Para muchos, Duván Zapata es el mejor delantero de la Serie A en la actualidad. Suena un tanto exagerado, eso no se niega… pero en el presente curso el colombiano tiene un ritmo goleador igual al de Cristiano Ronaldo (15 goles), sólo superado por Quagliarella que tiene 16 tantos. La temporada de Zapata es tan buena, que es muy superior a las de Mauro Icardi, Edin Džeko, Gonzalo Higuaín o Mario Mandzukić. Por decir algunos nombres.

La excelsa campaña de Duván

Los últimos ocho encuentros de Zapata son para enmarcar en un cuadrito y ponerlo en alguna plaza de la capital de Colombia, Bogotá. Nunca antes un jugador había anotado 14 goles en ocho partidos consecutivos en la Serie A, un dato para dimensionar lo que ha logrado el colombiano. Escandaloso.

En sus últimas 10 presentaciones - entre diciembre y enero - anotó en todas, sumando un total de 16 goles. Y no sólo la cantidad de goles, si no la calidad de equipos a los que facturó. En esos partidos enfrentó a escuadras como: Juventus (le marcó un par de dobletes, uno en Serie A otro por Copa Italia), Roma, Lazio y Nápoles. Cuatro de los mejores equipos italianos de los últimos años. Y anteriormente a la presente e impresionante racha goleadora, Duván firmó una memorable actuación ante el Internazionale, equipo que goza con una de las mejores defensa del fútbol italiano. Aquel partido finalizó 4-1 a favor del Atalanta y Zapata fue una de las figuras del encuentro. Y eso que no anotó ese día.

Es decir, una campaña completísima o mejor dicho, excepcional. A la altura de los mejores delanteros del fútbol Italiano y superándolos a casi todos. Pero no es solamente su aporte goleador, es lo que genera. El colombiano no es precisamente el clásico nueve que se queda en el área. Basta con ver su exhibición ante el Inter para apreciar su capacidad de gambeta y desborde, metiéndose en el bolsillo a uno de los mejores centrales del mundo como es Milan Skriniar.

La sociedad que ha generado con Alejandro ‘el papu’ Gómez e Iličić, es escandalosa. De las mejores del fútbol italiano, quizás la mejor. Estos tres futbolistas han sido la columna vertebral del conjunto de Bérgamo, que se ha metido de lleno en la lucha por los puestos de Europa. Ahora marchar séptimos con 32 unidades a tres puntos del cuarto lugar, ocupado por el AC Milan.

El papu abrazado con Zapata. Foto: Twitter oficial del Atalanta.
El papu abrazado con Zapata. Foto: Twitter oficial del Atalanta.

Los inicios del colombiano

De un origen muy humilde, Duván nació en una pequeña vereda en el Tamboral, Pandilla-Cauca. Zapata empezó su carrera futbolística en las calles, cómo casi todos los niños en América Latina. Estas veredas son zonas donde normalmente las personas sobreviven ejerciendo el campesinado, donde los servicios públicos son escasos y la vida es muy cuesta arriba en general. Un ambiente hostil y duro para un niño, pero que nunca fue impedimento para hacer aquello que lo hacía feliz: jugar al fútbol.

Da la casualidad que a escasos metros del lugar de nacimiento de Duván, otro jugador colombiano, de apellido Zapata; que también hace vida en el Calcio, llegaría al mundo. Sí, adivinó bien, Cristian Zapata y Duván Zapata es muy probable que sean familiares – o quizás no – Pero más allá de eso, su vínculo fraternal va unido desde siempre. Debido a sus orígenes y el amor al deporte rey. Ellos jugaban al fútbol en la única cancha de la vereda el Tamboral, a veces iban a pescar o también a hurtarse las guayabas de los vecinos. Al fin y al cabo pequeñas travesuras de niños.

La ida a Cali

Sus días juntos no duraron mucho, los padres de Duván (José Olíver y Elsa Cely) tomaron la decisión de irse a Cali en busca de nuevas oportunidades. Así que Duván y Cristian tomaron rumbos diferentes. Duván se fue a jugar en las inferiores del América de Cali y Cristian al Deportivo de la misma ciudad.

