La salida de Brendan Rodgers del Liverpool el pasado octubre llegó tras el fracaso de un proyecto que nunca terminó de ser creíble. En tres años sólo logró clasificarse una vez para la Champions League, no supo rearmar la plantilla tras la marcha de Luis Suárez y su estilo de juego y decisiones dejaron muchas dudas. La mejor noticia para los aficionados del Liverpool era que el sustituto de Rodgers sería Jürgen Klopp. El entrenador alemán, deseado por muchos clubes, llegaba a Anfield con la misión de reconducir al equipo, de instaurar un estilo de juego atractivo y con vistas de construir un proyecto largo plazo. El gran inicio de Klopp (siete victorias y una derrota en sus 11 primeros encuentros), se ha visto truncado por una mala racha (cuatro victorias en sus últimos 12 encuentros, incluyendo los triunfos en la FA Cup (vs Exeter) y en la League Cup (vs Stoke)).

Un problema con las lesiones

Una de las principales dificultades a las que se ha tenido que enfrentar Jürgen Klopp ha sido la plaga de lesiones que ha afectado al equipo en los últimos meses. Hasta 11 lesiones ha sufrido el equipo desde la llegada del técnico alemán. Con Joe Gómez y Danny Ings lesionados de larga duración, jugadores importantes como Sturridge, Henderson, Skrtel, Lovren, Origi o Coutinho han pasado por la enfermería.

Actualmente se espera que Sturridge y Lovren vuelvan pronto, mientras que Coutinho, Origi y Skrtel lo harán a lo largo del mes de febrero. Sin duda una de las bajas más importantes para el conjunto de Klopp ha sido la de Coutinho. El brasileño fue el jugador más determinante del equipo en los primeros partidos del técnico alemán y su baja se ha notado mucho en la parcela ofensiva del equipo.

Sin un sistema fijo

La cantidad de lesiones ha impedido que Klopp pueda definir un once fijo, aunque bien es cierto que hay posiciones que parecen tener dueño a día de hoy, como son la portería (con el renovado Mignolet), los laterales y jugadores como Lallana o Emre Can. Los continuos cambios que ha tenido que ir realizando Klopp sobre el once han influido también en el sistema con el que ha jugado el equipo.

Lo cierto es que el sistema con el que inició Klopp su andadura en el Liverpool y el más usado en estos tres meses ha sido el 4-3-3, que bien podría ser llamado 4-3-2-1 por la posición centrada que ocupan los extremos en muchos tramos del partido. Esto sucedía especialmente cuando eran Lallana y Coutinho quienes ocupaban esa posición, mientras que cuando han jugado Milner o Ibe se han pegado más a la banda, en parte por las características particulares de cada uno de ellos.

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El otro esquema al que ha recurrido Klopp a menudo ha sido el 4-2-3-1. El uso de este esquema ha dependido mucho de las bajas con las que contaba el equipo. El sistema, sin embargo, no se diferencia mucho del 4-3-3, ya que a la hora de atacar se suman los mismos jugadores en campo contrario, pero mientras que en el 4-3-3 hay un pivote con una función fija y los interiores tienen libertad para sumarse al ataque, en el 4-2-3-1 ese rol posicional se lo turnan los dos pivotes mientras el otro busca zonas más adelantadas. Esto último ha funcionado bien cuando han sido Emre Can y Henderson los que han ocupado el doble pivote.

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Si hay una consigna fija es que Klopp quiere movilidad en sus jugadores. Desde los laterales a los interiores y, especialmente, a los tres hombres de arriba. Esta movilidad solo ha variado cuando Benteke ha partido de inicio. También pudimos ver un 4-4-2 sin un nueve fijo (Lallana - Firmino arriba) donde los dos delanteros actuaban con total libertad, o un 4-3-1-2 que dio un gran resultado en League Cup frente al Southamptom.

La importancia de los laterales

Uno de los puestos que más importancia ha ganado en el equipo con la actual forma de jugar es el de los laterales. Otra de las premisas del estilo de Klopp es juntar a mucha gente por delante del balón. Esto incluye, también a los laterales. Con Alberto Moreno y Clyne fijos en la izquierda y la derecha respectivamente, el rol que desarrollan es prácticamente el de carrileros.

Alberto Moreno se ha vuelto un fijo tras la llegada de Klopp. Foto: Liverpool FC
Alberto Moreno se ha vuelto un fijo tras la llegada de Klopp. Foto: Liverpool FC

Desde que el equipo sale desde atrás ambos laterales se mantienen totalmente abiertos. Y van ganando altura. Ambos pasan casi todo el tiempo en campo contrario cuando el equipo tiene el balón, y que suba uno no implica que el otro se mantenga cercano a los centrales. Con los jugadores de ataque moviéndose entre líneas por dentro y sin dar demasiada profundidad (al más cuando ha jugado Origi), son los laterales los que deben llegar por fuera hasta línea de fondo. No es extraño ver a ambos laterales cercanos al área, e incluso a uno centrando y al otro terminando la jugada.

