giro nuevo a la portería pero fue rechazado por Bentivoglio, el balón salió rebotado para Llorente que con un remate débil de cabeza era parado por el portero del Verona. De nada servía el 75% de la posesión con la que los bianconeri cerraron la primera mitad.

Que la Juve debía sudar cada centímetro del campo tras la reanudación se entendía perfectamente: a los dos minutos, Pogba centraba al área y el cabezazo de Quagliarella era rechazado por Puggioni, que volvía a enviar el balón a los pies del delantero que lo volvía a intentar dos veces más: el primero era desviado por el guardameta al travesaño y el segundo por fin acabó con la pelota rebasando la línea de gol. Quagliarella, al tercer intento, a escasos centímetros, hacía el tanto del empate y rubricaba su esfuerzo.

Poco después llegó la jugada polémica del partido. Paloschi anotaba gol tras un despeje de Buffon, pero el gol era anulado por fuera de juego. Mientras los locales protestaban al colegiado, Quagliarella marcaba desde terreno juventino, pero el partido fue detenido por el árbitro De Marco que amonestaba a Sardo por las protestas. En la repetición se puede apreciar como el gol debió subir al marcador, ya que el delantero veronés estaba en posición correcta en el momento del remate.

A partir de la jugada polémica fue creado un partido más vivo y espectacular, también porque los equipos eran cada vez más largos. Marchisio lo intentó con un disparo desde la frontal pero se encontró a Puggioni que desvió a córner. El Chievo permitía más espacio, pero también tenía más campo para probar el contragolpe. Puggioni también rechazó bajo palos un disparo de Chiellini, mientras que en el otro lado Pirlo fue providencial al desviar un remate de Bentivoglio.

Los mejores movimientos de la Juve llegaban desde la derecha, donde Pogba menudo llegaba a línea de fondo para centrar. Como en el gol de Quagliarella, también desde la derecha y de los pies del francés llegó el tanto del triunfo. Un intento equivocado de Bernardini de despejar en línea de gol para anticiparse a Llorente acabó siendo la losa que condenó a los locales.

Lichtsteiner y Tevez dieron descanso a Isla y Quagliarella y ofrecieron más recorrido y fuerza al equipo de Conte. El 'Apache' salió como poseído y cualquier balón que pasaba por su zona lo defendía con los dientes. Su esfuerzo, así como el de Vidal, en el campo sólo a tres minutos del final y el de todos su compañeros de equipo fue valioso para repeler los ataques de un Chievo, agotado tras una hora y media de lucha, pero impulsado ​​por los nervios y por la adrenalina de su aficion. La Juve celebró vuelve a Turín con tres puntos de oro. No habrá sido el partido más espectacular del equipo de Conte, pero estos son los triunfos que pesan más en mayo.

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