Su gran portento físico y su buen juego aéreo fueron primordiales para que este fuera aceptado en las inferiores, pese a que no poseía una gran técnica. Luis Eduardo Gómez fue el que lo recibió en las escuelas inferiores del América. Sus movimientos mejoraron, mejoró su golpeo con ambas piernas y los goles empezaron a ser una linda costumbre.

José Manuel Rodríguez fue el encargado de que el joven colombiano ascendiera a las reservas. A los 16 años su enorme capacidad técnica y física lo hacía marcar una enorme diferencia en la categoría, por ende, Diego Edison Umaña le dio la gran oportunidad de subir a la primera.

El golpe más duro

Pero en 2011 quizás llegaría el golpe más fuerte que la vida le propinó a Duván. Fue durante el mundial sub-20 cuando el delantero colombiano recibió la noticia del fallecimiento de su madre. Pese a esto Zapata no abandonó la concentración, jugó tres partidos de la competencia y logró en marcar en los 4tos de final contra México (derrota 3-1).

Después de ese campeonato su carrera pegó un salto vertiginoso

Fue figura con Estudiantes de La Plata en Argentina, club donde anotaría 22 goles en 46 partidos (un gran promedio para un jugador tan jóven en una liga altamente competitiva). Algunos aficionados del Atleti recordarán aquel encuentro Atlético-Estudiantes, 2013 Copa Euroamericana. Ese partido finalizó 1-0, ¿el gol? Lo hizo Zapata:

Verón aguantó la marca de Arda, pinchó la pelota al área; peinada de Martínez, que le cae a Duván, el colombiano dejó desparramado a Filipi Luis con un fantástico giro; para posteriormente batir al arquero. Ese día Duván fue ovacionado y coreado, la hinchada del pincha le dedicaba el: “no te vayas moreno, que aquí te queremos”.

Vuelo hasta el viejo continente

Después llegó el salto a Europa. Aterrizó en Nápoles donde sin dudas no tuvo las oportunidades que se mereció por su buen rendimiento en pocos minutos jugados. Luego llegó a Udinese, allí Duván logró ganarse un lugar; pero antes tuvo que lucharla. Una lesión en el tendón femoral derecho lo alejó 4 meses de la cancha, una barbaridad de tiempo; en especial para un futbolista joven que no venía teniendo mayor continuidad. Pero la voluntad inquebrantable de Zapata lo iba a hacer emerger nuevamente, esa misma temporada el fútbol le daría revancha, ¿cómo? Anotando el gol que le daba la permanencia definitiva al Udinese en la trigésima séptima fecha.

Su aventura en Italia seguiría, y empezó su explosión definitiva

Primero en Sampdoria, conjunto en el cual disputó 31 encuentros, anotando 11 goles y firmando 6 asistencias. Y ahora en Atalanta, donde está logrando subirse en la elite del fútbol italiano.

Una historia de vida llena de superación, digna de admirar. Para dimensionar porqué los límites deben ser rotos, sobrepasados. Duván entendió que el fútbol era por lo que tenía que luchar, no por éxito o dinero, tal vez un poco por sustentabilidad y supervivencia, pero en realidad era por la felicidad que este deporte le generaba. Una vez recibido el golpe de la pérdida de su madre, lejos de achicarse, se agrandó; sentía que se lo debía, seguramente por el enorme esfuerzo que su madre había depositado para apoyar a su hijo en Cali.

Foto: Twitter oficial Atalanta.
Foto: Twitter oficial Atalanta.

No es fácil salir de abajo, abrirse paso desde lo más recóndito y obscuro de la sociedad. El camino es largo, tedioso e interminable. Duván lo sabe, por eso; él sigue por la senda recta y derecha que lo ha llevado al punto más alto de su carrera. Ahora es sin dudas el mejor delantero colombiano del momento, uno de los mejores de la Serie A, y con la gran oportunidad de vestirse la tricolor y defender los colores de su selección en la Copa América que se disputará el presente año.

¿Quién diría que aquel niño, nacido en una pequeña parcela del Tamboral, que para distraerse pescaba en arroyos y jugaba fútbol en la única cancha de esa zona, terminaría jugando en grandes escenarios del fútbol europeo y mundial?

Este es el camino interminable por el que transita Duván Zapata, una senda llena de éxitos que aún no acaba, dónde lo mejor está por venir. Para dimensionar, valorar y admirar. Una historia firmada por su puño, sudor y lágrimas.