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El rol de Emre Can

Si hay un futbolista que ha crecido mucho desde la llegada de Klopp, ese ha sido su compatriota Emre Can. Olvidando ya la cantidad de posiciones en las que ha sido probado, incluido la de central en la defensa de tres centrales propuesta por Rodgers, Emre Can se consolida cada vez más como un centrocampista mixto, adaptado totalmente al rol de interior.

Emre Can se está consolidando como un buen centrocampisto mixto. Foto: Liverpool FC

El Liverpool de Klopp, lejos de lo que muchos han planteado, no es un equipo basado únicamente en lanzar ataques rápidos o buscar el robo. La cantidad de pases que realiza el equipo por partido ha aumentado desde su llegada. El Liverpool no tiene prisa por atacar, y si debe mantener el balón en campo propio tocando entre centrales lo hace sin dudarlo. Eso sí, una vez se superan líneas se aprovecha la capacidad de jugadores como Emre Can, Coutinho o Alberto Moreno para acelerar la jugada. Estos tres jugadores, que actúan por el carril izquierdo, se juntan y se abren huecos mutuamente.

Esos huecos son especialmente interesantes para los interiores. Los dos jugadores que ocupan ese puesto, especialmente cuando han sido Emre Can y Milner, abren sus posiciones en una diagonal desde el centro hacia la banda, ofreciéndoles todo el espacio interior a los jugadores de arriba (Coutinho y Lallana).

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Emre Can no es un organizador y tampoco un lanzador, algo de lo que el Liverpool carece, pero su rol de centrocampista mixto está dando sus frutos. El alemán se deja ver constantemente en las inmediaciones del área rival y ahí el equipo puede aprovechar sus dotes técnicas, su creatividad y su llegada.

Implantando el Gegenpressing

Sin duda una de las características del estilo de juego con el que Klopp deslumbró en el Borussia Dortmund es el famoso Gegenpressing. Esta ‘contrapresión’ implica un gran desgaste físico, realizado para recuperar la pelota tras producirse la pérdida. Pese a que Klopp se encuentra actualmente implantando esta llamativa forma de presionar en el Liverpool, lo cierto es que a día de hoy todavía no se domina ese estilo, al menos de forma continuada durante un encuentro.

Por un lado el número de sprints que realiza el equipo ha aumentado considerablemente. Algunos indicios de el trabajo de esta presión se observan porque el Liverpool presiona en grupos de jugadores, que tratan de ahogar al poseedor del balón de forma rápida y coordinada. Esto implica una gran cantidad de ayudas defensivas. En ese sentido destaca la labor de Lucas Leiva. El pivote brasileño se vuelca en las ayudas defensivas, pero el tener que salir para presionar en grupo le hace perder su puesto con demasiada facilidad, lo que deja un espacio peligroso a su espalda.

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Cuando la pérdida se produce más adelante o se intenta robar en zonas más adelantadas el Liverpool se estira, los interiores se vuelan en la recuperación y el pivote trata de acompañar, pero en muchas ocasiones la defensa queda descolgada, dejando un gran espacio entre líneas que puede aprovechar el rival y que obliga a los jugadores del centro del campo a realizar un repliegue muy intenso.

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Un equipo expuesto

El atrevido estilo de Klopp juntando a mucha gente en campo contrario, obliga a dejar muy expuesto al equipo ante una posible pérdida. Cuando esta se produce y el equipo no es capaz de robar rápidamente como quiere el técnico alemán, los centrales y el pivote son los únicos que mantienen su posición, teniendo una gran parcela de campo que defender a lo ancho y largo del terreno de juego.

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Por esto mismo se necesita mucha efectividad en la presión, algo en lo que todavía le queda trabajo a Klopp, así como un alto nivel de concentración por parte de los centrales que deben defender mucho terreno y saber hasta qué punto recular. Se entiende en ese sentido el fichaje de Caulker. Al margen de la razón de las bajas, el central inglés tiene poderío aéreo, esencial si el Liverpool quiere obligar a escupir el balón a sus rivales con su presión, pero además posee condiciones físicas ideales para defender en campo abierto, con una zancada poderosa. Las lesiones han obligado a Klopp a variar su pareja de centrales, siendo Kolo Touré el que más dudas ha dejado. Sakho tiene una capacidad física innegable, pero su juego con balón deja mucho que desear, mientras Skrtel y Lovren son dos seguros atrás, aunque a día de hoy ambos se encuentran lesionados.

Pese al peligro que pueden sufrir por su forma de atacar, lo cierto es que una de las principales debilidades del equipo de Klopp se observa a la hora de defender centros al área. El equipo sufre demasiado para defender este tipo de jugadas, bien sea por errores de colocación o marcaje (Clyne - West Ham), por falta de convicción (Alberto Moreno - Chelsea) o por falta de contundencia (Emre Can - Crystal Palace).

