La Academia futbolística del Sporting Club de Portugal es sinónimo de calidad y de ella se nutre en gran medida la 'Selecção das Quinas'. Dentro de esa extensa lista, tres jugadores se han perfilado como referentes de alguna de las cuatro líneas del equipo. Cristiano es indiscutible en el ataque, Rui Patrício solo encuentra rival en un Beto en estado de gracia y João Moutinho es el referente creativo de la medular.

Desde hace unos años, el '8' de Portugal está llamado a dirigir y ordenar el juego de sus compañeros. Una tarea que ya demostró ser capaz de realizar cuando comenzó a destacar en el Sporting y que le hizo un jugador importante a nivel de clubes cuando maduró en el Oporto.

En los clubes, Moutinho ha mostrado su mejor versión y la más regular, siendo un jugador que impone el ritmo que más conviene a su equipo y que se ofrece allá donde esté desarrollándose el juego. Un centrocampista omnipresente en ataque y que ayuda en defensa sin llegar a ser un prodigio en esa faceta.

Moutinho con Portugal en la repesca. Foto: Martin Rose | Getty Images

Sin embargo, esa cara de Moutinho desaparece casi siempre que se viste la camiseta de la 'Seleção'. En el de Portimão se refleja la misma apatía que muestran la selección portuguesa en su juego. No se ofrece, no participa ni es el eje sobre el que gira todo el sistema que Paulo Bento quiere imponer sobre el césped.

En Portugal se espera al Moutinho que apareció ante Suecia en al repesca y en sus botas se iniciaron las jugadas que acabaron siendo goles de Cristiano. Sobre todo en el partido de vuelta dinamizó el centro del campo, se movió por todo el frente de ataque y llegó en segunda línea en algunas ocasiones.

João Moutinho llega a esta cita mundialista de Brasil en el punto justo de madurez, con 27 años y comenzando su experiencia futbolística fuera de la frontera portuguesa. Al jugador del Mónaco se le exigirá que muestre su "cara A" y que sea la alternativa a Cristiano Ronaldo. El hombre capaz de resols con sus pases y de controlar los resultados apareciendo unos metros por detrás de sus tres compañeros más adelantados.