El 8 de abril de 1998 la astrónoma checa Lenka Kotková, prolífica descubridora de asteroides bautizó la roca galáctica nº 10634, descubierta en el Observatorio de Ondřejov, con el nombre de ‘Pepi’ Bican.

Nacido en un barrio obrero de Viena el 25 de septiembre de 1913, en la historia del fútbol orbita su leyenda. Su padre František 'Franci' Bican fue también un gran futbolista, pero falleció en 1921, en trágicas circunstancias en un terreno de juego, por los daños ocasionados en un riñón tras impactar con un adversario. Tenía tan solo 30 años y Ludmila, (la madre) tuvo que hacerse cargo de la familia. Una madre tan protectora que es célebre la anécdota que cuenta que en una ocasión llegó a saltar al terreno de juego para golpear con un paraguas a un adversario que había cometido una fuerte falta sobre Josef ‘Pepi’ Bican.

Siendo adolescente jugó en el conjunto juvenil del Hertha de Berlin, a la edad de 17 años le ofrecieron un contrato con el Rapid de Viena. Debutó firmando tres goles ante el Austria Viena, que perdió 3-5. Josef era un auténtico esprínter, hacía los cien metros en 10,8 segundos. Su velocidad estratosférica, su disparo y juego  con ambos pies le hicieron destacar por encima del resto. Con el Rapid se convirtió en uno de los grandes referentes del fútbol austriaco. En la temporada 33/34 firmó 29 goles y el Rapid obtuvo el segundo puesto.

Fue convocado por la selección austriaca que disputó el Mundial de Italia de 1934, según los historiadores una de las mejores selecciones de la historia y el mejor equipo anterior a la Segunda Guerra Mundial. El históricamente conocido como el “Wunderteam Austriaco”, surgido de la privilegiada cabeza pensante de Hugo Meisl que desplegó con grandiosidad los conceptos técnicos gracias en gran medida a Matthias Sindelar, también conocido como “Mozart”,  director de orquesta escoltado en defensa por Karl Sesta y Franz Wagner, en la media por Josef Bican y Karl Zischek y Johann Horvath y Rudolf Viertl en la punta de ataque.

En la estación sucesiva el Rapid logró el título de Liga de forma imbatida con seis puntos de ventaja sobre el Admira Wacker, pero Bican entró en conflicto con los dirigentes del conjunto vienés y pese al interés del Slavia de Praga por hacerse con sus servicios prefirió marcharse al gran rival del Rapid, el Admira, conjunto con el que logró dos títulos de Liga consecutivos.

En la primavera de 1937 recibió una oferta irrechazable del Slavia de Praga y Bican dejó su país para radicarse en la tierra de sus antepasados. Tras la anexión de Austria a la Alemania nazi, Josef se negó a jugar con la selección alemana y pidió la nacionalidad checoslovaca, sin embargo, las autoridades checoslovacas cometieron un error de transcripción y por esta razón no pudo jugar el Mundial de Francia de 1938. Debutó con su nueva nacionalidad en agosto del citado año, firmando un hat trick ante Suecia. Tras ese primer partido y coincidiendo con la anexión de Checoslovaquia a Alemania no volvió a jugar con la citada casaca hasta después de la guerra, en 1949, acumulando catorce internacionalidades y doce goles. Bican se convirtió en uno de los pocos futbolistas que llegaron a jugar hasta con tres nacionalidades, puesto que llegó a jugar en una ocasión por el protectorado checo de Bohemia Moravia ante Alemania. El partido entre Bohemia Moravia y Alemania acabó con empate a cuatro y los tres goles anotados por ‘Pepi’ evitaron la victoria nazi. Bican se educó con una base cultural doble, creía en el respeto y la solidaridad de los pueblos, por ello jamás comprendió y mucho menos compartió, la ideología nazi.

Durante la gran guerra Bican fue el mejor goleador europeo, encadenando durante cinco temporadas unos registros formidables (200 goles) en el campeonato de Bohemia Moravia. Dejando una imponente marcar personal de 57 goles en veintiséis partidos en la temporada 53/54 (tenía 40 años). Josef jamás se dejó utilizar por el poder, cuando a la finalización de la guerra la Juve estuvo vivamente interesada en hacerse con sus servicios, rechazó la citada posibilidad ante el temor de que Italia cayera bajo un régimen comunista.

