Dos países unidos por el fútbol. Un 31 de mayo de 2002 comenzaba la mayor cita balompédica que se recuerda en el continente asiático: la XVII edición de la Copa Mundial de Fútbol. Corea del Sur y Japón, dos naciones con muchos lazos históricos, acaparaban la atención y las miradas de todo el panorama futbolístico del planeta. Era la primera vez que dos países compartían un Mundial, lo que provocó una expectación superior. A pesar de la escasa tradición futbolera que existía en ambos estados antes de la celebración del torneo, tanto Corea del Sur como Japón se paralizaron con el fútbol, y vibraron con cada uno de los partidos que se disputaron en sus dominios.

Allí se pudo disfrutar de la samba brasileña de Ronaldo Nazário, las determinantes paradas de Oliver Kahn para llegar hasta la final, y los grandes e inesperados resultados cosechados por algunas selecciones consideradas de menor nivel. Un Mundial que dejó bellos recuerdos para la historia, entre los que destaca la quinta conquista del trofeo por parte de Brasil, pero también episodios que mostraron la imagen más decepcionante del fútbol. Irregularidades en los arbitrajes, entre los que destacan los perjuicios ocasionados a Italia y España; los amaños de la selección surcoreana; o la mala respuesta de los aficionados en encuentros con menor expectación, son algunos de los detalles más negativos que se desprendieron de esta cita.

Los primeros escalones

A la hora de elegir la sede para el desarrollo de la Copa Mundial de Fútbol de 2002 existía una premisa incuestionable: un país sin tradición futbolera y con una gran capacidad económica para organizarlo. Entre las dos candidaturas existentes, la de Corea del Sur y Japón fue la más llamativa para el Comité Ejecutivo de la FIFA, donde veían grandes posibilidades para fomentar el "deporte rey". Por otro lado, la retirada de la candidatura mexicana confirmó la celebración del torneo en tierras surcoreanas y japonesas.

Los muñecos del Mundial de 2002: "Los Spheriks" | Imagen: Taringa
Los muñecos del Mundial de 2002: "Los Spheriks" | Imagen: Taringa

Su elección el 31 de mayo de 1996 provocó serias controversias entre los ciudadanos de ambos países, quienes no veían con entusiasmo compartir la celebración de un acto de tales dimensiones con una nación a la que consideraban un rival histórico. El primer Mundial que se organizaba en dos países a la vez obligó a llevar a cabo una gran inversión económica, dada la falta de infraestructuras futbolísticas que acarreaban los dos países. De las 20 sedes encargadas de acoger los partidos (10 en Corea del Sur y 10 en Japón), fue necesaria la construcción de 18 de ellas

La llegada de la gran cita

Después de un largo proceso para la organización del evento, la gran cita del fútbol mundial echaba a rodar. El 31 de mayo de 2002, los combinados de Francia y Senegal serían los encargados de dar el pistoletazo de salida en el Estadio Mundialista de Seúl. Primer encuentro y primera sorpresa de las múltiples que depararía esta Copa del Mundo. Francia, vigente campeona tras su triunfo en la final de 1998, caía por 0-1 ante el conjunto senegalés, gracias al tanto de Bouba Diop, que abriría el listado de goleadores de esta edición. En las gradas, más de 62.000 espectadores presenciarían la alegría de Senegal tras derrotar en su debut a una de las selecciones favoritas. La magia del fútbol.

Senegal celebra su victoria ante Francia | Imagen: FIFA
Senegal celebra su victoria ante Francia | Imagen: FIFA

Desde ese 31 de mayo y hasta el 14 de junio, se disputarían los partidos correspondientes a la fase de grupos, con los que se determinaría qué equipos se clasificarían para los octavos de final. Entre los 16 combinados que continuarían con su sueño mundialista, cabía destacar la ausencia de la selecciones francesa y argentina. Jugadores de la talla de Zanetti, Hernán Crespo, Zidane o Trezeguet decían adiós a sus aspiraciones por luchar por la gran gesta (en el caso de los franceses, por revalidarla). Por su parte, las sorpresas seguirían floreciendo con la progresión de equipos como Corea del Sur, Paraguay, Irlanda o Senegal.

Además de las inesperadas clasificaciones o eliminaciones de ciertos conjuntos durante la fase de grupos, también generó una especial curiosidad el favoritismo arbitral por Corea del Sur en su choque contra Portugal, con el que la selección organizadora certificaba su acceso a los octavos de final; o los cuatro goles anulados a Italia en sus tres encuentros. Varios detalles, ajenos a lo meramente deportivo, que servirían como preámbulo de los perjuicios que producirían los equipos arbitrales en las fases posteriores.