Movilidad y opciones en ataque

Coutinho y Firmino han dejado actuaciones sensacionales. Foto: Liverpool FC

Como ya se ha comentado, uno de los conceptos que deben tener claro los tres hombres de arriba es el de la movilidad. No importa el esquema que proponga Klopp, desde el 4-3-3, al 4-3-2-1 pasando por el 4-3-1-2 que se ha visto en tramos de algunos partidos, los tres hombres de arriba deben tener una movilidad constante. Coordinar sus movimientos con los de los interiores y laterales es parte fundamental para que el equipo logre progresar hacia zonas más adelantadas.

En este punto el equipo ha perdido mucho con la baja de Coutinho, un jugador único con facilidad para producir acciones de peligro y ser determinante, como demostró en los primeros encuentros de Klopp. Del entendimiento del brasileño con Lallana y Firmino nacieron algunos de los mejores momentos de este nuevo Liverpool, y su vuelta se espera con ganas.

Otra de las claves del Liverpool se encuentra en la cantidad de gente que llega al área rival. La falta de gol del equipo puede compensarse sumando opciones de remate. Los interiores, los extremos o incluso los laterales pueden sumarse como opciones para cargar el área ante cualquier posible balón colgado o suelto en esa zona.

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El debate de la delantera

Uno de los grandes debates que ha tenido Klopp desde su llegada ha sido el del hombre que actúa en punta. Origi, Firmino, Benteke o Sturridge han tenido minutos, pero se trata de jugadores muy diferentes entre sí. Benteke ha sido el que más acierto de cara al gol ha tenido, siendo determinante en muchos encuentros, pero el belga no parece ser del agrado de Klopp para su estilo. La falta de agilidad y de capacidad de trabajo limita los esfuerzos del equipo en la presión arriba. Por otro lado Benteke no tiene movilidad, pero si puede lograr fijar los centrales, además del poder que suma como rematador de área o bajando balones para tocar de cara con sus compañeros.

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Como recurso sin duda Benteke es una gran arma para Klopp, aunque probablemente el belga no aceptaría ese rol. El Liverpool cambia cuando Benteke está sobre el campo, algo que se puede observar en un mismo partido. Frente al Southamptom, con Origi en punta en la primera mitad el Liverpool realizó tres centros al área, mientras que con la entrada de Benteke en la segunda mitad el equipo de Klopp triplicó ese número, llegando hasta los nueve centros (Datos vía Squawka).

Por otro lado su compatriota Origi fue el primer delantero que probó Klopp, pero su falta de gol y las lesiones le han privado de minutos. Origi ofrece profundidad y velocidad, pero su falta de gol es alarmante. Por otro lado Firmino ha cuajado algunas actuaciones buenísimas, se adapta al estilo de Klopp y también puede jugar partiendo desde una banda, lo que puede darle muchos minutos esta temporada.

La vuelta de Sturridge supondrá sumar una gran opción para el ataque red. Foto: Liverpool FC

El delantero que mejor podría adaptarse a Klopp probablemente sea Sturridge. Su recuperación y su forma pueden ser vitales para ver una mejoría definitiva en este Liverpool. Sturridge suma movilidad, velocidad y gol, por lo que se convertirá en una gran opción para la zona de ataque.

De lo que pretenda hacer Klopp con Sturridge puede depender la evolución del equipo. Ya probó al delantero en un 4-3-1-2 en League Cup con tremendo resultado, y quizás ese pueda ser el futuro del Liverpool, con Coutinho por detrás de dos puntas, o bien con Lallana, Coutinho o Firmino por detrás de un punta.

El que si ha va cogiendo protagonismo es Jordan Henderson, que parece que será fijo en el centro del campo junto a Emre Can. La pregunta es si lo harán en un doble pivote o en un centro del campo con tres centrocampistas secundados por el trabajo de Lucas Leiva, lo que les ofrecería más llegada arriba. Henderson puede ser, además lo más parecido a un lanzador en este Liverpool de Klopp.

Todavía debe evolucionar y consolidarse, pero el Liverpool de Klopp ya trabaja a partir de unas consignas claras. Podría llegar algún fichaje más en este mercado invernal que cambiara las cosas, especialmente viendo las lesiones que sufre el equipo, pero a día de hoy, pese a que las sensaciones y los resultados no terminan de acompañar el Liverpool sigue vivo en cuatro competiciones, incluyendo las semifinales de League Cup donde además parte con ventaja. Si Klopp consigue engrasar a sus jugadores definitivamente una vez estén todos recuperados y puede hacer evolucionar su estilo, este Liverpool puede llegar muy lejos.

Fuente de las fotografías: Premier League, SkySports, Canal+