En 1949 fue traspasado al Vitkovice Zelezarny, conjunto con el que siguió copando todos los registros goleadores. Tras dos años pasó al Hradec Kralove en 1951, pero se marchó en 1953 tras unas diferencias con el Partido comunista checo, que llegó a calificarle como ídolo burgués. El jugador austro-checo luchó por la profesionalización del fútbol, defendió la idea de que todos los jugadores de fútbol del mundo debían ser remunerados justamente, ya que en su trabajo, como en el teatro, los jugadores tenían el oficio de entretener a la gente. En Slavia obtuvo ingresos de 5 mil coronas, cuando otros jugadores tenían contratos de 1.500 coronas. De ahí el calificativo de ídolo burgués, que en cambio tenía mucho más que ver con su lucha por conseguir mejores condiciones laborales para los futbolistas. Lo de burgués no iba nada con su personalidad, pues durante toda su vida acudió a entrenar en tranvía o autobús y vivió en un modesto apartamento.

Bican regresó al Slavia, que por aquel entonces había sido rebautizado con el nombre de Dynamo de Praga, donde jugó hasta finales de 1955, para colgar las botas a la edad de 42 años. A su retirada trabajó como obrero, conductor de autobuses e incluso llegó a alimentar a las fieras del zoo de Praga.

Maestro y referente de Kubala

Podría hacerse un juicio de valor errado respecto a que Bican firmó sus enormes registros goleadores por el nivel menor de las ligas en las que compitió el delantero vienés, pero son muchos los testimonios que apoyan la versión de que ‘Pepi’ fue el mejor futbolista que jugó en la historia de liga checa. Sin ir más lejos, la valiosa palabra de Ladislao Kubala debe servirnos para dar fe de ello, puesto que el grandioso futbolista del Barcelona siempre le consideró su gran maestro. Y eso son palabras mayores, teniendo en cuenta quién fue Kubala, si Alfredo Di Stéfano siempre defendió que su maestro fue “El Charro” Moreno, Laszy Kubala nunca dejó de defender que no admiró tanto a nadie como a Bican.

 Kubala compartió vestuario con Bican en Praga, cuando el delantero vienés tenía 32 años y Kubala le llamaba cariñosamente ‘tío’. “Hoy –le decía- vamos a marcar cuatro goles. Tú dos y yo los otros dos restantes” Y en efecto aquel día Kubala hacía dos goles y Bican dos más. Evidentemente la tartamudez de Bican contrastaba con la locuacidad que demostraba en un terreno de juego, donde se expresaba como los ángeles y era absolutamente letal. Son muchos los que hoy desconocen que ‘Pepi’ es el segundo jugador europeo más realizador de la historia con 518 tantos en 341 partidos con el mejor promedio de minutos-gol. Destacando también las doce ocasiones en las que se coronó como máximo goleador en primera División.

La leyenda respecto a Bican viaja de galaxia en galaxia, al punto de que se llegó a especular con la posibilidad de que Josef firmara 5.000 goles durante su carrera. De galaxia en galaxia y de asteroide en asteroide, pues como citamos al inicio del texto, ‘Pepi’ Bican es el primer galáctico de la historia, junto a Cruyff y Puskas, es uno de los tres jugadores cuyo nombre orbitan en el universo.  Porque Bican que llegó a ser un goleador olvidado es hoy un astro que jamás se olvidará, un delantero rapidísimo con detalles de pureza, un delantero de instantes que con un movimiento inesperado era capaz de cambiar el curso de los acontecimientos. Porque Josef Bican será siempre un disparo con órbita y marchamo de gol… el asteroide nº 10634 en trayectoria de impacto hacia las mallas de la historia.

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Sobre el autor
Mariano Jesús Camacho
Diez años escribiendo para medios digitales. Documentalista de la desaparecida web Fútbol Factory. Colaboré en la web deportiva italiana Sportvintage. Autor en El Enganche durante casi cuatro años y en el Blog Cartas Esféricas Vavel. Actualmente me puedes leer en el Blog Mariano Jesús Camacho, VAVEL y Olympo Deportivo. Escritor y autor de la novela gráfica ZORN. Escritor y autor del libro Sonetos del Fútbol, el libro Sonetos de Pasión y el libro Paseando por Gades. Simplemente un trovador, un contador de historias y recuerdos que permanecen vivos en el paradójico olvido de la memoria.