En búsqueda de la gloria

En los octavos de final, la contundente victoria de Inglaterra sobre Dinamarca (0-3), con goles de Ferdinand, Owen y Heskey; la tanda de penaltis entre España e Irlanda, que acabaría con victoria española; o el triunfo de Turquía ante Japón, cabeza de su grupo y uno de los países organizadores, son algunos de los episodios más destacables que deparó esta fase eliminatoria. Sin embargo, el encuentro que mayor expectación provocó fue el choque que enfrentó a Corea del Sur e Italia, que finalizaría con triunfo coreano por 2-1.

Ahn Junghwan celebra su gol frente a Italia | Imagen: FIFA
Ahn Junghwan celebra su gol frente a Italia | Imagen: FIFA

La selección italiana, escéptica por el trato disconforme de los árbitros durante la fase de grupos, viviría uno de los mayores robos que se recuerda en la historia de los Mundiales. Además de recibir su quinto gol anulado en el torneo, el discutido penalti pitado a favor de Corea del Sur, que Buffon se encargaría de parar, y la debatible expulsión de Totti por doble amarilla, tras un claro penalti sobre el italiano, despertarían la indignación del conjunto transalpino. El favoritismo arbitral por el combinado surcoreano cada vez era más notorio.

Brasil, por su parte, había conseguido deshacerse fácilmente de los rivales que se le iban presentando. En los cuartos de final, su victoria contra Inglaterra (1-2), la colocaba como una de las selecciones favoritas para llevarse el título. El potencial ofensivo de Ronaldo, Ronaldinho y Rivaldo era indudable. Alemania, que había logrado eliminar a Estados Unidos, también se postulaba como uno de los rivales más fuertes de la competición.

Joaquín e Iván Helguera persiguen a un jugador surcoreano | Imagen: GettyImages
Joaquín e Iván Helguera persiguen a un jugador surcoreano | Imagen: GettyImages

Como sucediera en las eliminatorias anteriores, Corea del Sur volvería a ser protagonista en cuartos con su polémica victoria frente a España. Perjudicada con rotundidad por el árbitro del partido, Gamal Al Ghandour, la selección española vio como eran anulados dos goles legales de Baraja y Morientes, lo que motivaría que se llegara a una tanda de penaltis tras mantenerse el 0-0 inicial. 5-3 vencerían los surcoreanos a los españoles en los penaltis, lo que les permitiría disfrutar de las semifinales de "su torneo". 

La final, cada vez más cerca

A pesar de las ayudas que habían recibido por parte de los árbitros durante casi la totalidad del Mundial, Corea del Sur no pudo superar a la selección alemana ante su público en Seúl. Un gol de Ballack en la segunda mitad daba el pase a Alemania para la final, consumándose la ilusión del país surcoreano. En 2015, después de una intensa investigación, quedarían reflejados los amaños arbitrales por facilitar el avance del combinado surcoreano.

Ronaldo Nazário pugna por un balón con un jugador turco | Imagen: FIFA
Ronaldo Nazário pugna por un balón con un jugador turco | Imagen: FIFA

Ronaldo Nazário, con su solitario tanto ante una sorprendente y luchadora selección turca, situaba a su equipo como el otro finalista de la Copa del Mundo. Hasta el momento, el ariete brasileño sumaba seis goles en el campeonato, desmarcándose como el claro favorito para alzarse con el premio como máximo anotador del Mundial. Brasil y Alemania ya contaban los días para el gran duelo final.

Después de todas las eliminatorias y un largo camino, esta carrera de fondo que fue el Mundial de Corea del Sur y Japón alcanzaba su desenlace. Turquía se imponía al conjunto surcoreano (2-3), proclamándose el tercer clasificado del torneo. Por su parte, en Yokohama ya estaba todo preparado para acoger el mayor evento balompédico que existe en el planeta a nivel de selecciones: la final de la Copa del Mundo de Fútbol.

Ronaldo Nazário celebra uno de sus goles en la final | Imagen: FIFA
Ronaldo Nazário celebra uno de sus goles en la final | Imagen: FIFA

El 30 de junio de 2002 siempre será recordado por los brasileños como el día de su coronación. Un doblete de Ronaldo Nazário frente a Alemania en la final permitió a "La Canarinha" sumar la quinta estrella en su elástica amarilla. La quinta vez que Brasil alcanzaba la gloria del fútbol mundial y que le permitía situarse como la selección con más títulos de la Copa del Mundo. Alemania, que no pudo hacer nada para bloquear el ímpetu de sus rivales, se tendría que conformar con disfrutar de su trayectoria en el torneo desde el segundo lugar.

Los premios del Mundial

Ganador: Brasil

Segundo: Alemania

Tercero: Turquía

Cuarto: Corea del Sur

Balón de Oro Adidas: Oliver Kahn (Alemania)

Bota de Oro Adidas: Ronaldo Nazário (8 goles, Brasil)

Mejor Jugador Joven: Landon Donovan (EEUU)

Premio Fair Play: Bélgica

Premio Yashin para el Mejor Portero: Oliver Kahn (Alemania) 

Premio FIFA para el equipo más atractivo: Corea del Sur