Corría la temporada 2010/2011 y Van Der Sar confirmaba que colgaría las botas al final de la campaña, pese a los intentos de Sir Alex Ferguson porque su veterano portero se quedase otro año más. El holandés dijo que no, que era hora de dejarle paso a la nueva generación de porteros. El 'viejo lobo' escocés se encontraba ante un gran problema. El año anterior no renovó a Ben Foster, el hombre entrenado para sustituir al exguardameta de la Juventus.

El Manchester United estaba sin un portero de nivel, el cancerbero que desquiciase a los delanteros rivales. Se barajaban dos opciones, una era el guardameta español David De Gea, la otra opción, ya ojeado años atrás como portero de gran futuro y proyección, era la de Joe Hart.

El guardameta inglés ya militaba en el Manchester City, pero siempre saliendo cedido a otros clubes en busca de minutos, Tranmere Rovers, Blackpool y Birmigham. En estos equipos, el internacional con la selección absoluta británica demostró tener grandes cualidades como guardameta, futuro y, sobre todo, el apoyo de la prensa. Los medios han criticado demasiado a los porteros ingleses por sus malas actuaciones en las grandes citas, sin embargo este joven rubio de 193 centímetros albergaba la esperanza, tenía la confianza de los mejores guardametas, la seguridad y reflejos necesarios para triunfar en el mundo del fútbol. Joe Hart era el portero que Inglaterra estaba esperando.

El Manchester United es un club capaz de financiar cualquier tipo de fichaje, más si se trata de un guardameta joven. Ferguson era un cazatalentos, capaz de descubrir un gran potencial donde otros solo ven un jugador de clase media. Sin embargo con los porteros el escocés siempre ha sido distinto, la portería de Old Trafford es , quizás, la más pesada de Inglaterra. La sombra de Peter Schmeichel es muy alargada, capaz de poder con guardametas de la talla de Fabien Barthez o Tim Howard entre muchos otros. Si a esta le sumas la de Edwin Van Der Sar, el papel que le iba a tocar al nuevo guardameta conllevaba una presión estratosférica.

¿Quién debía ser elegido, el joven inglés amado por la prensa, o el elástico español que causaba una auténtica revolución en el Atlético de Madrid?

El técnico escocés fue quien respondió la pregunta y se ganó la crítica de la prensa, apostó por David De Gea. El español llegó a Manchester por dieciocho millones de libra, y al poco tiempo ya se estaba ganando la crítica de la prensa, no por sus resultados en el campo de juego, sino por el incidente que el madrileño tuvo con un donut. El primer año fue duro, le costó adaptarse al ritmo de la Premier League y Ferguson no dudaba en poner a Lindegaard de titular cuando De Gea actuaba mal.

Han Pasado tres años desde que De Gea recalara en Inglaterra, las comparaciones, pese a no ser del agrado de muchas personas, son constantes. A ambos porteros se les mira con lupa, cada error es castigado por el exigente público. Son porteros de cualidades muy diferentes. Hart es un portero más clásico, poderoso en el juego aéreo y un guardameta muy seguro que bloca muy bien los disparos rivales, su pega es que hay partidos en los cuales no está muy acertado, es capaz de lo mejor y de lo peor. De Gea es su contrapunto, el español no va bien por arriba y eso es algo que le castiga mucho, sin embargo, los reflejos y elasticidad son su sello de indentidad, cada día va a más, sus compañeros están tranquilos cuando el que defiende la portería es él. Ambos tienen una crítica sobre su concentración en los partidos fija casi jornada tras jornada, cuando no actúan bien las razones que muchos medios dan son "hoy no estaba concentrado" y "hoy perdió la concentración". 

En realidad no es así, es cierto que Hart a veces comete errores por estar despistado, pero no habitualmente. De Gea, por su parte, pese a parecer estar ajeno al partido cuando las cámaras le enfocan, su concentración es total, algo que destacaba Ferguson siempre, su fuerza para mantener los cinco sentidos conectados en todo momento, aunque no lo aparente.

Mientras David De Gea y Joe Hart sigan jugando en la Premier y además compartiendo ciudad, las comparaciones entre estos dos grandes guardametas serán continuas, porque estos dos hombres guardan una conexión desde antes de conocerse, se podría decir, que el destino ha sido quien ha querido que todo acabase de esta manera para que la ciudad de Manchester pueda disfrutar de dos de los mejores porteros del mundo.