El 4 de julio del año 1990 se jugaba en el estadio Delle Alpi de Turín una de las semifinales de la Copa del Mundo en Italia. Fue entonces cuando se dio uno de los choques más recordados de la historia de los mundiales entre Inglaterra y Alemania, enemigos íntimos.

El encuentro tuvo todo tipo de condimento, todo lo que un aficionado pueda querer de una final anticipada. Igualaron uno a uno en el tiempo regular, se tuvo que ir al tiempo suplementario ya que no se sacaron diferencias y llegaron hasta los penaltis en lo que fueron 120 minutos de fervor, golpes, insultos,frustraciones, alegrías y expulsiones.

La selección inglesa quería repetir lo logrado en el año 1966 en su país, pero para eso debía derrotar a la siempre dura Alemania. Además quería recordar la gran época del fútbol inglés – Nottingham Forest, Liverpool y Aston Villa habían obtenido la Copa de Europa en el principio de la década – con un triunfo devolvería la alegría al país.

Su rival, Alemania, siempre con gran tradición en Mundiales,tenia jugadores de mucha calidad como Löthar Matthäus, Jürgen Klinsmann y Rudi Völler por lo que sería un choque trascendental.

Inglaterra estaba haciendo un partido perfecto en todas las zonas del campo de juego. Matthäus era controlado de gran forma y era detenido con un juego bastante brusco, Andreas Brehme intentaba contener al goleador Gary Lineker y su arquero Bodo Illgner sufría junto a todos los defensores cada ataque inglés.

Sin embargo, un tiro libre al borde del área hizo que los germanos consiguieran la apertura del marcador. Pelota quieta en la que uno de los jugadores la mueve hacia la izquierda y Brehme convierte de gran forma tras un desvío de un defensor inglés en el que vence a Peter Shilton.

Era el uno a cero parcial a falta de 30 minutos para el final del encuentro. Los alemanes no lo merecían pero aún así estaban clasificando a la final de la Copa del Mundo.

Todo parecía quedar así. Pasaban los minutos y al equipo de "Los Tres Leones" no lograba empatar, pero fueron capaces de soportar la artillería germana hasta que llegó el empate. Una pelota que cae en la defensa teutona no fue despejada por ninguno de los centrales, Lineker siempre bien ubicado robó el balón y se la llevo hacia su pierna izquierda, definió cruzado para poner tablas en el marcador.

Inglaterra fue superior en todo el encuentro, pero no se sacaron diferencias hasta que llegaron los doce pasos... Y Alemania fue el vencedor. En la tanda de penaltis remató de forma desviada Chris Waddle en el último tiro que definiría quien sería finalista frente a Argentina. Anteriormente también había fallado Stuart Pierce, lanzando al medio del arco siendo detenido por Illgner.

Fue una de las mejores actuaciones reconocida para la selección inglesa en Mundiales aunque el resultado no fue el esperado. Por un lado Lineker estuvo desconsolado y por el otro Mätthaus fue consolando a sus rivales, un gran gesto para un gran jugador como el diez alemán.

Este fue el partido en el que Alemania ganó la batalla y que le dio el impulso para ganar la guerra frente a Argentina en la final de Italia 1990. Inglaterra esperará revertir la situación y olvidar aquella derrota, pero para eso deberá ganar frente a Croacia para volver a ser finalista.