Bryan Cristante nació hace 22 años en una pequeña localidad, San Vito al Tagliamento, de la Provincia de Pordenone (sí, el equipo que cerca estuvo de eliminar al Inter esta edición de Coppa Italia), situada en la región del Friuli-Venecia Julia. No obstante, se criaría en otro poblado cercano, el de San Giovanni.

Allí crecería de la mano de su padre (canadiense) y su madre (italiana). De ahí que comparta doble nacionalidad, aunque en un futuro no tendría dudas acerca de qué selección elegir: el canto del Fratelli d’Italia.

El sueño del Milan

Sus primeras patadas al balón las daría en el equipo del pueblo, la SAS Casarsa, para después pasar a la ASD Liventina Gorghense. De ahí, en 2009 daría el salto ni más ni menos que a la cantera del Milan. Esas buenas actuaciones con los rossoneri le serviría para comenzar a ser convocado con las categorías inferiores de la Nazionale (ha pasado por casi todas las posibles, desde la Sub-16 a la absoluta). Sin duda, el de Cristante es un gran ejemplo de superación, que con esfuerzo y constancia todo llega.

Cristante en su etapa en el Milan. / Foto: zimbio.com
Cristante en su etapa en el Milan. / Foto: zimbio.com

Cristante y Verdi salieron por la puerta de atrás del Milan. Hoy, se les echa de menos

Sin embargo, su periplo en la ciudad de Milán iba tocar su fin. Mientras la escuadra iba a la deriva, con una directiva que seguía anclada al pasado con continuos fichajes de ‘dinosaurios’, desaprovechaban sus jugadores más valiosos de la cantera. Oro puro. Cristante, por ejemplo, era traspasado al Benfica. Otro caso fue el de Simone Verdi, quien ahora brilla en el Bologna y es objetivo de los más grandes de Italia.

Portugal, cesiones y La Dea

En Portugal duró apenas una campaña, encadenando tres cesiones de forma consecutiva. Todas ellas a su país natal. La primera fue al Palermo, donde solamente disputó cuatro partidos. La siguiente sería al recién ascendido Pescara, en la cual se convirtió en jugador fundamental en los esquemas de Massimo Oddo. Tanto es así, que en ese mercado invernal sería la Atalanta quien conseguiría negociar  con éxito su cesión a Bérgamo.

Tras la brillante primera mitad de campaña, los cantos de sirena desde Milán, esta vez del Inter, llamaban a Gagliardini para abandonar el barco. Así, Gian Piero Gasperini se refugiaba con el refuerzo de Cristante. Sus números al final llegaron a los 13 encuentros y tres tantos. Llegó como anillo al dedo a la escuadra bergamasca y al propio Bryan.

Por fin encontraba su ecosistema perfecto. El punto álgido lo alcanzaba esta misma temporada, ayudado en parte por la marcha de Kessié (precisamente al equipo que le ‘echó’) y el pobre nivel de Kurtic (acabó saliendo en enero hacia la SPAL). En ese peculiar entramado del técnico piamontés, con tres defensas, dos carrileros largos, dos mediocentros, un enlace a modo de trequartista (aquí es donde se ve la mejor versión del protagonista), y dos delanteros.

Otra variante en la que Cristante vuela es la de dos mediapuntas (el Papu Gómez y él), justo por detrás de un ‘9’ puro (Petagna/Cornelius).

Cristante en el duelo ante el Everton. / Foto: gettyimages
Cristante en el duelo ante el Everton. / Foto: gettyimages

La Atalanta y Cristante. Cristante y la Atalanta. Una historia de amor que está haciendo crecer sobremanera a ambos. La escuadra, en su caso, está dejando de ser una mera revelación a una brillante realidad. Es 8ª con 38 puntos dejando muy buenas actuaciones. Sin ir más lejos, se impuso en San Siro ante el mismo Milan (paradójicamente, marcó un tanto Cristante), o en el Olímpico frente a la Roma.

Cayó de forma cruel en los 1/16 de final ante el Borussia Dortmund, y dignamente en semifinales de Coppa a manos de la Juventus (en cuartos se ‘cargaron’ al Napoli en San Paolo). Por el lado de Cristante, sus números han aumentado de forma exponencial: 24 partidos, siete goles y una asistencia en Serie A; en Europa, ocho duelos, tres dianas y dos pases de gol. Brutales.

Se ha transformado en un 'todocampista' con mucho gol

Y es que, como se mencionaba líneas más arriba, el jugador ha evolucionado. Ha dado paso adelante (nunca mejor dicho), avanzando de la posición de mediocentro ‘a secas’, a la de trequartista –no siempre juega ahí, claro-. Se podría decir que se ha transformado en una especie de ‘todocampista’.

Su envergadura de 1’86, unida a la corpulencia que ha ido ganando con el paso de los años, le ha permitido adquirir nuevas aptitudes. Una de ellas, el olfato de gol. Esto va unido a la potente llegada desde atrás. Bien sea con ambas piernas o la propia cabeza (cuatro goles han sido con el pie y tres con la ‘testa’).

Mapa de calor de Cristante ante el Sassuolo. / Foto: Squawka
Mapa de calor de Cristante ante el Sassuolo. / Foto: Squawka

Pero que a nadie se le olvide. Esta joya pertenece todavía al Benfica, un club especialista en vender jugadores por auténticas millonadas. Y quien le dice a Luís Filipe Vieira que el de Bryan Cristante pueda convertirse en otro de sus ‘pelotazos’ económicos.

Ya son varios los grandes (Manchester United, Chelsea, Juventus, Inter o el propio Milan) los que acechan sus despachos con ingentes cantidades de dinero y dispuestos a romper, una vez más, un mercado que ya se ha vuelto completamente loco.

VAVEL Logo